Espíritu Dragón

40. Visión cumplida.

Lixue me empujó con mucha fuerza hacia ella. En ese momento vi como un rayo de luz blanquecino, me rozó la mejilla derecha, haciendo una ligera quemadura. Me lleve la mano a la zona y mostré dolor en mi rostro.

—¡Maldición! —era la primera vez que maldecía— ¡Por todos los cielos, esto duele como el carajo!

—¡Oye! No maldigas —me reprendió Nessie.

En ese momento me provocaba que a ella le pasará lo mismo. No sabía cuál había sido ese ataque pero me dolió más de lo que debería. Quería responderle a la azul, pero mi vista se volteó hacia el lugar de donde vino el rayo de luz. Y posteriormente, todos lo hicieron.

El doctor Gael apareció entre la vegetación, está vez, sin su bata de doctor y con la misma sonrisa que tenía en el Amazonas. Tuve la oportunidad de analizarlo detenidamente, por unos segundos.

Cómo dijo Ryujin, el si parecía joven, más ahora que usaba ropa deportiva negra y su cabello peinado de manera más ligera, le daba un aire diferente. Era difícil llegar  a pensar que una persona pudo cambiar el rostro de esa forma. La tenacidad y maldad estaba plasmada en todas las facciones de su rostro.

—Si que son tontos, debieron irse cuando tuvieron la oportunidad —dijo aquel hombre, con una voz imponente.

Ryujin se volteó hacia nosotros, frunciendo el ceño en enojo.

—Se los dije, nos quedamos en nuestra propia tumba —susurró.

El brujo río, opacando los seres nocturnos del bosque, que cantaban en armonía. Tragué saliva, mi espíritu quería sentir miedo.

—Siete dragones que han roto todas las reglas que se han planteado desde que surgió el poder del brujo, como suelen llamarnos —se acercó a nosotros, poniendo su vista en Ryujin—. Dragón del rayo, con una personalidad más ruidosa que un trueno en una tormenta eléctrica. Te domina el sentimiento de odio y la emoción de la ira. Te dejas llevar por tus impulsos y no toleras que nadie te diga cómo hacer las cosas.

El chico rayo parpadeo tres veces al escuchar al brujo. Era como si lo conociera de toda la vida, sabía cómo era su personalidad y cada una de sus variantes, que normalmente eran malas.

Gael lo dejo a un lado y siguió su andar, hasta que llego a Keira. La chica se tensó y de inmediato se puso en posición, esperando cualquier cosa de él.

—Dragón de arena, tan temeroso e indeciso cual niño buscando a su madre al perderse de su vista. Sin embargo, una tenacidad y letalidad domina tu vida, sin poder controlar el daño que terminas haciendo a otros. Tienes miedo todo el tiempo y tu alma pura, te impide conocer las verdaderas intenciones de las personas.

—¿Piensa describirnos a todos? —preguntó Nessie— Como vera, ya es muy tarde y debo ir a hacerme una mascarilla facial. Por favor hágalo rápido.

Mi mandíbula se abrió de manera amplía ¿Cómo era posible que esta chica pudiera hablarle como si nada a nuestro asesino? Empezaba a creer que la estrellita de mar no le tenía miedo a la muerte, sin embargo...

—Dragón del agua —siguió el brujo—, utilizando la lengua para esconder su miedo. Tan atrevido y cristalino como las aguas, pero oscura y solitaria como el fondo del mar. Soberbia y orgullo es lo que te domina, bajo un sentimiento de soledad y odio contra todo lo que te rodea. Tienes tanto miedo de ser abandonada, que preferirías matarte antes de que eso pase...

—Detente —pidió ella, apretando los dientes.

El brujo sonrió con malicia, al dar justo en el clavo. Eso a era a lo que me refería cuando descubrí que Nessie estuvo manteniendo una máscara de felicidad falsa, ante todos nosotros. Su alma siempre me transmitió cierta tristeza y soledad que se esmeraba en ocultar, con aquella actitud.