Maratón 3/3.

36 7 49
                                    

58. El anillo.

Parecía una pequeña oruga enroscada ante tal dragón. Tanto era el miedo que causaba, que sentía que mi corazón dejaría de latir en cualquier momento.

—Entiendo —dijo Killiam de repente—. Zu Jugn, el dragón de fuego les explico que tú le mostraste el futuro. Está esperando que hagas lo mismo.

Con el poco valor que me quedaba, alce la vista para mirar aquellos temerarios ojos de nuevo y Vi en ellos, la intriga hacia lo que pasaría después.

Tragué saliva mientras estiraba mi mano para toca una parte de sus uñas que se aferraban a mi camiseta. Cuando tuve este contacto, hice tal cual como con Akatosh y le mostré mi historia. Para mí parecieron años, pero para ellos fue todo en minutos, por lo que no pasó mucho tiempo hasta que Urabos abrió su mano y me dejó caer al vacío.

Gracias a mis habilidades, accioné mis alas de fuego para no impactar con el suelo. Tuve que repetir el mismo proceso con todos los demás dragones.

—Colaborar con humanos, eso es caer muy bajo —expresó Urabos, mirando a Denovan y este, le sonrió de manera pícara en respuesta—. Comprobaré por mi mismo si vale o no la pena.

Urabos abrió sus alas hasta el límite y voló de manera veloz hacia el cielo, llevándose con él a Denovan. Supuse que le haría una prueba de valor para saber si era digno de obtener su confianza.

De igual forma, el resto de dragones tomaron a cada uno de mis compañeros, llevándolos lejos. Yo me quedé estático en mi sitio, sin ningún conocido a mi alrededor más que Akatosh que hizo temblar la tierra al caminar más cerca de mí e inclinar su cabeza para poder verme mejor.

—Necesitan pasar esta prueba para lograr lo que realmente quieren ustedes —me dijo la bestia.

—¿Sabes lo que queremos? —pregunté.

—Se lo quieres tú: conectar el alma de todos con nuestra alma.

—En realidad, eso es lo que quieres tú, no yo. La parte tuya que está en mi interior, quiere conectar ambas partes, no me dijo para qué.

—¿Qué es lo tú quieres? —su pregunta me hizo reflexionar por un instante.

—Quiero que está pesadilla termine. Quisiera que todos podamos ser libres sin excepción, sin la necesidad de condenar a uno o que mueran más personas.

Akatosh mantuvo su mirada en mí, como si escudriñara mi vida y entendiera mis deseos, todos y cada uno de ellos. Al estar con él, no sé por qué sentía seguridad de decir lo que quería, sin filtro.

A comparación de mis compañeros, que se enojaban cada vez que decía sobre la muerte de Gael, con Akatosh ni tenía que mencionarlo ¿Está es la conexión que se generó por ser su elegido?

—Está bien —apartó su cabeza de mí y miro al cielo—. Te ayudaré entonces. Pasaste la prueba.

—¿Prueba? —pregunté por inercia, pero luego entendí— ¡¿Me has probado?! Pensé que lo hiciste con el rugido.

—Eso no iba a demostrar nada, pero tú te adelantaste a mí prueba y mostraste ser digno de mi. Humanos como tú hay pocos.

Espíritu DragónWhere stories live. Discover now