Espíritu Dragón

18. Sin oxigeno.

Al escuchar esas palabras, Ryujin se volteo súper rápido, lanzando una bola eléctrica hacia la dirección de la voz. El atacado río carcajeando.

—¿Como nos encontraste? —preguntó Nessie hacia el oscuro.

Esta vez, el dragón oscuro no tenía la apariencia humana. Con nuestras características, se veía mucho más malo y perturbador...

Con una piel blanca, los rasgos negros resaltaban demasiado. De su cuello y oreja izquierda colgaba una cruz, como si fuera religioso.

—No tienes que temer —miró a Nessie—. No les haré daño —volvió a reír.

—Eso no fue lo pregunté, no te tengo miedo —La azul parecía sería.

—Es fácil hallarlos cuando hay tantos dragones juntos.

Ryujin se encontraba muy alerta y de manera instintiva, todos nos colocamos delante de Evan, como si quisiéramos cuidarlo. Siendo un humano, el oscuro podía hacerlo añicos si así lo deseaba. 

No sé cómo podríamos colaborar con este sujeto.

—Tranquilos, ya vi que con ustedes no se puede jugar un poco —suspiró el oscuro.

—Pues que manera de jugar la que tienes —escupió Nessie. 

—¿Para que vienes? —preguntó Ryujin.

—Supe que se enfrentarían al brujo, lo que es una gran oportunidad para obtener diversión —caminó de un lado a otro—. Iban a buscarme de todas formas, así que les ahorré las molestias.

—¿Te unirás a nosotros? —me acerqué un poco a él.

—Depende —sonrió.

Todos miramos al oscuro después de mirarnos entre nosotros. Si no fuera porque lo necesitábamos, no me atrevería ni hablarle. Aunque su aura, me decía algo extraño.

—¿De qué? —Hablé seguro.

—De que tan fuertes sean.

En conjunto con sus palabras, se puso en posición y nos atacó. Esta vez era distinto, no estaba sonriendo ni aparentaba la actitud juguetona de la última vez.

Fue primero hacia Ryujin, pero este le respondió con un choque eléctrico con mucha más rapidez, así que lo dejo tranquilo un par de segundos después.

Su siguiente blanco fui yo. Vergonzoso pero cierto, termine en el suelo mucho antes de que pudiera siquiera parpadear o accionar mis poderes. Ya tenía una especie de lanza negra, enterrada en el abdomen.

El oscuro se burló de mí, pero me dejo en paz, yendo tras de Nessie, quién se escudo en la burbuja de agua, creando una barrera por todo su entorno.

Y por supuesto, mi querida congelada tampoco quedó librada. Cuando el atacante fue tras de ella, Lixue no movió ni un dedo, se quedó quieta y con su expresión in cambiante. Solo cuando el oscuro estuvo a centímetros de ella, levantó su mano y formó el dedo pulgar con el índice, como si los fuera a tronar.

En segundos, el oscuro salió disparado contra un árbol, cayendo al suelo. Cuando se levantó, miles de lanzas congeladas lo rodearon.

—No me toques —dijo Lixue, fría.

—Impresionante, realmente maravilloso —expresó encantado el oscuro, con la voz algo quebrada por el golpe.

Lixue direccionó las lanzas directo a su cuello, sin necesidad de mover su cuerpo.

—No hagas perder nuestro tiempo —precia sería—, si vas a unirte, hazlo. Si no, vete.

Él sonrió de medio lado y de inmediato, levantó las manos en son de paz.