48. No eres como pensé.

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Fruncí aún más el ceño regañándome a mí mismo por seguir allí en el jardín, esperando que Wú decidiera seguir con la conversación que dejo a medias. Mi cuerpo quería seguir de largo y entrar de nuevo a la casa, pero la curiosidad que sentí por saber a qué se refería, me hizo permanecer allí.

Tragué saliva antes de hablar de nuevo.

—Si no puedes seguir  hablando, quisiera dormir —me sorprendía lo seco que podía responderle a esta mujer.

Ella dudo, pero en ningún momento apartó su vista de la mía.

—Los hijos del dragón nacen siendo humanos en su totalidad, por eso, el efecto de su poder es poco en cuanto a su forma de ser —dijo seria—. Mi alegría fue grande al saber que Lixue venía en camino, pero todo se vino abajo cuando vi aquella marca. Lo sé —suspiró—, nada justifica mi comportamiento, sin embargo, hay muchas cosas que nadie puede saber.

Entre más escuchaba a esta mujer, más confundido hacía que me sintiera ¿Será que si era tan buena persona y blando como me decían los demás? Deje que continuara...

—Los primeros meses fueron  algo normales, aunque nunca podía entender por qué Lixue jamás lloro, como lo hace un bebé normal.  Desde un inicio su incapacidad de mostrar emociones se hizo presente y no sabía que poder de dragón tenía, además, como te dije, el poder de un dragón no es capaz de influenciar de tal forma que domine su personalidad —Wú mordió su uña, como si excavara en sus recuerdos—. Cuando cumplió dos años me arriesgue y la lleve a un doctor, ahí fue donde me dijeron que mi hija padece de Alexitimia.

Su última afirmación logro captar toda mi atención, haciendo que mis pies avanzaran hasta estar a unos cuantos pasos de ella. Tomé la silla que estaba a un costado y me senté al frente, mirándola.

—¿Qué es eso? —pregunté, esta vez con mejor tono.

—Es una condición que impide que las persona experimenten las emociones como lo hace cualquier humano normal —comencé a pensar, en Lixue—. Hay varios tipos, algunos tienen problemas para expresar esas emociones, otros ni siquiera están conscientes de tener aquellos sentimientos. Ese es el caso de mi niña.

Eso me hacía entender un poco más el hecho de que Lixue jamás mostró alguna reacción al volver a ver a su madre, que la maltrato. Tampoco le tuvo ira a los que le hacían bullying o mostrar algún afecto con nosotros, las personas que le hemos cogido mucho cariño.

🐉


Mientras calentaba para empezar el entrenamiento, no deje de pensar en la conversación que tuve con Wú hace unos días. Tampoco deje de pensar en mi iglú y su naturaleza. A mí no me importaba su condición, ya que todo lo que la conformaba la hacían tan maravillosa como lo era. Todos pensarían lo mismo que yo, sin necesidad de contarles esto.

Al ver a mis compañeros listos, recordé que desde el comienzo del entrenamiento vi a unos cuantos salir en la madrugada y hacer estragos en el jardín. Me sorprendía la dedicación que tenían al entrenar en las madrugada y luego el entreno que nos daba la mamá de Lixue.

—Eres una floja, así no llegaras a ningún lado —expresó Kiliam hacía Nessie, luego de que esta le contara que no pudo hacer más que dormir como un bebé durante toda la noche.

—No es mi culpa, ayer terminé molida como carne procesada de búfalo —reprochó la azul, haciendo rabieta como si fuera una niña.

—No me importa, si no te esfuerzas terminaras en la tumba y no podrás pintarte las uñas de azul otra vez.

Espíritu DragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora