Espíritu Dragón

35. Prueba tus habilidades.

Kiliam, Ryujin y Denovan, si que se estaban esforzando por entrenarnos. Dedicaban bastante tiempo a explicarnos cómo manejar el cuerpo y mantener la energía suficiente para controlar los poderes.

En la combinación del poder y la fuerza física, la energía de nuestra alma era consumida, lo que causaba cansancio, en caso tal de que lo usáramos demasiado tiempo, sin tratar de mantener el balance en cada ataque.

No había entendido el concepto al principio, pero con el paso de los días, pude apreciarlo mejor. Así como un humano normal se debilita al hacer mucha actividad física, o cuando los estudiantes pasan mucho tiempo preparándose para un examen y terminan con dolor de cabeza, de igual manera funciona la energía dragón.

Es verdad, somos más resistentes. Pero el hacer una maniobra accionando los poderes, también se gasta energía vital, que se recupera bajo un ligero descanso del uso de poderes. Por eso los tres maestros, quisieron empezar por fuerza física. Combinando las dos, podemos resistir mucho más tiempo.

Me di cuenta de todo mientras peleábamos con las marionetas del brujo —que siguieron apareciendo de tanto en tanto—. Al principio, usando solo mis esferas de fuego, las alas y un par de habilidades más, no duraba ni media hora antes de terminar cansado y con el alma adolorida. Sin embargo, gracias al entrenamiento de mis compañeros, pude alargar el tiempo a una hora de duración.

Podía notar mi avance al luchar con las marionetas. Cada vez ellas eran más lentas y débiles, lo que no era mayor problema para mí, derrotarlas. Llegaban casi al punto de ser decepcionantes, porque no mostraban nada nuevo más que lo mismo. Aunque poco o nada se podía esperar de simples títeres.

—Zu Jung —me llamo Kiliam, sosteniendo a una marioneta en su mano— ¿No puedes ver cómo funcionan estás cosas?

La miré por un par de segundos, viendo luego al objeto en sus manos.

Ellos tenían un residuo de alma en su interior, pero de resto, se sentía vacío. Era como un estuche, que guardaba una mínima cosa insignificante.

—No —negué—. Siguen igual, nada a cambiado.

—Ni siquiera tengo que usar mis poderes —expresó con decepción, Ryujin.

—Tal vez el brujo no tiene tanto poder —comentó Nessie.

—O es lo que quiere que pensemos —opinó Lixue.

Todos volteamos a ver a la congelada, esperando que dijera algo más, pero ella guardo silencio después de decir eso. Denovan chasqueo molesto debido a esto y se acercó un poco más a ella.

—¿Quieres decir que todo esto es un método de distracción que emplea el brujo para estudiarnos? —preguntó el oscuro.

Lixue no le respondió con palabras. Solo lo miró a los ojos por un par de segundos y ésto bastó para entender que era un simple si. Y yo me sorprendí por Denovan, pensé que le iba a preguntar a qué se refería, pero en cambio, este entendió las palabras en código.

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La selva amazónica era espectacular, no podía negar ese hecho. Aunque todo fuera un sueño, sentía cada cosa como si estuviera allí en alma y cuerpo.

Ya me había acostumbrado a los sueños y gracias al cielo, ya no me levantaba cansado como antes, aunque en muchas ocasiones si podía sentirme mal por las tragedias de mis compañeros.