55. Honor.

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Me quedé mirando a Lixue sin decirle nada ante sus palabras. Se supone que hablaba de algo que leyó en algún libro, pero no entendí que tenía que ver con lo que pasaba conmigo.

—¿No entendiste, cierto? —dijo ella de repente.

Negué, avergonzado.

—Tal vez lo que tú estás sintiendo como correcto, es lo que de verdad te hace un guerrero honorable. Si en verdad sientes que no hay que matarlo, estarías provocando un cambio que ningún otro ha pensado en hacer y sabes que habrá un resultado de aquello —me miró fijamente—. Todos nosotros estamos siendo corrompidos por el deseo de venganza, pero tú ¿Permaneces? —ladeó el rostro.

Y en ese momento sentí que el mundo se detenía en su última afirmación, despertándome. Abrí los ojos al límite de mis parpados, mirándola con asombro.

Era verdad, aunque la muerte de Evan me dolía muchísimo y en un principio todos atacamos a Gael con el deseo de venganza hacia nuestro amigo, ahora entendía que la idea siempre  fue corrompernos. Corromper nuestra alma a tal punto que no tuviéramos salvación.

Eso era malo, en verdad malo. Al cargar con todos los sentimientos de las personas que viven y que murieron, me había visto muy cargado y con peso que me comprimía cada día, era por eso que no toleraría cargar  con un peso más, en especial si era algo en lo que participe. Veía en el brujo algo tan desconcertante, que no podía decir que lo mataría hasta saberlo, hasta liberar aquel dolor que sentí ese día por su parte.

Por eso mataban a todos los que se relacionaran con los dragones, para causar ira en ellos y de esa forma, hacer más tortuosa su condena. Sin embargo, en mí no tuvo ese efecto y no lo tendría, de eso estaba seguro.

🐉

Muy temprano en la mañana, todos estábamos listos para partir hacía Blood Shield, en busca de ayuda para poder abrir un portal tantos siglos atrás. Me alegro mucho no tener que usar maquillaje está vez para obtener apariencia humana.

Vi a mis compañeros en su forma humana, eran tan distintos a cuando usaban maquillaje, se veían más reales. El único que no me sorprendió fue Denovan, él siempre pudo obtener su apariencia humana y la de otros, por lo que no sorprendía.

—Yo soy más hermosa —expresó Nessie al mirarse en el espejo.

—Pero si esa eres tú —le respondió Killiam, entendiendo que la azul se lo decía a su forma humana.

—En mis recuerdos siempre estuve yo, no ella.

—No hables en tercera persona, me recuerda a... —Keira fingió escalofríos, dejando de hablar.

—Andando —ordenó Denovan, con el portal abierto.

Dando un pequeño respiro, me adentré en el portal sintiéndome en casa de inmediato, al pisar mi país de nuevo. A Denovan se le había indicado el lugar donde estaba la escuela de asesinos, por lo que entramos directamente al lugar para no perder tiempo.

Solo fue dar un paso fuera del portal y de inmediato toda la luz del lugar se volvió rojiza. Por los parlantes que estaban a lado y lado del pasillo donde llegamos, empezó a sonar una alarma, haciendo que nos tapáramos los oídos, pero está vez no fue insoportable, debido a que éramos humanos. 

—Intrusos, Intrusos, intrusos. Edificio central, octavo piso. Intrusos, intrusos —decían las bocinas acompañadas de la alarma.

Al tiempo, escuchamos un montón de pasos apresurados que venían hacia nosotros. Keira corrió hacía Denovan y se escondió detrás de él, temblando un poco por el miedo. El chico se preparó para hacer un ataque en masa.

Espíritu DragónWhere stories live. Discover now