5. Vida nueva

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Miraba al chico que reflejaba el espejo. Gracias al maquillaje, aparentaba ser un humano como cualquiera. No estaba lejos de mi apariencia anterior.

El uniforme de la nueva escuela tampoco estaba mal. En realidad, cosas tan mínimas ya no me importaban. Estaba seguro de mi nuevo objetivo y haré cualquier cosa para mantenerlo, así me llevé un tiempo acostumbrarme. 

— Camina, se nos hace tarde. — habló Lixue arrastrándome fuera.

Camino al centro educativo, no dijimos ni una sola palabra. Por mi parte, no conocía está parte del pueblo. Aunque era un sitio pequeño, la zona donde siempre estaba, era suficiente para mí. Así que no me moleste en conocer todo el territorio, tampoco es que tuviera mucho tiempo entre la escuela y el trabajo.

Al llegar, me hicieron esperar afuera de mi nuevo salón, mientras el maestro daba las instrucciones del día. Luego de unos minutos, me llamó adentro.

— Tenemos un compañero nuevo. Espero que todos le den una cálida bienvenida. — dijo a los estudiantes, pero ellos le restaron importancia.

— Soy Lee Sung Jo, gusto en conocerlos. — hice una pequeña reverencia mostrando la misma importancia que todos.

Al no escuchar una respuesta, me dirigí al primer pupitre vacío que vi y me senté.

— Pss — escuché a mi lado. Un chico trataba de llamar mi atención —, necesitarás esto para la clase que viene. — me pasó un libro de literatura.

Recibí el libro y agradecí en voz baja por el préstamo.

Así, la nueva vida como Lee Sung Jo, empezaba. Nadie sabrá quien fui antes de pisar este lugar y mucho menos sabrán el pasado que cargo con mi verdadero nombre. Aunque no tenía la vida perfecta, al menos era más normal de lo que es ahora y no tenía que esconder nada de lo que soy. Pero ahora, viviría ocultó y cuidando mucho, mi verdadero yo.

Dejando de lado los pensamientos depresivos, me concentré en la clase que había comenzado. Para cuándo sonó el timbre de la hora del almuerzo, ya había conseguido hablar con al menos, medio salón.

— Gracias por el libro, Min Ho. — estiré el objeto hacia su respectivo dueño.
— Es sorprendente que ya hayas hecho varios amigos. — dijo entre risas.
— ¡Cierto! Eres muy sociable, Sung Jo. — se unió a nosotros Yang Mi, una compañera.

En compañía de mis nuevos compañeros, fui hasta el comedor y disfrute del almuerzo. Aproveché para conocer a otros chicos de diferentes cursos y saber más sobre la modalidad de la escuela.

Cuando la comida acabo, visite la biblioteca tomando todos los libros sobre dragones y subí a la azotea buscando estar solo por un momento. Una vez allí, divisé el pueblo.

Era increíble lo que podía ver desde que desperté. Había tenido que acostumbrarme a la mejoría de los sentidos, no solo mi visión era exageradamente buena, sino que los demás sentidos se habían amplificado de manera sobrehumana.

En ocasiones, no lograba conciliar el sueño, porque escuchaba las conversaciones de mis vecinos, así hablarán en susurros. Y otras veces, rompía elementos de vidrio, por no poder controlar mi fuerza.

Me senté dando la espalda al barandal. Tomé uno de los libros y leí las primeras líneas. Luego de un tiempo, me di cuenta de que era inútil leer todos estos libros, porque no me daban la información que estaba buscando. No me decía ninguna de las habilidades que poseo y tampoco abunda sobre el brujo.

Deidades, en eso se convirtieron aquellos guerreros que lucharon por traer paz a todos los pueblos — leía—. Venerados y sobreabundados, eran aquellos que habían sido bendecidos por el Espíritu Dragón...

Espíritu DragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora