Espíritu Dragón

64. Hazlo en equipo.

Tal como advirtió el brujo apenas llegó, no dio ni un segundo de tregua antes de que empezará la pelea que definiría todo. En un parpadeo, se encontraba frente a Ryujin.

El chico rayo actuó como si nada hubiera pasado, incluso más rápido que él le devolvió el golpe cargado de electricidad, mandando al hombre por los aires. Al igual que él, mis compañeros tampoco le darían tiempo de que se levantara, reduciendo distancia entre ellos, Nessie, Killiam y Zephir, llegaron de diferentes direcciones.

Apenas se pudo escuchar el estruendo de ataques cayendo como una cascada sobre Gael. Observé por un segundo, esperando que la neblina se disipara, para al final ver el resultado de todo: no paso mayor cosa.

Limpiando un poco de agua en su prenda, Gael se incorporó de un salto, sin herida alguna. Podía ver con claridad como cuatro de mis amigos le daban pelea al hombre que casi no movía ni un pie al esquivar cada ataque, sin usar siquiera su brujería en nosotros. Su alma también era inmutable, serena y calmada como ninguna, no era extraño que estuviéramos muertos si no tuviéramos el cien por ciento de nuestro poder.

Pateando a todos para apartarnos, sujeto a Nessie por el cuello y armó una daga de luz que atravesó el abdomen de la azul. La chica apenas pudo soltarse del agarre para retroceder hasta llegar a mí.

Apoyó una de las rodillas en el suelo, respirando con fuerza.

—¡Nessie! ¿Estás bien? —pregunté con precaución.

—Sí, estoy bien —como si nada, la azul se levantó del suelo y pude ver como su abdomen estaba como nuevo otra vez—. Deja de preocuparte y concéntrate.

Tampoco hubo tiempo de preocuparse. El brujo llegó de nuevo a nosotros y me golpeó con una daga de luz en el rostro, provocándome un intenso dolor que había sentido alguna vez cuando eso mismo me rozó. Quería gritar, sin embargo, me vi obligado a controlarme porque no quería alterar mis sentimientos.

Nessie lanzó una burbuja de agua hacia mí, sanándome en poco tiempo. Lixue también llegó a mi lado.

—Concéntrate, Zu Jung —me dijo sin dirigirme la mirada.

—Ah sí... lo siento.

—No le quites la vista.

Esas palabras bastaron para que mirara al brujo y de esta forma, pude esquivar el siguiente ataque que lanzó en mi dirección, pero no pude ocultar mi sorpresa al ver que lo que lanzó, fue una bola compacta eléctrica color blanco, bastante similar a las que hace Ryujin.

Por un segundo, todos nos detuvimos. Esto causó risa en el hombre, que se encontraba a unos cuantos metros de nosotros.

—¿Pensaron que solo podía hacer dagas de luz? —expresó con burla— Ustedes niños no saben nada sobre la brujería. El poder la luz es tan extenso que primero moriría de viejo antes de conocer todos sus usos —miró sus manos, detallando el anillo—. Para poder redimir su pecado, era necesario que esas habilidades fueran mejores que la de los dragones, pero nuestros encantamientos no tenían tanto alcance, aun teniendo la luz de nuestro lado. Es por esa razón que tenemos esto —sonrió con cinismo al mostrar el anillo con orgullo—. Si su poder aumenta, el anillo también romperá el sello que mantiene todos nuestros encantamientos bajo control. Irónico ¿No? Fortalecer un poder que sea contrario a la oscuridad por el propio dragón oscuro. 

Ninguno de los dragones podía controlar el poder de la luz, así que no era de extrañar que ahora este hombre estuviera fuerte, incluso más que nosotros. Aunque tuviéramos el cien por ciento de nuestras habilidades, para poder vencernos y cumplir con la maldición, el anillo se ve obligado a descontrolar las habilidades del brujo, para hacerlo más poderoso contra nosotros. Sus hechizos se hacían en cuestión de segundos.