21. En prisión por voluntad.

51 11 125
                                    

Los dragones y Evan me miraban confundidos. Los había guiado por todo el desierto hasta llegar a un punto donde no había más que arena y el cielo de testigo. Nessie si acercó a mí y me dio un pequeño golpe en la cabeza.

—Chicos, creo que el localizador se descompuso.

Bufé en respuesta.

—Golpéalo más fuerte, a ver si se arregla —sugirió Ryujin.

—¡Ay, ya dejen de molestarme! —aleje las manos de la azul, con algo de brusquedad— Estoy seguro que es aquí, la señal es más fuerte. No hay otro lugar a donde ir.

—Pero mira a tu alrededor —Denovan extendió los brazos—, es el medio de la nada.

Hice lo que el sugirió mientras me preguntaba lo mismo que ellos: ¿Me habré equivocado? No, no lo estaba. La señal es fuerte, muy fuerte.

Me arrodille en la arena y palpe allí tratando de hallar una explicación a todo esto.

—Es el dragón de arena, sin lugar a dudas —dijo Ryujin—. Tal vez ocultarse sea uno de sus poderes.

—No lo creo —respondí—, es algo extrañó. Debe haber algo debajo de aquí.

Empecé a excavar con ambas manos, aún sin saber lo que estaba haciendo o que pretendía encontrar. Los chicos se miraron entre ellos, pero no tardaron mucho en ayudarme en eso.

Excepto por Lixue, todos estábamos removiendo la arena sin tener alguna clase de éxito.

—¿No puedes traer algo de lluvia, Ryujin? —preguntó Nessie, cansada.

—No. Aún si estamos lejos de alguna aldea, traer una tormenta de la nada prenderá las alarmas.

No había otra forma de excavar.

—¿Tienes alguna idea Lixue? —miré a la congelada, buscando alguna señal por su parte.

—Mmmm —ronroneo en respuesta, tratando de incorporarse en el camello—, no.

El calor le había afectado, se veía muy cansada y sin energías. Eso me hizo desear acabar con esto lo más pronto posible, para volver a casa.

—Esta bien, lo intentaré —dijo Zephir levantándose del suelo.

Todos lo miramos esperando que nos explicara más sobre su poder, pero no nos dijo nada. Respirando hondo por un par de segundos, empezó a mover las manos como si estuviera bailando.

El viento comenzó a soplar con más violencia, hasta formar un tornado que crecía de manera controlada.

Siendo un remolino no tan grande, nadie podría saber lo que sucedía. De esa forma, la arena empezó a levantarse y no paso mucho tiempo para que apareciera una especie de esfinge.

—Hubiera empezado por eso —se quejo por lo bajo el rubio. 

Debíamos remover más arena para desenterrar por completo lo que allí estaba y yo solo sonreí, sabía que no estaba equivocado; esto lo probaba.

Zephir se detuvo cuando la figura de una esfinge no tan grande, se dejó ver en su totalidad. Pensé que era extraño, ya que esto era territorio de Argelia y no de Egipto, por lo que está esfinge no debería estar aquí.

—Bueno ¿Qué sigue? —preguntó Evan.

—¿Qué sientes Zu Jung? —Nessie me miró.

Suspiré.

—Es como... Si esa presencia estuviera enterrada en la arena —mi voz salió con mucha duda.

—¿Y si este dragón está muerto y esto es una tumba? —Ryujin se acercó a la estatua— Lo que sientes puede ser solo un rastro residual de su alma.

Espíritu DragónWhere stories live. Discover now