45. Madre no es.

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Nana estaba enfrente de mi, en el campo de batalla. Ella me sonreía de manera amplia, haciéndome sentir más incómodo aún, porque no quería pelear con ella. Seguía pensando que con esa expresión de ternura, no mataría ninguna mosca, pero si provenía de Blood Shield eso no era una probabilidad.

—¿Están listos? —preguntó Kiliam.

"No, no lo estoy"

—Si —respondió Nana.

Trague saliva. No respondí nada, me quedé con mi pensamiento. Cuando Kiliam silbó y se apartó hacia las escaleras, me lleve una gran sorpresa: el aura de Nana, dio un cambio radical. La chica empezó a hacer movimientos super coordinados y fue allí donde supe, que era demasiado buena para el taekwondo.

Ahora no sabía si estaba nervioso por golpearla o por salir ileso de sus manos, pero no tuve tiempo de navegar más en mis pensamientos, porque ella me atacó.

Con ambos pies e intercalándolos entre si, daba vueltas para asegurarse de darme una buena patada que se distribuían por toda la altura de mi cuerpo. Casi no puedo esquivar los golpes, debido a que me distraje en todo lo que mi cabeza decía.

Es rápida.

Eso veo, muy rápida.

Conocía un poco sobre el deporte más practicado en mi país y por supuesto, su origen en el mismo. El taekwondo es una técnica en la que eres rápido con los pies y ella lo aplicaba muy bien.

Yo solo podía utilizar mis antebrazos para protegerme de las paradas, que si alcanzaba a sentir. Para aún humano normal, podría incluso desgarrarle la piel, de un golpe.

Tonto, busca su punto débil.

¡No me presiones voz!

Sin descuidar el esquivó de sus golpes, la analice de manera muy detenida. Traté de volver todo a cámara lenta en mi mente, para lograr ver cada uno de sus movimientos con detenimiento. Nana era rápida, audaz y fuerte, pero logré ver la cierta distancia con la que peleaba, de mí.

¡Claro! Para poder patearme y conservar su cuerpo ileso, reservaba distancia. Si lograba acercarme más a ella, estaría forzada a utilizar más sus manos y no tanto los pies.

Poco a poco, fui avanzando de a un paso a la vez, acorralándola más. Utilicé las enseñanzas de Kiliam para dar una que otra manotada y así lograr estar cerca, sin embargo, Nana lo notó y aumento el número de patadas hacia mí. Me vi forzado a detenerme y verla de nuevo. Cuando ella dio una voltereta para darle más fuerza a su pie, vi la oportunidad de golpear justo en el lugar que dejaba descubierto.

Utilicé toda la la velocidad que tenía y le di un golpe en las costillas, desequilibrándola por completo. Cuando cayó al suelo, lanzó un pequeño grito de dolor y eso... me puso muchísimo más nervioso.

—¡Nana! —me acerqué— ¿Estás bien? Lo siento mucho.

—Tranquilo, estoy bien —me respondió ella, con dificultad.

—Yo...

Y justo cuando estaba muy cerca de ella, Nana golpeó mi quijada con una patada. Está acción me hizo levantarme del suelo y retroceder cinco pasos. La chica se levantó en un movimiento rápido y se acercó a mi.

Me lleve otra sorpresa al ver que está vez, estaba usando tanto sus manos, como los pies. Sus ataques eran más violentos aún. No comprendía lo que sucedía ¿Acaso no solo sabe taekwondo? ¿Qué clase de técnica es está?

Fue inesperado, está vez no podía defenderme con tanta destreza como al principio, sus ataques me dieron en varias partes del cuerpo. No sabía que hacer.

Espíritu DragónWhere stories live. Discover now