Maratón 2/3

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28. Que reine la oscuridad.

Mi cara de asombro debía ser digna de un Oscar. No podía creer que esta señora pateara un chico hasta hacerlo golpearse el rostro contra el pedimento.

El chico que parecía un adolescente se levantó del suelo y sacudió el polvo de su cabello. No había pronunciado ni un solo quejido debido al golpe y tampoco se sobo la mejilla que tenía un ligero raspón.

Miró de nuevo a la señora que lo había arrojado afuera y le sonrió con mucha picardía. Esa mirada ya la conocía.

—¡No quiero volverte a ver, miserable rata! —le gritó esta—. Eres un desperdicio para el mundo.

—Y usted ya no cabe en el de lo panzona que está, señora esfera —se rió el menor—. Me sorprendió que no rodará a la puerta.

La señora se tornó roja de la ira y amenazó al joven con torcerle la mandíbula de un golpe, pero este le detuvo la mano y la miró muy divertido, pero a la vez, con esos ojos oscuros que solían darme miedo.

—Recuerde lo que puedo hacer, balón. Si quiere seguir teniendo el mando, es mejor que aparte la mano ahota —zanjó este, sin dejar su tono burlón.

La mujer le quitó la mano con violencia, devolviéndose a la puerta y lo miro de nuevo, airosa.

—Nunca vuelvas, mounstro o yo misma me encargaré de acabar contigo.

Denovan le sonrió y sus ojos brillaron haciéndome erizar el vello, del miedo que podían provocar aquellos ojos. Cuando él se dio vuelta para irse, varios niños salieron por la misma puerta y le gritaron.

—¡Denovan! —le detuvieron— No te vayas amigo. La bruja nos matará sin ti aquí.

—Por favor no te vayas —suplicó una niña pequeña—. Tengo miedo. No te vayas.

Denovan se acercó a ellos y puso la palma de su mano en el pecho de su amigo, sin decirle nada. El chico extraño lo miro fijo, mientras unas extrañas venas negras, le adornaron el rostro hasta teñirle los ojos del mismo color.

El cielo se volvió negro, tan oscuro como el cabello de Denovan y así estuvo, por unos segundos. Su amigo, volvió a la normalidad y lo miró un poco confundido.

—Ya no podrá hacerles nada —dijo el oscuro—. Yo siempre estaré con ustedes, desde aquí —les señaló el corazón.

Cuando termino lo que sea que estuviera haciendo, dio media vuelta y desapareció, como si se disipará la niebla.

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Luego de aquel sueño, me levanté trastornado como siempre. Sin embargo, de alguna manera, tenía curiosidad de lo que Denovan le hizo a su amigo y como eso lo ayudaría a no sufrir. No sabía nada sobre su pasado, más de lo que el sueño me mostro. Él vivía en un orfanato.

Lo que me sorprendió, fue ver qué aquellos niños lo apreciaban y no querían que se fuera, porque él los protegía de lo que parecía, el maltrato de esa señora.

Cuando el oscuro bajo a tomar un poco de agua, no pude evitar quedarme viéndolo, mientras descifraba su alma a fondo.

Si, él mostraba oscuridad y mucha maldad, pero también sentía que había algo más, mucho más fuerte que la maldad. Sin embargo, aún no podría descifrar que es.

Espíritu DragónKde žijí příběhy. Začni objevovat