24.¿Quien es el mas fuerte?

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Me sentía como sacrificio brindado al mal con todos los dragones a mi alrededor, mientras estaba sentado en el suelo en posición de Yoga para empezar la búsqueda. Si un extraño logrará entrar a este lugar y encontrará a un grupo de jóvenes rodeando a otro en medio del bosque... Seguro llama a un cura.

"¡Deja de pensar en tonterías! Concéntrate", me regañe a mi mismo.

Suspiré hondo para vaciar mi mente y concentrarme en la tarea que ya me empezaba a acostumbrar, lo que era muy bueno porque encontraba lo que buscaba mucho mas rápido.

Sin embargo, no sé porque tenía alguna clase de efecto alterno, a veces sentía la vista sombría, como si de algún modo se colgará un filtro en mis ojos y viera diferente a los demás. También, empezaba a ver escenas extrañas de lugares y personas que yo no conocía.

Pero bueno, me alegraba poder brindar algo de utilidad para ganar nuestra libertad. Y como ahora lo hacía mejor, no tarde mucho en encontrar a nuestro último Espíritu Dragón.

Abrí los ojos.

—Esta en el Amazonas, Colombia —dije sonriendo.

—Es el único dragón de América —habló Nessie con asombro— ¡Será maravilloso!

Todos estábamos de acuerdo en aquel asombro. Hasta ahora los dragones que estábamos juntos pertenecían a la unión de continentes, dejando de lado a América.

—Siempre me han dicho que los latinos son muy alegres —mencionó Evan sosteniendo su barbilla con los dedos, como si pensará.

Alistamos todo lo que necesitamos para sobrevivir en la selva del Amazonas y luego todos se encontraron en el jardín. Yo me quede buscando el otro arete, ya que no estaba donde lo había dejado. 

Busqué debajo de la cama y allí lo vi. Estire el brazo y lo tome, guardándolo en el bolsillo y levantándome del suelo para ir donde estaban los demás. Sin embargo, al voltearme hacia la puerta, vi de nuevo a aquella niña que solía ver de vez en cuando. Ella me miraba con sus ojos que no parecían tener vida, lo que me asusto un poco. 

—¿Quién eres? —me acerqué dos pasos— ¿Qué quieres de mi?

Sin darme una respuesta, dio media vuelta y salió corriendo por el pasillo. 

—¡Espera!

La perseguí, yendo por donde iba ella. De vez en cuando, ella volteaba a verme sin detenerse, hasta entrar al cuarto de mi iglú. Patee la puerta para entrar, encontrando a la niña en un rincón de la habitación. Me acerqué a ella e iba a hablar de nuevo. 

—¿Zu Jung? —escuché a mi espalda. Era Lixue— ¿Qué estas haciendo?

Voltee a verla.

—Ah nada, solo le preguntaba a esta niña, que hacía aquí. 

—¿Cuál niña?

—Cual mas —solté una carcajada—. Pues esta que esta...

Cuando miré de nuevo hacía el rincón, no había nada. Ninguna niña o rastro de ella quedaron y era imposible salirse por la puerta, porque Lixue estaba ahí, ella la hubiera visto sin duda. 

Mi mente se revolcó al tratar de darle una explicación a esta extraña situación, porque me dejo muy confundido. ¿Estaba viendo cosas que los otros no? Es desesperante.

—Vamos —se saco del trance Lixue, agarrando mi mano para arrastrarme a la sala. 

Sacudí la cabeza para concentrar mi mente en lo que debíamos hacer: Encontrar al ultimo dragón en la selva del Amazonas en Colombia.

Espíritu DragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora