7. Eres un tonto.

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Zu Jung.

Conversaba con mis nuevos compañeros mientras esperábamos al profesor de la siguiente clase, hasta que un evento inesperado nos dejó con la sangre helada.

Ambas puertas del salón, fueron cerradas de manera violenta, sorprendiéndonos a todos los que estábamos. Mis compañeros corrieron hacia el lugar, chillando por lo paranormal del momento, mientras sacaban sus teléfonos para grabar todo y subirlo a las redes. 

Yo me disponía a acercarme, rodando los ojos porque ahora, seríamos el centro estudiantil con eventos sobrenaturales en los salones. Sin embargo, me detuve cuando ví a Lixue asomar por la ventana, asustándome.

— ¡Por todos los cielos! — grité en susurros — ¿Trepaste la pared como una araña?

— No hay tiempo, vienen por ti. — dijo en su mismo tono de siempre.

La miré sin entender que quería decirme y al parecer ella percibió esto, porque movió la cabeza hacia los lados, con rapidez.

— ¿A qué te refieres? — pedí explicación, ya que no puedo entender el lenguaje alienígena con el que a veces habla.

— Si quieres vivir, sígueme.

Por Dios, cuánto misterio ¿Qué le costaba decirme que sucedía? Pero bueno, entendí que no había tiempo para explicaciones.

Me acerqué a la ventana y saqué un pie seguido del otro, fuera del salón. Sentí el vacío en el estómago a causa de la altura. Miré a Lixue, inclinó un poco el cuerpo y se tiró cayendo con gracia sobre el suelo, lo que me hizo suponer, que yo podría hacer lo mismo sin problemas.

Seguí a la peli blanca, saltando desde el quinto piso del edificio. Aunque no resultó como esperaba, ya que mi cara se estrelló con el suelo, llenando mi boca de pasto. Lixue me miró.

— Es cuestión... De práctica. — dije una vez que estuve de pie y limpié unas hojas que se prendieron en mi camisa, escupiendo el pasto en mi boca.

— Tenemos que salir del pueblo cuánto antes. El brujo te encontró y de seguro me encontrará a mi también. — habló ella mientras corríamos fuera de la escuela.

— ¿Que? Eso es imposible, después de mi despertar no use mis poderes ni una vez ¡Ni siquiera sé cuáles son!

— Te dije que el profesor Kang no es tan tonto. Te ha descubierto.

Me maldije a mi mismo por haber abierto la boca y dejarme expuesto ante él de una manera tan evidente. 

— Maldito sea. — dije con rabia.

— No importa, de todas formas está muerto.

Me detuve en seco y la miré con el ceño fruncido.

— Explícate. — ordené.

— Te dicen que si sabes de un dragón lo informes, pero no te dicen que si hablas del tema volará tu cabeza y la de tu familia.

Estaba sorprendido por lo que acaba de escuchar. Se suponía que de esa forma ayudaban al brujo, entonces ¿Por qué matar al informante y su familia?

Era demasiado incoherente, cada vez este sistema de la muerte a los hijos de dragón y la justicia del brujo, se me hacía hipócrita si morían inocentes. Se supone que para eso había nacido, para acabar la corrupción de los dragones y proteger a los débiles.

— No permitiré que eso pase. — me dí la vuelta, dispuesto a devolverme, pero Lixue, me detuvo.

— Ya no hay tiempo, nos persiguen.

Espíritu DragónWhere stories live. Discover now