6. Pollo Frito.

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Lixue.

Me levanté del sofá dónde había tenido la charla con Zu Jung y fui a la cocina para ir a preparar la cena. Ignore al chico que se revolcaba como gusano en el sofá, por no quitarse el maquillaje. Increíble que alguien pueda ser tan infantil.

Abrí las gavetas de la cocina buscando lo que usaría, luego fui por el pollo a la nevera.

Con todo listo en el mesón, tome el cuchillo para despiezar el animal como Dios me diera a entender. Me concentré en mi tarea, hasta que el chico gritó. 

— ¡¿Que estás haciendo?! — asomó Zu Jung por la puerta de la cocina.

— La cena. — respondí obvia. 

— ¡Ya sé que es la cena! No me refiero a eso — acaricio su frente, harto —, estás cometiendo un crimen con esa carne.

Mire mi trabajo en el mesón. A mis ojos, no se veía caótico como chico pollo lo planteaba.

— Aún lado, deja que un experto lo haga — entrando en la cocina, Zu Jung tomó el cuchillo.

Sujeto el animal con firmeza y le dio un giro para empezar. Manejaba el cuchillo de manera perfecta, cortando con destreza cada parte del pollo. 

— Para tener un buen pollo frito — empezó a explicarme —, necesitas tratar con delicadeza la carne, para que no se dañe. Luego — tomo una taza y echo las partes allí —, se adoba con algunas especies.

Rebuscó en los gabinetes hasta encontrar lo que usaría para marinar el pollo. Con algo de leche, yogur, ajo, pimienta y algunas especies picantes, sumergió el pollo.

— Dejaremos a qué esto se impregne, mientras alistamos todo para el apanado ¿Tienes fécula de papa, harina de trigo, polvo de hornear y huevos?

— Si — pronuncié mientras me disponía a buscar lo que pedía.

Había intentado un par de veces recrear el pollo de la tienda cuando no podía acercarme allí, pero no obtenía buenos resultados. Por eso tenía los ingredientes en mi lacena. 

Él, cogió estos ingredientes y los mezclo hasta hacer una pasta espesa, agregando un toque de yogur. Luego, buscó una olla honda y prendió el fuego. 

— Dejaremos calentar el aceite a 180 grados. Debemos usar la temperatura correcta para que no quede crudo, pero que tampoco se queme. — metió el dedo meñique en el aceite, comprobando la temperatura — ¡Está listo!

Tomó el pollo que tenía marinando y lo echo a la mezcla que tenía con la fécula de papa.

Tomando una presa, la sumergió en el aceite y la dejo por unos minutos, sacándola minutos después para hacerle un segundo apanado. Luego lo dejo quince minutos más para que quedara listo.

Pase la lengua por mis labios al ver el tono dorado que tenía el pollo, con ese delicioso olor que invadía mis fosas nasales.

Me apresuré a tener lista la mesa, para comer. Zu Jung trajo la bandeja de pollo y la puso en el centro, sentándose en la silla del frente.

Tomé una presa y le clavé los dientes, degustando el delicioso sabor que no probaba desde que no pude volver a la tienda. El chico me miraba complacido, lleno de orgullo.

— Eres bueno en esto — dije luego de tragar —, es igual al de la tienda.

— ¡Por supuesto! — respondió con orgullo — El jefe fue bueno conmigo y me enseñó como preparar un sabroso pollo, el más popular de este pueblo.

Asentí dándole la razón, en ninguno de los lugares en los que he estado no encontraba un pollo tan delicioso como esté. El sabor, textura y la carne tierna y crujiente, no podía compararse con nada. 

Espíritu DragónOù les histoires vivent. Découvrez maintenant