Espíritu Dragón

51. Después de una perdida.

Mi poder se detuvo al instante, trayendo consigo al chico inseguro y débil de siempre. Gael no hizo nada, no me ataco, solo me miraba como si pidiera mi compasión.

Supe que no era él.

No era el mismo personaje que nos atacaba siempre y que mató a dos personas importantes, aparte de que lastimo a mi iglú

¿Quién es él?

Mis compañeros corrieron hacía nosotros, pero yo solté mi agarre antes de que llegaran y él desapareció, dejándonos solos. Denovan gruño enojado al ver que lo deje ir y sentí la mirada de todos en mí. Yo les devolví el gesto, muy desconcertado.

—¡Gran imbécil, lo ibas a lograr! ¿por qué lo dejaste ir? —me gritó Ryujin, con sus sentimientos de vuelta.

—Maldito seas, Zu Jung, era nuestra oportunidad —siguió Nessie.

—Él... me pidió ayuda —les respondí con mucho desconcierto.

—Estúpido —expresó Kiliam—. Era una de sus tácticas, al ver que el muerto seria él y no nosotros. Te utilizo.

—Eres un débil —prosiguió Zephir—, debías matarlo ¡íbanos a ganar!

Ver que Zephir perdió la calma por primera vez, me hizo sentir mal, pero de verdad que no podía quitar el desconcierto que tenía. No lo hubiera matado de todos modos. Yo no lo haría, porque no era el brujo.

—¡No era él! Se los juro ¡No era el brujo! —me defendí tratando de calmar el enojo de mis compañeros—. Todo en era distinto, hasta podría jurar que era otra alma.

Mis compañeros se miraron entre ellos y bajaron su enojo. Ellos sabían que percibía la esencia del alma, por lo que no era difícil para mí distinguir cuando era él o no. Sin embargo, seguían descontestos.

—¿Entonces a donde se fue el verdadero brujo? —preguntó Keira.

—Si Zu Jung dice que no era él, entonces intercambio lugares con alguna marioneta —dijo Kiliam.

Yo pensaba que era mucho más que una marioneta, porque aunque no era el brujo que intento matarnos, seguía siendo el mismo cuerpo. Pero no dije esto a los demás para no causar desesperación en ellos.

—Lo resolveremos, pero creo que hay prioridades justo ahora —dijo Denovan, mirando hacía el lugar donde estaban Lixue y Evan.

Nessie levantó la cabeza como si hubiera despertado de algo y de inmediato, sus ojos se cristalizaron, rompiendo en un llanto incontrolable. Volvió hacia el cuerpo de Evan y se aferró a él, abrazándolo con fuerza.

Esta vez no tenía reprimidos los sentimientos, por lo que pude ver como su alma y todo su ser, se vio abrumado por el inmenso dolor que sintió en un instante. Nadie pudo calmarla ni lograr que se separara de Evan, para proceder a hacer el proceso de despedida.

—Evan... te quiero mucho... de verdad te quiero mucho... no quiero que estés lejos.... Prometo que.... voy a protegerte... pero ya no juegues... conmigo... despierta por favor.

Verla llena de dolor y sumergida en llanto, mientras acariciaba las mejillas de su amigo, me rompió el corazón. Su cuerpo se balanceaba hacia adelante y hacia atrás, mientras lo sostenía a él con fuerza, lo que era un cuadro difícil de ver.