Transmigró para convertirse en la concubina masculina del tirano

Capítulo 24.2: Salir

Wen Chi acababa de terminar de pensar en ello, y Shi Ye finalmente hizo un movimiento hacia donde estaba.

Después, torció las comisuras de sus labios y sonrió: "¿Crees que te estoy protegiendo?"

Aunque Zhang Caihui realmente lo pensó, pero nunca se atrevió a decirlo, solo dijo: "No me atrevería".

"¿De qué tienes miedo? ¿No está todo lo que hay en tu corazón escrito en tu rostro? "Shi Ye levantó la barbilla, su expresión gradualmente se volvió juguetona, miró casualmente a Zhang Caihui y las comisuras de su boca se levantaron en un arco juguetón, "Es una pena, piensas demasiado".

"..." La esperanza en los ojos de Zhang Caihui se atenuó repentinamente.

"A mis ojos, eres como un conejo en medio de la carretera, no puedes deshacerte de él, y estás gritando haciendo que me moleste, si te atropellan hasta la muerte todavía te quedarás pegado al suelo, tan repugnante, ¿Crees que me importa tu pobre vida?" Shi Ye habló lentamente, sin apartar los ojos de Zhang Caihui.

Pero cada palabra que dijo se convirtió en un largo látigo invisible que azotaba el corazón de Zhang Caihui. Zhang Caihui, que estaba tan emocionada no hace mucho, se había convertido en una berenjena dañada por el viento y las heladas. Había incredulidad y profunda ira en su expresión.

Incluso si Shi Ye no hizo nada, lo que dijo fue sin duda como una docena de bofetadas en la cara.

Hablando del final, Shi Ye frunció el ceño ligeramente, su impaciencia se profundizó y dijo solemnemente: "Vete".

La presión repentina del impulso en realidad hizo que Zhang Caihui se arrodillara de nuevo, hasta que su criada se tambaleó para ayudarla a levantarse, se apoyó en la criada y apenas pudo levantarse, había sudor frío recorriendo todo su cuerpo.

"Y tú", Shi Ye de repente miró a Wen Chi, "Ven conmigo".

Wen Chi todavía estaba viendo todo lo que pasaba a distancia, pero no quería que la punta de lanza de Shi Ye lo apuntara tan pronto, y se subió apresuradamente al carruaje lo más rápido que pudo.

Solo estaba Shi Ye en el carruaje, pero el sofocante aliento que emanaba de Shi Ye hizo que Wen Chi sintiera que el carruaje estaba lleno de gente sin motivo alguno. No se atrevió a sentarse junto a Shi Ye, por lo que tuvo que elegir una esquina y sentarse.

No esperaba que Shi Ye atacara de nuevo: "Ven aquí".

Wen Chi se estremeció y rápidamente se sentó frente a Shi Ye, pero no quería mirar directamente a la cara de Shi Ye, así que simplemente cerró los ojos y descansó.

No pasó mucho tiempo después de que cerrara los ojos, cuando escuchó a Shi Ye decir: "Ya que no quieres usar esos ojos, ¿Por qué mejor no te los quito?".

Wen Chi: "..."

Él estaba tan asustado que inmediatamente abrió los ojos, y sus ojos se agrandaron.

Vio que Shi Ye ya no estaba en una silla de ruedas, sino que se inclinó un poco y se sentó perezosamente frente a la ventana, pero todavía parecía como si sus ojos miraran a Wen Chi con calma.

Wen Chi se sintió culpable por él, inconscientemente encogió el cuello y dijo con cautela: "Tengo un estatus humilde y no soy digno de mirar directamente al noble Príncipe Heredero".

"¿Oh?" Su Alteza Real dijo: "Incluso si no deberías verlo, lo has visto tantas veces, ¿no debería este palacio sacarte los ojos aún más?"

Wen Chi: "..."