D.M.P.S.Q.S.V.P.D.D.R

Capítulo 101: Yan Yan y el Maestro Gu "Se ayudan mutuamente"

Lin Qingyan juró defender hasta la muerte su última dignidad y terquedad, sus delgados hombros temblaban ligeramente, pero se negaba a soltarlo.

Gu Fei miró el aspecto del joven como si se defendiera heroicamente, impotente y divertido, fingió mirar en dirección a la puerta. "Xiao Tang está entrando".

Lin Qingyan siguió el sonido y miró detrás de él, sin encontrar la figura de Xiao Tang, justo en ese momento, la tela que sostenía desapareció de repente, entonces la parte inferior de su cuerpo se enfrió, sin ninguna tela que la cubriera.

Lin Qingyan: "......"

¡Gu Fei aprovechó que su guardia estaba relajada para hacer un ataque sorpresa!

"¡Tú ...... haces trampa!"

Se sonrojó y entró en la bañera que podía acomodar a dos hombres adultos, encogiéndose en una bola.

El agua tibia del baño hizo que la pálida piel del adolescente se sonrojara ligeramente, aquellos ojos amorosos de flor de melocotón ahora empañados por el agua mientras levantaban su delgada barbilla y miraba al hombre que tenía delante con inquietud y timidez.

La manzana de Adán del hombre no pudo evitar moverse hacia arriba y hacia abajo, sus ojos se volvieron instantáneamente profundos, su voz magnética y suave se envolvió en una inexplicable sensualidad, "Yan Yan, siéntate".

......

Lin Qingyan se sintió como un pez en una tabla de cortar, sacrificado por otros. Cerró los ojos todo el tiempo, sus largas pestañas estaban manchadas de agua, temblando ligeramente y su cuerpo estaba rígido.

El hecho de que Gu Fei fuera lavando con mucho cuidado, pero con demasiado cuidado, cuidando de todo, Lin Qingyan también es un hombre normal, inevitablemente tuvo algún tipo de reacción.

Los movimientos de Gu Fei se detuvieron.

El adolescente agachó la cabeza profundamente, su delgado cuello era esbelto y frágil, ambos oídos estaban tan rojos que estaban a punto de gotear sangre, apretó los dientes y dijo con voz temblorosa: "¡Tú ...... sales primero!"

Gu Fei no se fue.

"El hermano Fei te ayudará". La voz del hombre se oscureció un poco.

......

La noche era borrosa, la fresca brisa nocturna agitaba las cortinas, el dormitorio estaba en silencio, el sonido del agua, los jadeos y murmullos contenidos y reprimidos salían de vez en cuando del baño bien cerrado.

Una vez resuelto el problema, Lin Qingyan se recostó débilmente en la bañera y su cuerpo tenso se aflojó.

Su apuesto rostro estaba tan rojo como un melocotón maduro, y sus ojos húmedos seguían brillando con un aturdimiento que aún no había desaparecido.

El agua de la bañera se había enfriado considerablemente, así que Gu Fei sacó al niño del agua, lo envolvió en una toalla de baño y lo sacó del cuarto de baño, esta vez el hombre en sus brazos no se resistió, pero estaba demasiado avergonzado para levantar la vista.

Colocó a Lin Qingyan en la cama y Gu Fei agarro el pijama que había preparado de antemano y se lo puso. Los movimientos del hombre seguían siendo cuidadosos y suaves, pero la velocidad con la que lo vestía aumentó un poco.

Lin Qingyan mantuvo la cabeza agachada y sus ojos se posaron en las grandes y huesudas manos del hombre, que estaban abrochando los botones de su camisa. No pudo evitar levantar la vista y se encontró con aquel rostro apuesto y maduro, lo que hizo que su corazón se sobresaltara de repente.