25. I Will Survive

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Era viernes y, por primera vez en seis años, Amelia estaba tras la barra del King's limpiándola. Desde que había vuelto, los recuerdos de su infancia y adolescencia no habían hecho más que perseguirla, y al volver a trabajar en ese sitio, pensaba que otra vez la atormentarían, pero no fue así. En realidad, las horas que Amelia pasaba trabajando en el King's le solía encantar, raro ¿no? ¿a quién le gusta trabajar? Pero es que cuando tienes un monstruo esperando en casa, cualquier sitio es mejor para pasar tu tiempo, y no sólo por eso, sino porque también trabajaba codo con codo con su mejor amiga. Así que ahora, cuando creía que más recuerdos de su padre volverían, en realidad volvió aquella sensación de tranquilidad, de estar en un lugar seguro, y más si ahora tu jefa era tu mejor amiga.

Con lo poco que llevaba de noche trabajando, ya podía decir que María era una jefa excepcional. Se notaba mucho ciertas mejoras que había hecho en el local, el almacén estaba mucho mejor organizado, la barra mejor distribuida para facilitar el trabajo y, por supuesto, el uniforme simple con camisa y pantalón negro era mucho más cómodo que el ridículo vestido azul que llevaban antes. Y no sólo eso, sino que parecía que aquel máster en Marketing que había hecho le había servido y de mucho, porque había sabido anunciar tan bien la fiesta que estaba abarrotada. Amelia no pensó que vendría tanta gente, pero al fin y al cabo, con esa temática, quien no querría ir a una fiesta la que puedas mandar libremente a la mierda a tu ex a través de canciones y sacar lo que tienes dentro.

Había chicas y chicos de todas las edades, con la única intención de pasarlo bien, así que si, se respiraba un ambiente ideal para una noche perfecta.

- ¿Cómo vas? – le sorprendió la voz de María a su lado.

Sabía que se lo preguntaba con doble sentido, porque sabía que ella se imaginaría que aquella vuelta tampoco estaría siendo fácil.

- Pues bien, la verdad es que mejor de lo que creía. – sonrió y María le sonrió de vuelta.

- Bueno, me alegro, porque prepárate que será una noche larga.

- Si, señora. – y le guiñó el ojo.

Sabía que tenía razón, en esos momentos había gente, pero sabía que se llenaría muchísimo más, pero ahora tenía un poco de tranquilidad y tiempo de disfrutar de la música. Luisita había hecho una playlist para la fiesta, y en realidad fue como terapéutico, elegir canciones con las que se sentía identificada, aunque tuvieron que pasar por la aprobación de María y algunas fueron negadas por ser demasiado tristes. Esa noche no había lugar para la tristeza, sólo para el empoderamiento y el amor propio.

En esos momentos, sonaba "Tarántula" de Natalia Lacunza y Amelia empezó a tararearla mientras cogía un trapo y empezaba a limpiar los cercos que habían dejado los vasos que acababa de servir a un grupo de cinco chicos que se habían sentado en la barra, sin embargo, uno de los chicos, escupió un poco volviendo a manchar la barra y Amelia le dedicó una mirada asesina, pero el pareció darle igual, porque ni si quiera la miraba, sino que tenía la vista demasiado absorta en otra cosa.

- Tio, mira. – dijo a su compañero dándole un pequeño codazo para que siguiera su mirada.

Parecía como si se lo hubiera dicho a Amelia también, porque ella también miró a lo que estaban viento, y si ella hubiera tenido una bebida, también la hubiera escupido, pero no, tragó saliva ante aquella imagen.


...Pienso más de lo debido
Siempre quiero más de lo que pido
Quiero estar sola conmigo
Todo lo demás es sólo ruido


Por aquellas escaleras bajaba una chica rubia que Amelia apenas reconocía, y no porque no pudiera decir quien era, es más, ahora podía decir más que nunca que esa era la Luisita de siempre, pero no la reconocía porque hacía demasiado que no la veía así. Llevaba el vestido negro ceñido que Bea le hizo quitarse porque se le marcaban "las curvas", tenía el pelo suelto perfectamente peinado, una sombra de ojos discreta, aunque eso no evitaba que pareciera que te pudiera atravesar con la mirada y, lo que más le llamó la atención a Amelia, esos labios rojos.


Un refugio en ti (#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora