━ 𝐋𝐗𝐗𝐕: Brezo púrpura

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•─────── CAPÍTULO LXXV ───────•

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──── CAPÍTULO LXXV──

BREZO PÚRPURA

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        UNA SERIE DE GOLPECITOS LLENARON EL AIRE, haciendo eco en la estancia. Drasil, que hasta ese momento había permanecido recostada en su lecho, se irguió sobre los codos y desvió la mirada hacia la puerta. Se incorporó hasta quedar sentada sobre el mullido colchón y apoyó la espalda en el cabecero de madera, para finalmente articular un titubeante «adelante» que reafirmaba las pocas ganas que tenía de socializar con nadie. La persona que se encontraba al otro lado del umbral asomó la cabeza a través de la puerta, ocasionando que los iris verdes de la hija de La Imbatible centellearan tenuemente ante la visión de aquella larga melena azabache que ella tan bien conocía.

—Hola —saludó Eivør—. ¿Puedo pasar?

Drasil realizó un movimiento afirmativo con la cabeza, justo antes de acomodarse de tal manera que su mejor amiga pudiera sentarse al borde de la cama. Vio cómo Eivør ingresaba en la alcoba y cómo posteriormente cerraba la puerta tras de sí y se dejaba caer a su lado. La tela azulada de su vestido combinaba a la perfección con su tez bronceada y su cabello oscuro. Ella, por el contrario, lucía un sencillo camisón que le llegaba a la altura de los tobillos.

—Me pasé por aquí ayer —comentó la mayor luego de someter a Drasil a un riguroso escrutinio. Le dolía verla así, tan abatida. Estaba pálida y ojerosa, con el rastro de las lágrimas saladas surcando sus mejillas—. Pero tu madre me dijo que no querías ver a nadie.

La aludida bajó la mirada, clavándola en sus manos unidas. Sus dedos pulgares no dejaban de juguetear entre ellos en un mohín nervioso.

Ya habían transcurrido dos días desde su discusión con Ubbe, pero seguía sin levantar cabeza. El día anterior lo había pasado encerrada en casa, más concretamente en su dormitorio, donde había podido dar rienda suelta a sus emociones. Las únicas personas con las que había tenido algo de contacto habían sido su progenitora y el esclavo cristiano. Más allá de eso, había estado totalmente aislada.

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