━ 𝐗𝐈𝐈𝐈: Un amor prohibido

3K 312 314
                                    

N

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

N. de la A.: cuando veáis la almohadilla #, reproducid el vídeo que os he dejado en multimedia y seguid leyendo. Prometo que no os arrepentiréis.

✹.✹.✹

────── CAPÍTULO XIII ──────

UN AMOR PROHIBIDO

────────ᘛ•ᘚ────────

( NO OLVIDES VOTAR Y COMENTAR )

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

( NO OLVIDES VOTAR Y COMENTAR )

◦✧ ✹ ✧◦

        A EIVØR LE ENCANTABA IR AL MERCADO. Aquel lugar, en el que la mayoría de los habitantes de Kattegat convergía para realizar sus compras rutinarias, podía resultar de lo más agobiante y opresivo para algunos, pero no para ella. La muchacha, a la que le gustaba estar rodeada de gente, disfrutaba deteniéndose en cada puesto, ya fuera para regatear el precio de algún objeto que hubiese captado su interés o simplemente para admirar lo que los diversos vendedores ambulantes ofrecían. A Drasil, por el contrario, aquella situación no podía parecerle más estresante.

Esa mañana, como muchas otras, Eivør había llamado a su puerta, con una cesta de mimbre colgándole del brazo derecho y una resplandeciente sonrisa en los labios, para pedirle que la acompañara al mercado. Al principio Drasil se negó en rotundo, dado que no le entusiasmaba la idea de verse acordonada por decenas de personas, aunque no le quedó más remedio que acceder cuando la morena comenzó a hacer pucheros y a batir sus largas y espesas pestañas.

«Te odio», le había dicho la menor a su mejor amiga, justo antes de abandonar el calor de su hogar para poner rumbo a la plaza. Eivør no hizo otra cosa que carcajear, provocando que Drasil blanqueara los ojos y mascullase algo ininteligible.

Sin dejar de caminar, las dos se arrebujaron en sus respectivas capas. Quedaban muy pocos días para que se iniciara el misseri* de invierno, la época más dura del año, de ahí que las temperaturas hubiesen caído en picado hasta el punto de obligar a las jóvenes escuderas a abrigarse para que el frío no les calara hasta los huesos.

➀ Yggdrasil | VikingosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora