━ 𝐗𝐂𝐕: Una última noche

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N. de la A.: cuando veáis la almohadilla #, reproducid el vídeo que os he dejado en multimedia y seguid leyendo. Prometo que no os arrepentiréis.

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─── CAPÍTULO XCV──

UNA ÚLTIMA NOCHE

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        KAIA AVISTÓ A LAGERTHA fuera de su tienda, sentada en una pequeña pendiente mientras contemplaba con detenimiento algo que sostenía en las manos. Inspiró profundamente, reparando en la expresión contrita que ensombrecía los rasgos faciales de la soberana, que permanecía ajena a su presencia. Una dolorosa punzada le atravesó el pecho, justo donde se encontraba su corazón, pero se recompuso enseguida. Se recordó a sí misma el motivo por el que estaba allí, la razón por la que había decidido ir a ver a Lagertha a pesar de estar distanciadas, e ignoró el desagradable nudo que se había aglutinado en su garganta, constriñéndole las cuerdas vocales. No estaba dispuesta a echarse atrás, no ahora que contaba con la determinación suficiente para hablar con ella.

La noche había caído sobre Midgard, apresándola entre sus oscuras fauces, pero las antorchas que había dispuestas a lo largo y ancho del campamento lo mantenían bien iluminado. Arrebujándose en la gruesa capa que llevaba sobre los hombros, La Imbatible avanzó hacia su compañera, sobre cuya figura incidía la luz de la luna.

Alertada por sus pisadas, Lagertha alzó el rostro hacia ella, posando sus iris azules en los grises de Kaia. Si estaba sorprendida por su presencia —y más a esas horas de la noche—, no lo demostró. En su lugar, observó en el más absoluto mutismo cómo su lugarteniente se acomodaba a su lado, aprovechando la verticalidad de aquella pequeña ladera. Ninguna dijo nada, alargando el aciago silencio que imperaba en esa zona del asentamiento, lo que impulsó a la rubia a volver a focalizar su atención en el colgante que reposaba en la palma de su mano derecha.

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