━ 𝐕: Caminos separados

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•─────── CAPÍTULO V ───────•

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────── CAPÍTULO V ──────

CAMINOS SEPARADOS

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        A LA MAÑANA SIGUIENTE todo estaba dispuesto para la partida de Björn y Hvitserk Ragnarsson. Los drakkars*, construidos por el mismísimo Floki, permanecían llenos de provisiones y armas, y los nórdicos que habían decidido embarcarse en aquel viaje por el mar Mediterráneo no dejaban de ir de un lado a otro con aparente ajetreo, ya fuese para hacer un rápido recuento de todo lo que debían llevar o bien para despedirse de sus respectivas familias, a las que no verían en muchas lunas.

Kaia, Astrid, Eivør y Drasil observaban cómo Lagertha se despedía de su hijo, quien no lo dudó a la hora de envolverla en un efusivo abrazo. Sin poder disimular un rictus amargo contrayendo sus facciones, la rubia correspondió al gesto. Era evidente que le preocupaba que algo malo pudiera pasarle, de ahí el intenso brillo de su mirada, tras el que se ocultaba un sinfín de lágrimas reprimidas.

Aquella escena tan entrañable hizo que a Kaia se le encogiera el corazón, dado que no acostumbraba a ver a su jarl de ese modo, expresando sus sentimientos. Puede que fuese conocida por ser temible y sanguinaria, además de ambiciosa, pero como cualquier otra madre sentía debilidad por sus retoños. Eso era, sin duda alguna, lo que más le gustaba de ella: su parte humana y sensible, aquella que haría lo que fuera por sus seres queridos.

Drasil, por otro lado, había dejado que la congoja se apoderase de ella. Con unas prominentes ojeras surcando la parte superior de sus pómulos y un terrible dolor de cabeza, contemplaba con cierto pesar los barcos que había atracados en el muelle, aquellos cuyas velas, de colores brillantes y llamativos, ondeaban al compás de la brisa matinal.

Profirió un lánguido suspiro, abatida.

Le habría gustado tanto acompañar a Björn en ese viaje...

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