Intento 13

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Raymundo do Santos era una persona eficiente cuya imagen emitía respeto; de tez negra, ojos de mirada observadora y cuerpo atlético, llevaba muy bien sus recién cumplidos cincuenta y un años. Él nunca tenía problemas en enfrentar al Comité Directivo del Instituto Van Leeuwenhoek, pero esta vez era diferente, debía anunciarles que había concedido a la doctora Simas un período sabático. En otras palabras, que la encargada del Departamento de Investigación de Reproducción Viral no iba a trabajar por un año completo, justo cuando hacía poco más de una semana habían perdido al Director de Investigaciones Virales: el profesor Esteban Tochigi. Menudo favor que le hacía a Isabel, ¡era como ponerse la cuerda al cuello para que el Comité lo colgara! En fin, lo hecho estaba hecho y no le quedaba mayor opción que encarar la furia de sus miembros. Por lo menos se encontraba seguro de que esta reunión no sería un sopor a la manera de tantas otras.

Su asistente le anunció que ya habían llegado todos mientras lo acompañaba con dos jarras de agua para llevar a la sesión. Él abrió la puerta del salón de conferencias y, al igual que siempre, fue recibido por los rostros serios y rígidos de los integrantes del consejo con la excepción, por supuesto, de la doctora Samantha Lloyd, la presidenta, que gustaba de a vestir una amplia sonrisa de bienvenida. Alrededor de la misma edad que do Santos, la doctora Lloyd era la imagen perfecta de la dama elegante; su cabello blanco natural, debido a unas canas un tanto prematuras, no la hacía verse mayor, sino con mucha clase y atractivo. Raymundo no dejaba de preguntarse cómo ella nunca perdía su sentido del humor ni su ecuanimidad, a pesar de tener que pacificar en forma constante a los otros miembros que se la pasaban quejándose y exigiendo a diestra y siniestra.

Después de casi una hora de discusiones sobre diferentes problemas y sucesos ocurridos en el último mes, llegaron al punto de la agenda acerca del personal del instituto.

"¿Algún progreso con respecto a encontrar un nuevo Director de Investigaciones Virales, doctor do Santos?" inquirió la presidenta del comité.

"Ya pusimos el aviso de apertura de la posición en los sitios de costumbre y hemos comenzado a recibir un buen número de postulantes para el trabajo, algunos prometedores. Todavía hay otra semana para aplicar, así que confiamos tener incluso más candidatos. Planeamos hacer las entrevistas la última semana de este mes. Por el momento todo está bajo control y deberíamos tener un reemplazo a principios o mediados del próximo."

"Esperemos sea así," irrumpió Belinda Alegre. "La pérdida del profesor Tochigi ha sido una verdadera catástrofe. Dudo mucho que alguien pueda hacer su trabajo de la misma forma, y ni qué decir del prestigio que nos daba tenerlo como parte del Instituto. Ojalá consigamos alguien que valga la pena el próximo mes."

La señorita Alegre era una mujer regordeta, con una mueca de desdén y superioridad permanente en la cara. Su ropa siempre parecía estar en una lucha continua para no reventar ante la presión de su cuerpo, y los colores de la misma eran de tal intensidad y contrastes, que hacían parpadear de dolor a quien se atreviera a verlos por más de unos segundos. Su voz chillona, junto con el hecho que tendía a salpicar saliva cuando hablaba, contribuía a que nadie quisiera pasar ni cinco minutos cerca de ella.

"Seguro así será," se apresuró a interceder la doctora Lloyd. "¿Alguna otra novedad en lo que respecta al personal?"

Ahora o nunca, se dijo Raymundo:

"La doctora Simas, encargada del Departamento de Investigación de Reproducción Viral, acaba de iniciar ayer un año sabático y..."

"¿¡Qué cosa!?" interrumpió de nuevo la misma mujer. "¡Cómo es esto! ¿Otro empleado que se va? Y, si no me equivoco, la doctora Simas no es que sea la encargada de limpiar los sanitarios, ella es uno de nuestros investigadores más calificados, ¿no es así? ¿Cómo es posible que alguien le haya dado permiso para tomarse un año mientras sufrimos la ausencia del profesor Tochigi? Raymundo, querido, ¿no eres tú el que aprueba o no ese tipo de privilegios? ¡Explícate de inmediato!"

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