Intento 16

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La sala de reuniones del comité directivo del Instituto Van Leeuwenhoek se hallaba en completo silencio. Las personas, sentadas alrededor de la mesa redonda de cristal, esperaban escuchar la respuesta de la Dra. Lloyd. Todos ellos sabían muy bien qué había ocurrido con los exys, en especial con Dimos, el miembro que fue reemplazado por el Prof. Nguyen.

"Como dije antes, teníamos exypnos empleados en diferentes laboratorios, incluido a Dimos Katechis, que era miembro de este comité. Los exys eran un suceso; trabajaban mejor que nadie y socializaban en forma positiva con el resto del personal que no sabían, ni saben aún, acerca de su existencia. Un buen día, o más bien debería decir un mal día, uno de ellos fue a quejarse con el jefe de su departamento acerca del sistema de seguridad de contención de bacterias y virus letales. El jefe del departamento entendió que tenía razón en varios puntos, pero él no podía implementar esas medidas en ese instante, tenía que pasar por la aprobación del director general y del comité directivo. El exy insistió que era imposible trabajar de esta manera y que los cambios deberían hacerse enseguida, que era un riesgo para él y sus colegas continuar así. El jefe del departamento intentó calmarlo, mas fue peor; el individuo en cuestión agarró un libro del escritorio, lo lanzó al piso en modo de protesta y salió de la oficina dando un portazo.

"Al mismo tiempo, en la cafetería, otro joven del Einstein exigía hablar con el administrador para decirle que el menú no estaba cien por ciento balanceado, ya que en diferentes combinaciones de entradas y platos principales, así como sándwiches, ensaladas y sopas, muchas veces había 1.5 mgr. de grasa de más de lo recomendado. El exy insistía que eso era inadmisible y, que tanto él como sus compañeros, estaban siendo envenenados poco a poco. Varios de ustedes seguro conocen al administrador de la cafetería, el señor Enrager, que se toma tiempo para conversar con la gente, que siempre está sonriendo y tiene un gran sentido del humor. Bueno, el señor Enrager pensó que el reclamo no era en serio, que era una especie de broma o chiste, así que decidió continuar con lo que entendía era una tomadura de pelo. Le respondió que, en efecto, era un complot y ahora que lo habían descubierto, cambiaría por completo el menú para mediodía con uno balanceado a la perfección como se requería. El exy se tranquilizó con la respuesta, pero advirtió al administrador que, si no modificaba el menú, él se encargaría que nadie consumiera sus alimentos mortíferos. El señor Enrager no pudo aguantarse la risa y le dijo que hiciera lo que creyera conveniente, que su vida estaba en sus manos.

"Justo ese día tocaba la reunión mensual del Comité. Ya nos encontrábamos listos para comenzar, mas faltaba Dimos. Él siempre llegaba a la hora exacta, por eso todos estábamos sorprendidos que fuera el único miembro que no hubiera arribado. Después de aguardar unos diez minutos, resolvimos iniciar cuando escuchamos afuera la voz alterada de quien esperábamos. Dimos entró furioso, disculpándose por la tardanza y añadiendo que teníamos que discutir ahora mismo un punto crucial que faltaba en la agenda: la limpieza y orden en el Van Leeuwenhoek. Nos enteramos que tal fue la causa de su retraso; había estado hablando con el coordinador de higiene y saneamento, para decirle que su labor dejaba mucho que desear y que no podía continuar así. Nosotros habíamos notado antes que él era muy particular con respecto al orden y organización, mas esto ya era una exageración total. Intentamos tranquilizarlo, pero sin mayor resultado. Dimos salió de la sala, diciendo que no podía trabajar bajo esas condiciones, que iba a inspeccionar los jardines para ver cómo andaban. Nosotros pensamos que una caminata al exterior le iba a caer bien y lo ayudaría a calmarse, así que lo dejamos partir.

"Los asuntos a tratar ese día eran varios, por lo que decidimos quedarnos en la tarde y fuimos todos a almorzar a la cafetería. Cuando quisimos entrar, nos topamos con la sorpresa que sus puertas estaban cerradas a la par que oíamos un concierto de ruidos como de cosas lanzadas al piso. Al poco rato, escuchamos la voz de alguien que gritaba que nadie debía tocar la comida, que era tóxica y que él mismo se ocuparía que el administrador de la Cafetería parara de una vez por todas de envenenar a los empleados del Van Leeuwenhoek. Los encargados de seguridad del Instituto llegaron en ese instante y también llamamos a la policía. Felizmente llegaron a tiempo porque, cuando por fin forzaron su entrada en la cafetería, encontraron al exy con un cuchillo en la mano dispuesto a atacar al señor Enrager. La policía lo apresó y, en el momento en que se preparaban a llevárselo, se escuchó el sonido como de una pequeña explosión proveniente de uno de los laboratorios. Ellos llamaron por refuerzos y rápido fueron a ver qué pasaba. El exy que había reclamado en la mañana acerca del sistema de seguridad de contención de bacterias y virus estaba destruyendo ese lugar. Él fue detenido de inmediato, debido a la veloz intervención de la policía que ya se hallaba en el local.

"Ante aquel desarrollo de acontecimientos, nos preguntamos cómo se encontraría Dimos, puesto que él también había presentado un comportamiento muy inusual. Nos dispusimos a buscarlo en el jardín, acompañados por agentes de seguridad. A la vez, facilitamos una lista de los otros exys que trabajaban en el Van Leeuwenhoek para que fueran detenidos. Al final, lo hallamos tirado al lado de una de las fuentes de agua, estaba con convulsiones, su nariz sangraba de manera profusa. Le suministramos primeros auxilios mientras esperábamos la llegada de los paramédicos, que lo subieron en una ambulancia donde murió en camino al hospital.

"Los demás exys fueron llevados al Einstein. Algunos de ellos entraron en convulsión como Dimos y murieron, otros nunca presentaron síntomas de comportamiento agresivo y todavía trabajan allá. De una forma u otra evitamos que el incidente llegara a los medios de noticias.

"Lo sucedido provocó que nos diéramos cuenta de los riesgos de tener a exys como empleados. El Einstein nos asegura que las siguientes generaciones tienen mayor estabilidad, pero aún hay más de un caso que, de un momento a otro, altera su comportamiento, muchas veces en uno agresivo y acaba teniendo un ataque de convulsiones que lo lleva a la muerte. Es por ello que, mientras exista la posibilidad que un exy pueda ser un riesgo al Van Leeuwenhoek y sus empleados, nuestra posición en relación a contratarlos es un definitivo y rotundo NO."

Al escuchar un silencio aprobatorio como única reacción, la Dr. Lloyd tomó aliento y terminó diciendo,

"Entonces, tendremos que conseguir personas cien por ciento humanas que sean capaces de reemplazar al Prof. Tochigi. Con respecto a la Dra. Simas, también espero se encuentre un reemplazo temporal. Y ahora podemos pasar al último punto de la agenda; hay que tomar una decisión acerca de cuánto de nuestro capital queremos invertir en acciones de la compañía Mebhris."


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