Intento

Intento 124(II)

Todos aceptaron en silencio que aquel sería el plan, aunque el joven del chip no dejaba de sentirse incómodo de poner a Tsi en una posición peligrosa. Ella pudo reconocer su preocupación así que, para bajar la tensión del ambiente, cambió de tema,

"¿Y cómo sabes, Isabel, tanto sobre los Crompelis?"

"Fueron ellos los que hicieron que nos retardáramos en llegar a Crunjick y los que causaron mi problema," contestó la aludida enseñando su mano, de la que aún no había recuperado el uso total, y pasó a contarles la historia de lo sucedido en el viaje a la Antigua Ciudad de La Luz.

La lugareña les explicó que la zona cercada, por la que habían ingresado para escaparse de la criatura que les perseguía, era un colector de lluvia. Cuando nubes cargadas con gran cantidad de humedad se situaban sobre un centro poblacional, estas eran atraídas por tales construcciones, en donde terminaban vertiendo el líquido. Apenas las primeras gotas de agua tocaban el suelo, el de aquellos recintos se desplazaba para almacenarla y distribuirla a los diferentes reservorios. Los colectores permanecían cerrados para que nadie fuera a aventurarse allí porque la precipitación podía ocurrir más rápido de lo que uno pudiera calcular, con la consecuencia de verse atrapado en un estanque subterráneo. Tsi pensaba, que si encontraron una entrada abierta, era debido a que estaría en reparación.

Continuando con las aclaraciones, les explicó que fue un charugilo la misteriosa bestia que los siguió cuando salieron de la casa del amigo de su abuelo. Según ella, se trata de animales muy simpáticos y amistosos que viven en áreas naturales como Francestomia.

"Son unas criaturas muy inteligentes y curiosas, le gusta acercarse a las personas para jugar, ¡son de lo más yaba!"

"¿Estás segura que estamos hablando del mismo bicho?" cuestionó Isabel. "Porque este de acá no parecía querer jugar con nosotros."

"Es muy probable que fuera uno de los adiestrados por los supervisores," apuntó la je-morina. "En las ocasiones en que hay muchos visitantes en algún lugar, los supervisores deben permanecer más alertas que nunca para resguardar la paz y armonía. Con tal propósito traen charugilos que ellos mismos han entrenado. Estos no viven en los centros poblacionales, solo son llevados allí cuando se los requiere, por lo general viven libres en su medio."

"¿Cómo es que no hemos visto ninguno en Crunjick?" inquirió Mandi.

"Porque habían tantos supervisores, que no se los necesitaba. Se puede deducir, que los han llevado para ayudarse, ya que deben estar cortos de personal por haber sido mandados a Crunjick. La forma que operan es la siguiente: cuando ven a alguien haciendo algo que no debe, el charugilo se acerca mantentiendo una distancia definida y hace funcionar un diminuto aparato que envía una señal a sus entrenadores los que, entonces, deben ir a darle el alcance y ver qué es lo que está pasando. Me imagino, lo que sucedió con ustedes fue que los adiestradores estarían ocupados en otra parte y por eso se demoraron en llegar, dándoles tiempo para escaparse. El animalito que tenían detrás se dio cuenta que no iba a poder seguirlos cuando vio a Isabel subir la barrera del colector de lluvia. En casos como ese, el pequeño está entrenado a intentar detenerlos y por eso los atacó. No creo que les hubiera causado un daño de cuidado, pero sí se habría encargado que no se muevan de allí hasta el arribo de los supervisores."

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Alex y Tsi todavía se hallaban despiertos El resto del grupo se había acomodado en los asientos que, siguiendo las indicaciones de ella, terminaron amoldándolos a sus cuerpos de tal manera que se sentían más confortables que estar echados. No habían apagado las luces de la sala; la nieta del Inventor las había ajustado al estilo de relajamiento, dando por resultado una luz crema opaca que suavizaba los tonos y colores, creando una dulce armonía. Casi sin darse cuenta, todos cayeron dormidos, iniciando a recuperar la energía que iban a requerir al descender en la Nueva Ciudad de La luz.