EPÍLOGOS

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Epílogo 1: sobre amistad y parejas, universos y explicaciones (II)

Femi se acercó al grupo ubicado en la mesa del cafébaile con una gran sonrisa. Era bueno encontrarse todos reunidos, esta vez no por cuestión de trabajo, sino para disfrutar el momento y festejar juntos la felicidad de sus amigos. Luego de los saludos del caso, se sentó junto a ellos.

"¿Cómo están?" preguntó, si bien la respuesta era obvia, los presentes se veían de lo más contentos, salvo por el del cabello pelirrojo que todavía parecía hallarse un tanto distante.

"Esteban, ¿vamos a bailar?" lo invitó su pareja.

"Isabel, sabes perfectamente que yo no bail..."

Pero ya ella lo había cogido de la mano y lo jalaba. Él no pudo rehusarse, se encontraba tan feliz, que intentar moverse al son de la música no cambiaría su humor; se sentía superyaba.

La música era rítmica y contagiosa. De pronto, la agente se halló moviendo los pies y siguiéndole el compás. Volvió la cara y siempre con la alegría reflejada en su semblante,

"Alexander, creo que necesitas remecer el cuerpo, ¿bailas conmigo?"

"No sé Femi..."

"Vamos, Alex, no te hagas de rogar," intervino Samir.

Por un instante, el chico aludido vio el rostro de Tsi y recordó lo que la je-morina le pidió: si piensas en mí después que te vayas, hazlo con una sonrisa. Él le había hecho una promesa...

"Bueno pues, ¿por qué no?" repuso, levantándose de la mesa.

Mandi y Samir se quedaron sin compañía.

"Tres días y ya estaremos de regreso en el NatuArenas, y de allí solo nos queda una semana más de trabajo," inició a hacer conversación el varón.

"Ajá," pronunció su amiga que se hallaba distraída, contemplando el bailar de la gente.

"Y tú de vuelta a estudiar y yo también," continuó el muchacho de Lobla.

"Ajá," repitió ella.

Sin pensarlo dos veces, Samir prosiguió,

"Mandi, ¿te acuerdas ese día..., terminado el partido de frescavoliu..., cuando estábamos sentados igual mirando bailar a los demás?"

"Ajá..."

"¿Te acuerdas de lo que me dijiste, que no creías que funcionaba una relación a larga distancia?"

"Ajá..."

"Bueno..., no sé..., tengo curiosidad...," y dándose valor, "¿Sigues pensando igual?"

La hija del chef dejó de observar a los danzarines y fijó con ojos de asombro a su compañero de asiento. ¿Qué trataba de decirle Samir? Su corazón paró de latir por unos segundos antes de contestar,

"Bueno, creo que todo depende de qué tan serios sean los sentimientos de la pareja y cuanto se conozcan. Si ya se conocen bien antes de separarse, de repente...," respondió la chica, y el estudiante del Einstein no pudo evitar una sonrisa.

"¡Qué yaba!" dijo él.

"¿Qué yaba qué?"

"Que nosotros ya nos conocemos muy bien, ¿no?"

"Sí, ¿pero eso qué tiene que ver?" anotó Mandolina.

Samir rápido captó lo que se hallaba detrás del cuestionamiento. Mandi había dicho dos cosas: que se conocieran muy bien y que sus sentimientos sean serios.

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