Intento 130

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Plos no veía el minuto de reunirse con su familia para disfrutar las celebraciones en el salón de conferencias del Centro de La Luz. Su turno de trabajo debía haberse acabado hacía buen tiempo; sin embargo, lo llamaron de urgencia porque necesitaban más supervisores especialistas en seguridad. Por fin, ya se encontraban a punto de concluir con el barrido de cuartos, el que no había servido de mucho; los dos seres que estaban buscando no habían sido hallados aún. Su única esperanza era, que al finalizar su tarea lo dejaran libre. Todavía quedaban un par de horas antes del término de las festividades, no deseaba para nada ¡pasar el momento crucial del Día del Inicio trajinando!

Abrió con sigilo la puerta de la última habitación que les tocaba revisar; su compañero un paso detrás, con la vista en el corredor, aun cuando aquel era vigilado por otros dos supervisores, plantados al frente de la pared final del pasillo. ¿Qué hacían allí resguardando un muro? No tenía la menor idea, mas no sería él quien disputara una orden de los frodaleus.

"Uy... Mil disculpas," murmuró Plos, cerrando de inmediato la puerta con gran cuidado de no causar ninguna vibración.

"¿Qué haces?" leyó decir en los labios de su compañero.

"No hay necesidad de revisar ese cuarto, a no ser que quieras entrar y despertar al frodaleu que está durmiendo muy cómodo en su cama."

"No, por supuesto que no," concordó el otro al instante.

"Bueno, esta es la última habitación, creo que solo nos queda hacer el reporte. Después, podremos ir a reunirnos a la celebraciones," indicó Plos, ya caminando rumbo a la oficina de seguridad del Centro.

"¿Estás seguro que era un frodaleu al que viste en la cama?" cuestionó su acompañante.

"Por supuesto que sí, ¿quién  otro más podría ser?" respondió el aludido, recordando que, por el ángulo en que había visto a la persona, tan solo había podido divisar una silueta debajo de las sábanas. Debía sentir bastante frío porque tenía cubierta hasta su cabeza. Pero cada uno se acomoda para dormir de la forma que prefiere, razonó. Su hijo tendía a despertarse con la cara adentro de las sábanas y los pies en el lugar que uno espera ver asomar el cráneo.

"¿No te parece raro que un frodaleu esté durmiendo? Yo pensaba que todos ellos se hallaban en alguna de las celebracio..."

"Mira, si quieres regresar y preguntar a un anciano frodaleu porqué está descansando, después de una temporada de trabajo intenso por los interminables eventos, siendo esta tal vez su única oportunidad de dormir en todo este tiempo, pues ¡anda a hacerlo!" interrumpió ya malhumorado por completo su colega.

El otro supervisor palideció ante la idea; su compañero era sensato, más que seguro se trataba de uno de esos frodaleus que uno no comprende cómo hacen, para seguir aún en pie con la cantidad de años de existencia que traen encima. Y era muy cierto que habían trabajado sin parar con esto de las celebraciones; el pobre tenía derecho a descansar, a pesar de ser el momento culminante del Día del Inicio. Él podía entenderlo de modo perfecto, sintiéndose también extenuado. Sí, Plos tenía mucha razón. Asimismo, ellos se merecían un rato libre, no era mala idea tratar de alcanzar lo que restaba de los festejos.

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