Intento 121

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Raymundo se sentía asombrado de no estar nervioso ni apurado como el resto. De alguna forma, experimentaba completa seguridad que los asuntos iban a ir a las mil maravillas. Tal vez, debido a que ya vivía un buen tiempo rodeado de exypnos, se había acostumbrado a que las cosas que ellos hacían funcionaban siempre a la perfección, razón por la que no se inquietaba que esto también fuera un éxito. A pesar, que si hubiera el más mínimo equívoco significaría la destrucción total, tal posibilidad, la de errar, se le hacía impensable sin lugar a dudas, por lo que en su mente no cabía ni un infenitesimal rastro de ansiedad. Todo iba a salir de modo impecable y los exys por fin obtendrían una vida. Ahora a él le tocaba jugar el rol que le habían adjudicado hoy: acoger al profesor Quispe, hacerle una excusión del complejo y, llegado el momento del lanzamiento, llevarlo al centro de control donde Nicola se encargaría de apretar el botón que salvaría a la humanidad.

"Raymundo, ¡por fin te encontré!"

Él paró en seco en el corredor por donde se hallaba caminando,

"¿Qué pasa Vania?"

"Nada, solo que, para variar, todo el mundo está ocupado y yo acá aburrida. Esto no es yaba. Nicola se ha ido al centro de control, ¿puedes creerlo? No sé qué se va a hacer sentado allí por casi cuarenta y tres minutos y treinta y ocho segundos, pero si quiere pasarse ese tiempo mirando la pantalla, allá él. Y como Dimos ya salió a verse con los periodistas y los parques están cerrados... Bueno, no tenía nada para hacer, así que pensé en buscarte."

"¿Porque yo tampoco tengo nada para hacer?"

"Euh... No te molestes, Raymundo, pero ya sabes que tú, euh..., bueno, no eres como nosotros y..."

"Por eso no tengo nada importante qué hacer hoy," completó él de buen humor afirmado con una breve risita. "No, si no me molesto, Vania, porque es verdad. Pero, aunque no lo creas, sí tengo una tarea. Ahora me iba a recibir al profesor Saturnino Quispe y darle el tour de por acá, antes de llevarlo al centro de control para el lanzamiento."

"¿El profe Quispe? ¡Yo lo conozco! A mí me enseñaba en el laboratorio de astrofísica del Einstein. Él es súper yaba, ¿puedo estar con ustedes, Raymundo? Me gustaría mucho verlo y que me cuente como van las cosas por allá, ¡te apuesto que me podrá decir cómo anda Elisa!"

"Ven conmigo, entonces. Estoy seguro que también se alegrará de verte."

Y así fue; una amplia sonrisa hizo su presencia en el rostro del investigador de agujeros negros apenas vio a la pequeña, saludándola con un fuerte abrazo. Él tenía conocimiento de su desaparición, ya que ella era una de sus pupilas. Vania se había esfumado antes que él dejara de enseñar, para estar metido a tiempo completo en el Galileo. La explicación oficial de su ausencia fue que se había a ido a vivir con Samantha Lloyd y que continuaba su educación formal desde su nueva casa. El centro educativo no quería hacer público que una de sus alumnas se hallaba perdida, en tanto que las autoridades policiales la buscaban de manera discreta. La directora del Van Leeuwenhoek aceptó ser parte de la pantalla, con el fin de no crear pánico entre los estudiantes del Einstein. Los miembros de la facultad sabían del hecho para permanecer alertas y mandar cualquier información útil a la policía. Cuando Saturnino Quispe se enteró, gracias a Raymundo, sobre dónde habían terminado los exys desvanecidos, asumió que la muchachita pelirroja se encontraba con ellos, si bien no tenía certeza al respecto. Entre una y otra cosa, nunca tuvo la oportunidad de preguntarle en lo tocante a la niña.

Tampoco notó que la Dra. Lloyd lo hiciera, pero claro, sin duda había robado un momento para inquirir acerca de su hija adoptiva y enterarse que estaba sana y salva con los demás exypnos. Ya pronto se reunirían, hoy mismo podría verla después del lanzamiento. Ella también sería testigo de tal evento, en estos instantes andaría con el grupo de científicos que se hallaba visitando el lugar. Parecía un tanto extraño que no estuviera con él, saludando a Vania, mas Samantha era una profesional acérrima y su prioridad fue sin duda: trabajo primero, familia después.

El astrofísico había elegido no hacer la expedición con el resto de la comitiva científica; sabía que iba a ser algo tan oficial, que los del complejo solo mostrarían lo que les convenía. Él prefirió optar por pasar el tiempo con do Santos y aceptaron su pedido. Pensaba que el ejecutivo del Van Leeuwenhoek, no siendo un exy, sería más flexible en su enfoque y podrían hablar de diferentes temas, sin restringirse al manuscrito pre-determinado de sus anfitriones. Con él tendría mayor libertad de hacer preguntas y, mejor aún, recibir respuestas.

"Qué gusto verte, Raymundo," saludó Saturnino Quispe con una Vania ahora tomada de la mano, que también lucía una sonrisa de oreja a oreja. "¿Todo bien?"

"Bueno, ya sabe profesor, esto está en manos de los exys, todo marcha a la perfección."

"¿Y Belinda? Pensé que ella iba a estar contigo."

"No, ella está encargada, junto con Dimos, del tour de los reporteros. Después podrá verla durante el lanzamiento. ¿Por dónde quiere comenzar su recorrido?"

Do Santos le había mandado una lista  acerca de los lugares que podrían curiosear para que él eligiera a cuáles ir.

"¡Por un parque!" irrumpió la chiquilla de lo más entusiasmada. "profe, tiene que ver un parque, ¡son súper yaba!"

"Pero los parques están cerrados, Vania," objetó el organizador de la gira.

"No te hagas, Raymundo, tú puedes abrir uno con la clave maestra que te han dado para el paseo del profe Quispe. No pongas cara de cómo yo sé eso, ya sé que no me lo has dicho, pero, si vas a dar un tour a una persona, hay 98.73% de posibilidad que te la hayan dado."

"Un parque... ¿Por qué no?" intervino el recién llegado. "Pero después, Raymundo, no sé si podríamos ir a este sitio...," el emimente científico hurgó dentro de sus bolsillos y sacó su librel. Apretando un par de botones localizó el mapa que necesitaba y se lo pasó a su anfitrión.

"Cuando me llegó el último reporte de progreso de esta base, me vino acompañado con una foto de Delik. No pude resistir la tentación de procesarla en la computadora y compararla con los datos más recientes que teníamos. Al hacerlo, descubrí que hay una especie de energía inusual, una que Delik está descargando directamente hacia nuestro planeta. No la había visto nunca antes porque no había puesto atención, pero como la foto que ustedes me mandaron fue tomada desde este ángulo, el canal de energía, por llamarlo así, se ve con mucha más claridad porque termina ¡justo acá! Correlacioné las coordenadas con el mapa que me enviaron de este centro y pude localizar que el canal de energía llega, (¿o inicia?), en este cuarto," terminó diciendo el erudito, señalando una habitación específica en el mapa de su librel.

Raymundo pasó a contarle, mientras caminaban hacia el parque ubicado a la menor distancia, la historia de cómo fue que registraron el fenómeno y cómo es que existe una habitación doble, resguardada por agentes de seguridad y utilizada por investigadores de física espacial que siguen el brazo de energía veinticuatro horas al día. Ese era uno de los lugares con grandes NO, NOS, para conducir a alguna de las personas que iban a visitar esa fecha el centro de los exys, sin embargo, do Santos no veía ningún problema en llevar al Prof. Quispe a que le echara una miradita. Si al famoso Jefe no le gustaba eso, mala suerte.

"Profe, cuénteme cómo está Elisa, por favor," pidió Vania, y él inició a relatarle las últimas novedades del Einstein.

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