Intento 17

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 "Teban cabu al Pollo, se leía en la nota escrita por mi madre. Entendí al instante a qué se refería: Teban era yo, Esteban. Lo que pasa, lagartijitas, es que los humanos cuando estamos aprendiendo a hablar no vocalizamos bien muchas palabras. Para mí, mi nombre era complicado y al inicio solo decía Teban porque me era difícil pronunciar el sonido sss.

"La segunda palabra también tiene una historia de familia. Con mi padre yo solía jugar a descifrar claves, le pasaba una en la mañana y él tenía que interpretarla para la noche o viceversa. A veces nos mandábamos mensajes sobre algo que no queríamos que supiera mi mamá, más para fastidiarla que por otra cosa. Nuestro código era escribir cada verbo invirtiendo el orden de sus sílabas. Por ejemplo, escribir era bircries, comer: merco, dormir: mirdor, ¿entienden?"

Esteban observó a las dos lagartijas y ambas le devolvieron la mirada.

"Muy bien. Mi mamá no era para nada tonta, al poco tiempo se dio cuenta cómo funcionaba la cosa, pero no nos lo dijo para que no cambiásemos el código y así ella pudiera seguir comprendiéndolos. En fin, al ver cabu supe de inmediato que era buca. Ya sé, buca no es ningún verbo, pero regresando a mi problema cuando niño con el sonido sss, buca no es otra cosa más que busca.

"Ahora me queda aclararles lo de Pollo. Para eso tienen que saber que mi familia no es grande; mis abuelos por ambos lados, materno y paterno, murieron antes de mi nacimiento. Mi papá era hijo único y mi mamá solo tenía un hermano: mi tío Diego. Siendo yo su único sobrino y él mi único familiar, aparte de mis padres, siempre fuimos muy unidos, en especial cuando yo era niño porque no se casó nunca ni tuvo hijos. Mi tío es el Pollo. Les explico: los humanos también tenemos la costumbre de cambiar el nombre a las personas, sobre todo durante la época que vamos a la escuela. A mi tío, sus compañeros de clase le pusieron Pollo porque decían que era cachetón y redondo como un pollito. El sobrenombre no duró mucho porque al año siguiente ya no era ni redondo ni cachetón. Cuando un día salió a colación la historia, me hizo tanta gracia que desde allí lo llamaba tío Pollo o Pollo. Mi tío, que en esa época babeaba por mí, le pareció muy simpático que su sobrino usara un nombre especial para él.

"En conclusión, lo escrito decía: Esteban, busca a tu tío Diego. Lo que me sorprendió fue que esto fuera algo que tan solo mis padres, Diego - el Pollo - y yo podíamos comprender. Eso significaba, entonces, que mi mamá no quería que nadie más lo entendiera.

"Dejé a un lado la nota y me apresuré a abrir la caja, pero estaba asegurada de alguna forma porque no podía levantar la tapa. En un costado vi un pequeño orificio, supuse que era para insertar la llave que pudiera abrirla. Fui al cuarto del escritorio con la idea de agarrar un clip de metal. Al pasar por la cocina, Isabel me preguntó intrigada si todo andaba bien, ya que mi cara tenía una expresión rara. Le dije que no se preocupara, que le contaría durante la cena como le había dicho antes y entré rápido a nuestro dormitorio. Junté la puerta de la habitación, me senté en la cama, desdoblé el sujetapapeles y lo inserté en el orificio de la caja. No era un intento desesperado, sabía que podía abrirla con facilidad utilizando ese método. ¿Se acuerdan lo del juego con mi padre de mandarnos mensajes secretos? Bueno, la razón de eso es porque siempre he tenido una fascinación por los espías. Un día decidí entrenarme a abrir puertas y cerrojos complicados, tal y como veía en las películas o leía en los libros. Me pasaba horas tratando de abrir puertas que yo mismo cerraba, candados de maletas, cerraduras de cajones..., lo que pudiera, usando como única herramienta un clip de metal desdoblado. Con el tiempo, obtuve una buena habilidad para abrir cerraduras, una que, aparte de distracción, no tenía ninguna utilidad hasta que se presentó esta caja. 

"Metí mi improvisada llave en el agujero, pero, por más que traté, no pude obtener el clic mágico que abre cualquier seguro. Al cabo de unos minutos, desistí del asunto porque era evidente que si ese agujero era para una llave, esta tendría que ser muy rara, ya que la sensación que daba su interior cuando ponía el clip era diferente a la de cualquier otra cerradura que hubiera encontrado antes. Al final, tuve que reconocer con frustración, que no podría abrirse con la herramienta que tenía en la mano.

"Escuché la voz de Isabel, anunciaba que la cena estaba lista. Yo no tenía ningún apetito y no me sentía como para sentarme a comer con ella y conversar acerca del paquete, la carta con un comunicado en clave, la caja que no podía abrir. Quería todavía estar solo un rato más antes de decidir qué hacer, antes de contarle sobre todo esto. Respondí desde el cuarto, diciéndole que me disculpara, que no me sentía bien para nada y que ya me iba a dormir. Ella entró al dormitorio y me preguntó qué era lo que tenía. Yo justo había ocultado las cosas debajo de la cama, ya que me esperaba esa reacción. Puse cara de agotado y le dije que seguro era puro cansancio por haber tenido demasiado trabajo estos días y que si me dormía temprano, fijo que al día siguiente me levantaba como nuevo.

"Isabel cerró la puerta detrás de sí. De inmediato, comencé a pensar que debía hacer: tenía una caja dejada por mis padres en un lugar escondido, con algún contenido para mí y con un mensaje que solo yo podía entender. Por lo tanto, era un asunto que mis papás querían que solo yo supiera y necesitaba guardarse en secreto por alguna razón. La nota indicaba de ir a ver a mi tío Diego, él sabría de qué se trataba todo esto. Entonces, ¿qué estaba esperando para hablar con él? Mi instinto me sugería que no hubiera sido una buena idea llamarlo; el escrito no decía habla con el Pollo, decía busca al Pollo. Debía verlo cara a cara, ¿a lo mejor porque él tenía que darme la llave para poder abrir esta caja?

"Salté de la cama, agarré mi librel, me conecté a la Supernet y vi que en tres horas había un vuelo a Gergis, donde vive mi tío. Cuando digo vuelo me refiero a un servicio de avión. ¿Y qué es un avión, lagartijas? Es un aparato inventado por los humanos para hacer eso: volar. De esta manera, a través del aire, nos es muchísimo más rápido ir de un lugar a otro. Pero son aparatos bastantes grandes y que utilizan mucha energía, así que no se utilizan en distancias cortas, sino como para ir a una ciudad a que no es vecina, y se los toma en unos sitios llamados aeropuertos.

"En fin, la cosa es que aún había sitios disponibles, así que reservé el mío y comencé a preparar mi mochila para un corto viaje. No separé vuelo de regreso porque no estaba seguro cuánto tiempo me quedaría en Gergis. Mandé un texto al trabajo con mi librel, les dije que iba a ausentarme por tres días para ayudar a mi tío, que había sido hospitalizado debido a un accidente y, siendo yo su único pariente, tenía que ir a verlo. No dudaba de que Raymundo do Santos entendería la situación. Ahora, solo quedaba usar mi creatividad para explicar a Isabel la razón de mi partida, no quería todavía revelarle la historia, prefería tener respuestas concretas antes de hacerlo. El cuento de que el tío Diego había tenido un accidente no hubiera funcionado porque, como ella también conocía al Pollo, hubiera querido acompañarme. Mientras pensaba qué le podía decir, se apareció en el dormitorio.

"Esteban, ¿qué pasa? He estado escuchando unos ruidos, ¿no se supone que te ibas a dormir? me preguntó. Y lagartijas, hubieran visto la cara que puso al notar mi mochila lista para salir. No quise darle la oportunidad de abrir boca, así que muy rápido le conté que salía a Gergis, que tenía que discutir un asunto importante con el Pollo, pero que estaría de regreso en dos o tres días. Por supuesto, ella me cuestionó sobre qué asunto era, cómo me iba de un momento a otro y qué excusa iba a dar a la gente del Van Leeuwenhoek. Yo le respondí que confiara en mí, que le explicaría bien cuando regresase y que, por favor, me ayudara con el cuento del tío Diego en el hospital. 

"Bueno, me dijo. Confío en ti, pero esta vez de VERDAD me explicas todo apenas regresas. Me prometiste lo mismo hoy, que me conversarías durante la cena, y encima me dejaste como una tonta pensando que estabas enfermo o algo. Nunca nos ocultamos nada, así que apenas estés de vuelta espero escuchar la historia de esto. Ya era hora que saliera para el aeropuerto, por lo que agarré mi mochila y con un beso me despedí de Isabel". 

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