EPÍLOGOS

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Epílogo 1: sobre amistad y parejas, universos y explicaciones

El cafébaile se encontraba lleno de gente que disfrutaba su viernes en la noche; algunos saboreaban la comida, otros danzaban. Era la primera vez que Samir estaba en uno, a él jamás le había interesado ir porque no era del tipo que le gustase bailar y porque nunca tuvo un grupo para salir a un lugar así. Sin embargo, ahora la situación era diferente: había dejado de ser el solitario de antes y le complacía más la compañía de personas de su edad. Incluso, ya tenía amigos de verdad, puesto que ¿cómo no sería así después de haber pasado lo que vivieron juntos?

Alex se ubicaba sentado a su lado, miraba todo con ojos fascinados, pero teñidos de cierta añoranza. Él tampoco había entrado a un cafébaile antes, aunque había escuchado hablar de ellos estos últimos meses en los que por fin se hallaba libre: libre de los campos de producción, libre de ser perseguido y libre del proceso judicial.

Los últimos días fueron interminables; iniciaron con la operación de extracción del chip que tenía injertado, para pasar a ser testigo secreto en un juicio público que concluyó un mes atrás. El resultado: la victoria de Justicia Comercial; la abolición de los campos de producción; el derrumbe del imperio de la Mebhris, sus compañías asociadas y varias más con prácticas similares. El comercio justo estaba desperdigándose casi por inercia, había ganado gran popularidad con aquel juicio escandaloso, la gente no hablaba de otra cosa. La presión de diversos grupos simpatizantes de Justicia Comercial y el público en general terminó por empujar a los políticos a que se ocupasen menos en discutir ataques e insultos personales, y más en una legislación que garantizara la práctica del comercio justo a nivel mundial. El proceso iba a tomar un buen tiempo de ajuste económico como había dicho Yurusalem, que se hallaba metida de forma activa en el meollo del asunto. Ella trabajaba desde su casa en Analucía, entre los gritos y risas de los mellizos que ya iniciaban a gatear por todos lados y gustaban sobremanera subirse a los muebles. Según el Chef Vora, imitaban a Samir en plena escalada de roca.

Mandi miró con una sonrisa a Alexander, pero no funcionó, su amigo no le respondió el gesto. Desde que habían regresado, el brillo juguetón y de buen humor de los ojos del chico pelirrojo había desaparecido. Aun cuando su vida había dado un giro rotundo para él y su familia, una sombra de tristeza lo envolvía. Ella sabía bien de qué se trataba: Alex extrañaba a Tsi. Incluso hoy, un día en que todos se sentían más que contentos estar reunidos con el fin de festejar juntos el matrimonio de Isabel y Esteban, el muchacho no parecía decidirse a disfrutarlo a plenitud.

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Los novios se hallaban radiantes de felicidad. Habían organizado la reunión antes de mañana porque sabían que durante la boda, a pesar de ser una ceremonia pequeña con sus familiares directos y unos cuantos amigos más, no iban a tener la misma libertad de charlar con sus compañeros de aventuras. Estaban encantados que ellos hubiesen hecho el esfuerzo de viajar a Contilae por su matrimonio. Samir y Mandi utilizaron el dinero que habían ahorrado durante su trabajo de verano en el NatuArenas, parecía increíble que ya hubiese transcurrido un año... Bueno, era increíble de verdad porque para ellos fue mucho menos tiempo: lo que les significó solo días en Je-Mor, en su mundo fueron meses.

Después que Raymundo impidió la destrucción del universo de Je-Mor en el segundo crucial, Samir junto con el Prof. Quispe se dedicaron a demostrar la existencia del cosmos de Delik a la comunidad científica. Aquella, a su vez, reportó a los gobernantes. Mandi, Esteban e Isabel sirvieron como testigos de la presencia de planetas dentro del agujero negro, mientras que Alex estuvo ocupado con Femi, la Policía Internacional y Justicia Comercial.

En el proceso de aquellas conversaciones, la amenaza azabache continuó con su trayectoria de modo inevitable y el Sol fue absorbido. Sin embargo, como habían previsto, la radiación de la mencionada estrella seguía sintiéndose por la cuestión de percepción temporal. El profesor Quispe, ayudado por Samir y otros exys, fueron los que calcularon el instante exacto en que el agujero los engulliría, lo que sucedió en menos de una semana después. Tal cual Tsi les había descrito la experiencia en su mundo, una oscuridad se apoderó de ellos, un evento que duró unos cuantos minutos. A continuación, una luz resplandeciente los iluminó; la influencia del Sol volvió a llegarles en forma directa. Ningún instrumento podía detectar ya la presencia de Delik porque ahora formaban parte de él. Habían cambiado a un universo nuevo que, no obstante, era el mismo. Las consecuencias de la transición aún no eran conocidas, algún cambio experimentarían con certeza, pero habían sobrevivido y todo parecía igual por el momento.

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