Intento 63

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La habitación del hotel tenía aire climatizado, a pesar de ello se moría de calor y no podía dormir. En su cabeza no dejaban de darle vueltas, no solo la metamorfosis de Belinda Alegre, sino lo que le había revelado. Todavía tenía fresca en su memoria las palabras que ella usó, "Raymundo, necesito tu ayuda," le había dicho, y él se había quedado hecho un tontonazo con la boca abierta, sin saber qué contestar. Ella le mandó una sonrisa que lo desarmó por completo; lo único que atinó fue tartamudear, tal cual si fuera un chiquillo de quince años:

"Lo que quieras, Belinda."

Lo que quieras, Belinda, se repitió do Santos, ¿de dónde salió con esa frasecita como si él fuera su perro faldero? 

La irreconocible mujer se había sentado en el sillón y le sugirió jalarse una silla a su lado.

"No te preocupes, Raymundo, no te voy a morder," le dijo, aún con la sonrisa en los labios y los ojos brillando por la gracia que le hacía ver la expresión que llevaba.

Él obedeció sin chistar, siguiendo hipnotizado por completo con la transformación.

"Raymundo, esta es la situación," reinició ella con tono ya no juguetón, sino uno muy serio. "Soy un agente de la Policía Internacional. Mi verdadero nombre no es Belinda Alegre, pero como no hay ninguna utilidad que lo conozcas, mejor sigamos usando ése. Hace como tres años y medio, el Centro Educativo Einstein comenzó a perder algunos de sus alumnos. Te explico: el Einstein lleva un seguimiento muy cercano del desenvolvimiento de sus estudiantes durante y después de haber pasado por sus aulas. Ya sabes, es por el hecho de ser exys la mayoría de ellos, por lo que se preguntaban cómo reaccionarían conforme iban creciendo en edad.

"Como te decía, de un momento a otro perdieron la pista de varios de los recién graduados, incluso algunos decidieron abandonar sus estudios y desaparecieron del radar. Tengo que decirte que ese desaparecer es una cosa complicada porque el Einstein tiene como socio a la Policía Internacional para el seguimiento de sus ex-alumnos. Es un acuerdo entre los gobiernos de las naciones que estuvieron envueltas en el experimento genético de exynos para estudiar su desarrollo. Esfumarse del seguimiento de la Policía Internacional, que cuenta con recursos tecnológicos avanzados de primera, no es una cosa sencilla, tal vez solo gente con la inteligencia de un exy podría eludirlos.

"Las desapariciones se hicieron un tanto más frecuentes, entonces, ya no se tomaron como algo casual ni como una decisión personal. En vez, todo apuntaba a algo organizado sobre manera y con algún propósito determinado. Se temió que a alguien se le había ocurrido exterminar a los exys y se decidió que el asunto no podía dejarse por más tiempo sin investigar. Fue así que la Policía Internacional invirtió varios de sus recursos en averiguar qué era lo que estaba sucediendo. Yo ya me encontraba trabajando por hacía unos buenos años para ellos cuando me enteré, que estaban abriendo una pesquisa sobre esto y me ofrecí de voluntaria. Por supuesto no pudieron negármelo. Lo que pasa, Raymundo, es que yo soy una ex-alumna del Einstein..."

Él recordó la pausa de su interlocutora, cómo lo fijó con los ojos, desafiándolo a que le formulara la interrogación lógica: Entonces, Belinda, ¿eso significa que tú eres un exy? Pero do Santos no lo hizo, ¿cuál hubiera sido el punto? Él solo le devolvió la mirada con la misma intensidad, como diciéndole: Si quieres me lo dices y si no quieres, no.

Ella pareció sorprenderse que la pregunta no se materializara. Una vez más sonrió, cualquiera hubiera dicho que se hallaba complacida que alguien no la acosara para saber si era un exyno. Era un buen cambio de la rutina de su vida, todo el tiempo combatiendo el hecho del estigma de ser estudiante del Einstein. Raymundo por un instante pensó que le iba a dar las gracias, sin embago cuando su compañera retomó el hilo de su narración, su tono fue el que había empleado antes,

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