Intento 122

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La nieta de Fle utilizó el ilusionador para cambiar su apariencia y la de los humanos de tal manera, que no fueron reconocindos cuando se cruzaron con un grupo de supervisore que se encaminaban hacia su domicilio. Mientras se detenían a abrir la puerta de la casa de Rit, los fugitivos vieron con aprensión al movilizador al de la familia de Tsi partiendo por los aires. Los recién arribados no tardaron en correr hacia los suyos de modo apresurado, partiendo en persecución.

"No te preocupes, Samuelsen, le va a ir bien," dijo en tono tranquilizador Malcini, al ver la expresión de su compañero. Aquel se asombró con el comentario, a pesar de todo, los dos granujas habían forjado una amistad de verdad.

Una vez dentro de la vivienda de Rit, fueron directo al garaje, se acomodaron en el vehículo volante y partieron. Nadie habló durante el vuelo hacia el centro de movilizadores interpoblacionales; cada uno ensimismado en sus propias ideas e inquietudes, pensando en qué les esperaría para hacer en La Ciudad de La Luz. Samir era quien poseía la respuesta sobre eso, mas cuando Esteban inició el tema, Tsi lo detuvo diciendo que estaban por llegar y que tendrían tiempo de sobra para conversar dentro del transporte al que se dirigían.

"Tenemos que crear identidades falsas, ¿cómo vamos a hacer eso?" preguntó Isabel.

"¿Identidades falsas?" repitió la la joven lugareña sin comprender.

"Sí, los supervisores nos están rastreando y ya habrán dado la alarma, y tendrán nuestros nombres en sitios estratégicos, como el centro de movilizadores interpoblacionales."

La je-morina seguía observando a Isabel confundida, ella continuó tratando de explicarle,

"Cuando des tu nombre allí, seguro estarán al corriente que eres buscada y alertarán a los supervisores."

"¿Por qué debería presentar mi nombre?" inquirió Tsi de nuevo, sin entender aún.

"¿Para pedir tu reserva?" aclaró Mandi.

"No se necesita reportar ningún nombre para eso, solo entregas el código y listo. Y como les dije, Pre me ha proporcionado el código."

"Entonces, ¿cómo pueden saber que el boleto que has comprado o reservado es tuyo y no es otra persona la que lo está usando?" indagó esta vez Malcini.

"Pero, ¿por qué alguien querría hacer algo así?" replicó ella aún más confundida.

"¡Para no pagarlo y viajar gratis!" repuso el cuestionado, como si fuera tan obvio como el respirar.

"Qué extraño, jamás se me habría ocurrido...," respondió la joven de Crunjick. "No creo que nadie haría eso acá. Miren, cualquier persona tiene el dinero suficiente para trasladarse vía movilizadores interpoblacionales, es algo natural, es... Bueno, es algo que uno utiliza si lo necesita y no daría ninguna ventaja ahorrarse el dinero y no pagarlo porque, ¿de qué nos valdría ese recurso adicional? Tenemos dinero para adquirir lo que necesitamos, uno extra sería para algo que no requerimos. Eso retorna a ser tan ilógico e inconcebible, que nadie lo haría, es..., es absurdo. Cuando uno compra billetes o los reserva, solo se precisa saber el código y ya, es más simple que utilizar un nombre."

******

Tal cual Tsi predijo, no tuvieron problemas en encontrar espacio para ellos en el movilizador interpoblacional. También comprendieron el porqué ella había sido reticente en ponerse a planear nada dentro del que pertenecía Rit: este transporte se mostraba dividido en especies de salones, en los que uno podía elegir si quería viajar con otra gente o en forma privada; ellos escogieron la privada. En su interior, los recibió un corredor bordeado de puertas presentando un código, ellos entraron por la que tenía el suyo. Su habitación poseía el mismo tipo de asientos que los familiares, con la diferencia que estos se hallaban acomodados alrededor de una mesa redonda. La pared opuesta al pasillo se componía de un material transparente, por el que se podía apreciar la vista de afuera. Conformaba todo a un cuarto donde podrían conversar con tranquilidad y no bajo la presión de volar apurados, como la que habían experimentado minutos antes en el aparato de la vecina.

El trayecto tardaría unas cinco horas, así que tendrían tiempo para discutir y planear sus movimientos. Tsi les mostró un pequeño panel incrustado en la mesa, por el cual podían volver opaca la ventana; obtener comida, que sería enviada a una caja cerrada situada debajo del mueble; controlar la temperatura de la sala, así como la luz; y por último, poner en funcionamiento una pantalla encajada en la susodicha, donde podían encontrar información y mapas sobre los diferentes centros poblacionales o cualquier otra parte de Je-Mor.

Terminadas las explicaciones del caso y estando ubicados cómodos en sus asientos, las miradas de los presentes se fijaron en Samir, indicándole sin palabras que era el momento de hablar. Él sintió el peso de lo qué tenía que contarles... Se la había pasado concentrado, tratando de ver las diferentes opciones, buscando la más eficiente y con mayor probabilidad de éxito. Durante el corto vuelo al centro de movilizadores interpoblacionales, había cerrado los ojos para cerciorarse que no se le escapaba ningún detalle y que lo leído tenía sentido; que no se hallaba errado en su conclusión.

Un casi imperceptible zumbido junto con un movimiento sutil, le comunicó que ya despegaban. Por unos segundos, todos se fijaron hacia la gran ventana, como para verificar que estaban partiendo y, de inmediato, retornaron su atención en el estudiante del Einstein, llenos de expectación. Él no se hizo esperar más,

"La clave que trajeron Esteban e Isabel..."

"Y yo también, cooperé con bien," apuntó la inteligente lagartija.

"Sí, y L-Hembra," continuó él, "descifró con claridad el cuaderno de notas dejado por tu abuelo, Tsi. Lo que contiene son una serie de ecuaciones con algunas anotaciones de referencia. Por suerte pasé varias horas en el laboratorio de astrofísica del CTC, con lo que me pude familiarizar con el lenguaje de símbolos y teorías que usan en Je-Mor. Gracias a ello y a que aprendí algo de eso en los cursos de mi colegio, he podido entender a qué se refieren," el chico Hafar hizo una pausa, procurando de hallar las mejores palabras para proseguir. Pudo leer en las expresiones del resto, que tenían confianza en su juicio, que no dudaban que él sabía lo que hablaba. Al final decidió, que lo más indicado era ir al punto sin rodeos.

"Este planeta y sus alrededores fueron absorbidos por un agujero negro cuando la oscuridad los envolvió."

"¿Un agujero negro? Pero... ¿cómo? Yo no conozco mucho de eso, Samir, ¿pero no se supone que son como un vacío, un no sé qué de antimateria y que todo lo que entra allí se destruye?" intervino Mandi.

"Es un poquito más complicado que eso, pero es más o menos lo que se piensa... Se piensa, pero no ha sido demostrado. Este lugar es prueba que es un error y las ecuaciones del abuelo de Tsi lo explican perfecto. Al parecer, estábamos equivocados con los agujeros negros, no tanto con la teoría descriptiva, sino con sus conclusiones. Los agujeros negros, según esto, son..., como lo explico..., son una especie de universos en sí. Cuando absorben partes del cosmos, las incluyen en el suyo, no las destruyen. Es el nacimiento a un nuevo mundo: un día del inicio."

"Y no un cataclismo, una destrucción total..., un final," añadió pensativo Esteban.

"Exacto," retomó Samir.

"Entonces, ¿cuál es el problema? Si van a celebrar el Día del Inicio, ¿significa que otro agujero negro los va a asimilar? Y, si así es, ¡nada va a ocurrir!" dedujo Isabel.

"La cosa no es tal cual.

Es que este agujero negro donde estamos,

este universo en expansión continua,

va a llegar a nuestro sistema,

y va a tragarse nuestro mundo."

El muchacho se detuvo para estar seguro que sus palabras habían sido lo suficiente precisas y que todos hubieran comprendido. El silencio que le ofrecieron por respuesta le dijo que era así. Cuando se aprestaba a seguir, Mandi se le adelantó.

"Entiendo, pero voy a decir lo mismo que Isabel, ¿cuál es el problema? Si a este planeta nada le pasó al ser absorbido, ¿por qué tenemos que preocuparnos si absorbe al nuestro? ¿Y qué peligro puede haber para Je-Mor?"

"Ninguno, si el proceso no se altera," afirmó Samir.

"¿Entonces...?" insistió la hija del chef.

"La cuestión es que hay una gran posibilidad, que el proceso sea alterado,"

"¿Y eso sería...?" preguntó Alex.

"Eso sería: la destrucción de este mundo y el nuestro, junto con el universo del agujero negro."

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