Intento 32

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Después de una media hora en el autobús, Samir llegó con Mandi y Liu al NatuArenas. El Chef Vora tenía que estar desde muy temprano en el centro vacacional para supervisar el desayuno, por eso no los podía llevar en la mañana. Él también debía quedarse más tarde que ellos para ver lo de la cena, así que de regreso también tendrían que tomar el bus. El trayecto se hizo corto, ya que los tres conversaron y rieron sin parar. Las chicas le explicaron cómo iban a funcionar las cosas en su nuevo empleo: ellos trabajarían en la preparación del almuerzo e iniciarían varios elementos para la cena. También tendrían que ayudar con el lavado de platos y limpieza general de la cocina, que era lo que menos gustaba de hacer Mandi, mientras que Liu prefería limpiar a cocinar. El muchacho estaba de acuerdo con la hija de la Sra. Suon, la limpieza y el orden eran una cosa importantísima, algo que consideraba indispensable para vivir.

Cuando llegaron al NatuArenas, se dirigieron a la entrada donde el estudiante del Einstein había visto desaparecer a las dos amigas juntas el día anterior. Cruzando la puerta, se encontraron en un corto corredor, cuya pared izquierda tenía una pizarra con las instrucciones del día. Durante la mañana, Samir, Mandi, Liu, Yurik y Lasalo tenían que limpiar todo lo del desayuno; Liu debía dar un corto tour de la cocina a los nuevos: Samir y Yurik, explicando dónde las cosas se hallaban y se guardaban, así como el funcionamiento de hornos y otros aparatos; luego, al primero le tocaba preparar tres docenas de bizcochos de receta básica, para que fuera aprendiendo. Solo tenía que seguir las direcciones de la misma y preguntar a cualquiera lo que no entendiera. Mandi y Lasalo se encargarían de cortar la verdura para el almuerzo. Al segundo también le correspondía poner en su sitio el abasto de ingredientes básicos, que llegaban todos los lunes. El joven pelirrojo trabajaría con las chicas y otros dos chefs en el resto del menú del día. El muchacho de Lobla recibió con alivio la impresión de que todo iba a estar organizado de modo perfecto en su nuevo trabajo, mas tampoco pudo dejar de notar, que a la hija de Yurusalem le brillaron los ojos cuando leyeron que ella iba a trabajar un rato junto al tal Lasalo.

Después de leer las disposiciones, fueron al otro lado del corredor donde se toparon con dos cuartos, uno para Damas y otro para Caballeros, allí podían dejar sus cosas y ponerse sus uniformes de trabajo. Samir entró al vestuario y encontró a Yurik terminando de ponerse su uniforme.

"¡Hola, Yurik!" saludó, "¿pasaste bien la noche?"

"Fue súper yaba," respondió él con su sonrisa de oreja a oreja. "No te imaginas lo buenazo que dormí. Y tú, Samir, ¿qué tal dónde estás?"

"Muy bien. La Familia es un sitio yaba, como dirías tú. ¿De dónde sacaste la ropa de trabajo?"

"Del casillero que tiene mi nombre. Mira, el tuyo está justo al lado."

El chico Hafar abrió el casillero con la llave ubicada en este y se dio con la sorpresa de ver una caja de chocolates con una tarjeta que decía: Bienvenido al NatuArenas, Rogelio Resoto, Administrador. La puso rápido de vuelta adentro esperando que Yurik no la hubiese notado e inició a cambiarse.

Alguien más ingresó al vestuario: un joven alto y musculoso, de cabello rubio y ojos oscuros, piel clara, pero bronceada. Llevaba la cara semi-afeitada, del tipo que tiene el aire de haberse olvidado rasurarse por un día, sin embargo, la realidad es que tiene esa apariencia en forma permanente. Samir se dio cuenta de inmediato que el pelo era pintado, sin embargo, el trabajo estaba muy bien hecho; dudaba que alguien otros lo percibieran, ya que pocos reconocían el olor sutil y especial proveniente del tinte, él sí lo hizo porque fue creado en el Einstein. El colorante era carísimo, por eso no muchas personas lo utilizaban, estas tendían a decir que el olor era el perfume de marca que usaban, para no admitir que se habían teñido el pelo. Este debe ser un platudo, pensó.

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