Intento 21

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El auto al que se dirigían el chef Vora y Mandi era tan grande, que más bien parecía un autobús. Samir calculó que podrían entrar diez personas sin problemas. Después de ayudar a acomodar el equipaje, él se encaminó a sentarse en la parte de atrás, pero el chef insistió que lo hiciera adelante junto con ellos, puesto que había espacio para tres.

"¿Tuvieron un buen vuelo?" preguntó Naresh.

"Normal," contestó su hija. "Como siempre, no faltó un bebé que se la pasó llorando todo el tiempo. Ya sabes que estoy acostumbrada a escuchar eso, así que no me molestó para dormir ni nada."

"Qué bueno," prosiguió su padre y, al recordar algo serio de pronto, agregó, "¿tomaste hoy tus pastillas, Mandi?"

"Sí, papá, cómo me voy a olvidar de hacerlo, ya no soy una bebita," respondió ella un tanto fastidiada.

"No es eso, es que con el cambio de hora cualquiera se puede confundir, y tú sabes que es muy importante que las tomes para..."

"Ya sé, papá. No te preocupes, las he tomado,"

"Tu madre quería a ir a Lobla para acompañarte; estaba muy intranquila que estuvieras sola durante..."

"Ya sé, papá, pero era imposible. Mamá tenía que quedarse con los gemelos, y ellos no podían venir. Tú no podías tampoco por el trabajo. Además, todo fue muy bien y los llamé cada día como quedamos, ¿verdad? Y ya estoy acá sin novedad, sana y perfecta."

"Sí, por suerte todo fue sin problemas. Igual pensamos mucho en ti, en especial cuando estabas en el..." El chef no pudo terminar su frase por tercera ocasión porque, de pronto, a la chica rubia le dio un ataque de tos.

"¿Estás bien?" inquirió Samir preocupado.

"No es nada," aseveró el padre de la muchacha con una amplia sonrisa. "A Mandi le viene de vez en cuando eso, mas no es de inquietarse." Y mientras decía lo último, el joven Hafar notó que Naresh Vora, en gesto de complicidad, guiñó el ojo a su hija.

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 La carretera hacia el NatuArenas atravesaba el área agrícola de la región, era un terreno plano y de suelos ricos, perfectos para dicha actividad. El clima también contribuía a que los agricultores tuvieran suficiente con qué irrigar sus cultivos. Durante los ocasionales años con poca precipitación, utilizaban el agua de exceso obtenida en aquellos de mayor lluvia, la que se almacenaba en reservorios desperdigados por toda la zona. Como tal recurso era muy bien manejado y nunca se desperdiciaba, varios de los parches de cultivos presentaban un color verde intenso. Arroz, pensó Samir, ese tono verde solo puede ser de eso.  

"Por lo visto tienen bastante arroz," señaló. "Debe ser muy barato por acá."

"Depende a qué llames barato," repuso Mandi. "¿Cuánto cuesta un kilo de arroz en Lobla?"

"Uhmmm... No estoy seguro, mi papá es la que hace las compras. Dame un minuto para acordarme."

El chico de Lobla cerró los ojos, como siempre hacía cuando necesitaba concentrarse a fin de recuperar de su memoria algo que había visto pocas veces. Al segundo, le llegó la imagen se su padre agarrando un paquete del mencionado producto del escaparate del supermercado. Él podía notar el precio con claridad, sentado como estaba en el carrito muy tierna edad.

"A ver, hace unos catorce o quince años, el kilo de arroz costaba 1.5 Nokras. Ahora, si a ello sumamos el índice de inflación acumulado de los últimos quince años; más el cambio del impuesto de la importación de arroz de hace once años; más el salto del incremento de porcentaje del aumento del costo de vida de hace ocho años, debido la crisis financiera mundial; y a eso le restamos la disminución del impuesto a la importación de los últimos tres años, por el acuerdo de comercio global, tenemos... No, a ese total, todavía hay que aumentarle el porcentaje de ganancia de los supermercados, que ahora es de un mayor arriba de 0.15% con respecto al que tenían hace cinco años. Entonces, el precio es... ¡Ah! Me estoy olvidando de multiplicar el resultado por el factor de imperfección de cálculos de precios relativos al sistema económico retro-anual, que en este caso es de quince años. Y este número hay que proyectarlo, por lo que tenemos que multiplicarlo por el factor de Silas para obtener el resultado con un margen de solo 0.001% de error. Ya. Fácil. El arroz en Lobla debe costar 4.95 Nokras el kilo," anunció Samir al fin, en actitud simple, como si hubiera dicho que dos más dos son cuatro.

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