Parte 10

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¡Ella también! (exclamó Diego recordandose de Roberta y pensando: ¡Qué bárbaro, estas amigas hasta tienen la menstruación al mismo tiempo!).

-¿También? (preguntó Lupita intrigada).

-No me hagas caso, pero oye, ¿has visto...?

-Sí Roberta, claro...pero antes dejame decirte una cosita...Diego, ¡Eres un ángel! (Lupita puso de pronto una cara conmovida, como sí fuera a llorar) Lo que hiciste por Roberta fue lo más lindo que un muchacho puede hacer por una niña que quiere...eres una belleza de persona Diego, por eso le rezo a la Virgencita de Guadalupe para que tú y Roberta sean felices, neta...me siento tan féliz por ustedes y me da tanto sentimiento, que me pongo a llorar como una mensa (y se puso a llorar de verdad).

-Lupita, no es para tanto, neta...no te pongas a llorar por favor (dijo Diego incomodo).

-Perdona Diego, es que soy sentimental...bueno, sigue cuidando y amando a mí amiga, que el cielo te lo pagará...(Lupita le dio un besito en la mejilla a Diego) Yo creo que ella esta horita en el pasillo donde esta la puerta del laboratorio, porque como tú tenías que hacer un trabajo químico en equipo con Giovanni a lo mejor ibas a encontrarte con él allá...Nos vemos Diego...(y se fue con lágrimas de emoción en los ojos).

-¡Estas viejas estan tan locas como Roberta, con razón son amigas!...¿El laboratorio? ¡El laboratorio! ¡Esperate Roberta que hay te voy!

Y el chico salio corriendo.

Roberta esperaba impaciente en el pasillo, al lado de la entrada del laboratorio; aunque faltaba mucho para la clase de química tenía la esperanza de que Diego se acercara antes para preparar el ensayo con Giovanni. Desde que salio del dormitorio lo había estado buscando como loca por todo el colegio, hasta había tocado en el dormitorio de él para ver sí había llegado allí a cambiarse; pero fue inutil porque un adormilado Tómas le dijo que él no había pasado por el cuarto todavía.

Ahora sentía un nudo en el estomago y le sudaban las manos; tan nerviosa estaba por encontrarse con él. Parecía que tenía años sin verlo y no sólo un día y medio. Ya quería que llegara para que se la comiera a besos y acariciara todo su cuerpo hasta volverla loca de excitación.

-¡Roberta!

La voz de él sono fuerte y emocionada; ella se volteo para verlo.

-¡Diego!

Diego se acerco a ella casi corriendo y sin darle tiempo de nada la abrazo y la beso en la boca con pasión; fue tan brusco el choque del desesperado Diego con Roberta, que la empujo contra la pared. Así, teniendola con la espalda contra la pared, Diego agarro las manos de ella con las suyas y entrelazando sus dedos con los de ella la obligo a levantar los brazos; presionando el reverso de las manos de Roberta contra la pared, aprisionandola como para que no se le escapara. Los dos se estaban comiendo la boca en un beso caliente y excitante, uno de esos que excita hasta un muerto.

Pero Roberta tomo entonces la iniciativa, y empujo a Diego contra la pared de enfrente y agarrando la barbilla de él con una mano mientras que con la otra le jalaba el cabello le estampo un beso profundo sin dejarlo respirar; después ella metio la mano por dentro de la camisa de él y le acaricio el pecho.

Él la abrazo con fuerza y metio su lengua en la boca de ella; la besaba como un desquiciado, como sí el mundo se fuera a acabar. Los dos caminaron besandose y abrazandose al medio del pasillo; de pronto las manos de él descendieon hasta el trasero de ella, pero ella volvio a tomar la iniciativa. Ella lo rodeo con sus piernas e intento subirse a él; Diego adivino sus intenciones, y tomandola por los muslos la ayudo a subirse.

Entre Heroes y HadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora