Parte 92

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Laneta, es algo que me ha rondado la cabeza...antes de...bueno antes de todo esto, había llegado a soñar con proponerle matrimonio apenas cumplieramos los 18...después de todo tenemos una carrera músical que nos da buena lana, y podíamos conseguir una casa para los dos...Con lo que ha pasado obviamente no tenía la mente para eso...pero desde que salí de la clínica he pensado que quizás ahora tengo más razón que antes para pensarlo y hacerlo...Pero no sé sí Roberta está preparada...

-Yo pienso mucho en pedirle matrimonio a Mía, pero tengo miedo de cometer un error porque somos muy jóvenes...Y también pienso que ella a lo mejor no está lista para darme un sí...¿Pero por qué tengo que esperar sí ya quiero tenerla viviendo conmigo y sentirla mí mujer? ¡Yo quiero saber que tengo algo real en mí vida, algo por lo que luchar! Quiero sentir que estoy creando mí propia familia, para volver a sentir el calor de un hogar como el que perdí cuando murió mí padre...

-Sí yo sé mucho de eso Miguel

-¡Lo siento Diego, no quise...!

-No tranquilo, mí papá está muerto y debo aprender a convivir con esa realidad...Ahora no es tiempo de palabras o lágrimas, sino de hechos...

Miguel vio la cara de su amigo, y recordo todo aquello que había notado en su conducta después de verlo salir de la clínica. Algo que para él era dolorosamente familiar...

-Diego, cuando mí padre murió, yo tenía razones para creer que alguien era responsable de su muerte...como sí lo hubiera matado...Por eso vine al colegio buscando venganza; porque creía que era mí deber...Pensé que así mí padre descansaría en paz y que era una deuda que yo tenía con él...Y en mí estup*dez creía que todo terminaría el día que yo hiciera venganza, porque tal vez ese día se callarían las voces en mí cabeza que me atormentaban...Debí darme cuenta entonces de que no lo hacía tanto por mí papá, sino por mí mismo; porque pensaba que así se curaría mí dolor...Pero ¿sabes qué Diego?...El dolor nunca se cura, aunque mates a miles para vengarte...La paz nunca llega de la mano de una venganza, sólo llega del recuerdo con cariño de aquellos que amamos y ya no están... y de la mano de aquellos que nos aman y siguen con nosotros...A mí fue Mía y su amor los que me salvaron...

-Pero hay una diferencia Miguel...a tú padre realmente no lo mataron, pero al mío sí... (dijo Diego con tristeza)

-Es verdad Diego, y no te pido que perdones porque eso es imposible...Y además tienes razón y derecho de esperar justicia para tú padre...Pero no debes dejar que una obsesión de venganza te pueda consumir y llevar a la ruina...A mí casi me destruye, y eso que no fuí contra verdaderos criminales; pero estuve a punto de matar lo único que vale la pena en ésta vida para mí, que es el amor de Mía...Y pude haber terminado siendo un fracasado con una vida arruinada...Y tú Diego puedes perder más...Y yo y todos nosotros te queremos mucho guey...

Diego lo vio con afecto y gratitud...

-Gracias Miguel (dijo dandole un abrazo)

-De nada hermano

-Creo que vuelvo a la cama (decía haciendo ademán de irse)...Miguel... (dijo Diego dandose la vuelta)... Tú quieres a Roberta como una hermana...Sí yo no estuviera, ¿la cuidarías por mí?

-Sí...pero procura no faltar... (dijo Miguel con preocupación)

Diego sonrio y se fue. Lejos de allí, Ricardo Cisneros movía sus piezas...

Ricardo Cisneros estaba sentado en su despacho con Santiago, cuando sono el teléfono interno...

-Señor, ya están aquí los agentes... (dijo la voz de la Secretaria de Cisneros)

Entre Heroes y HadasWhere stories live. Discover now