Parte 85

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-Santiago, prepara todo para solicitar formalmente unas ordenes al Juez Rosales...La primera y más urgente es para intervenir los teléfonos de Diego Bustamante y su madre...

-¿Vamos por la mala con él?

-De momento sí...

Y Cisneros decidió que jugaría su juego paralelo al de Diego

Diego entró a la habitación del hombre acompañado de un doctor, que le hizo una recomendación antes de marcharse...

-Recuerde que ni usted ni él deben fatigarse mucho...sobre todo él... (dijo el doctor)

-Sí doctor, gracias (dijo Diego)

En la cama estaba acostado un hombre cubierto de cables y tubos como lo había estado Diego...

-¡Jóven Diego!...¡Que alegría verlo!... (dijo el hombre alegre dentro de su gravedad)

-¡Hola Manuel, me alegra que estés vivo, neta!

-¡Sí jóven, esos desgraciados no pudieron conmigo!... ¡Lamento lo de Don León, jóven! (dijo el hombre con lágrimas en los ojos)

-¡Gracias Manuel!

-¡Le juro que hice todo lo que pude, pero nos agarraron por sorpresa!...¡Eran muchos, y nos atacaban desde todos lados!...¡Don León cayó antes de que cualquiera de nosotros pudiera evitarlo!...¡LE JURO QUE HUBIERA DADO MÍ VIDA POR ÉL!...¡TE LO JURO DIEGO! (dijo el hombre llorando histérico)

-¡Tranquilo Manuel, te creo!... Ya me contaron que ustedes formaron una barrera humana alrededor del coche y que nos protegieron con sus vidas...Y sé que muchos de los muchachos murieron por eso..Te tengo que dar las gracias, no tengo palabras para agradecerles...

-¡No jóven, nosotros les fallamos...yo le fallé!...¡Don León no debió morir de esa manera!...¡Yo tendría que estar muerto y no él!... (dijo Manuel llorando desconsolado)

-¡No digas eso Manuel! ¡Tú tienes una familia, tienes mujer e hijos!...¡No debías morir y menos por nosotros!...

-¡Se equivoca, sí por alguien debía morir aparte de mí familia era por Don León!...¡Él me recogio cuando nadie más me quería, y me dio una oportunidad!...¡No sólo me dio un empleo, sino que cuido de mí como un padre!...¡Me ayudó a conseguir una casa, me ayudó con los gastos para mantener a mí familia!...¡Cuando uno de mís chiquitos tuvo neumonía Don León le pagó la clínica!...¡Siempre estaba pendiente de sí yo necesitaba medicinas o algo urgente para los niños! ¡Hasta les consiguio becas de estudio a todos mís hijos para que tuvieran gastos cubiertos hasta terminar la "prepa"!...¡Gracias a él tengo mí familia!...¡Era un patrón duro y exigente, que no perdonaba un error y conmigo fue duro a veces...pero también fue la persona que más hizo por mí en la vida!...¡Yo hubiera muerto por él!...

-¡No sabía nada de eso! (dijo Diego desconcertado)

-¡Lo sé jóven, yo sé que él era duro con usted y hasta injusto a veces...pero en el fondo él lo quería!...¡Don León no era un santo, pero no era tampoco un mal hombre!...¡Todo eso que dicen de las drogas debe ser mentira!...¡NO LO CREO!...¡USTED NO DEBE CREERLO!

El hombre se aferraba al brazo de Diego con desesperación...

-¡Manuel...no sé quien era mí padre, pero lo voy a saber!...¡Y Te Juro que sean como sean las cosas se te va a hacer justicia a tí y a tús compañeros!...¡Te Juro que la muerte de ellos no será en vano!...¡Tengo una deuda con ustedes y les juro que nunca los voy a olvidar y que continuaré ayudandolos como hacía mí padre!...¡Y lo que les hicieron no se va a quedar así!... (decía Diego apretando fuerte la mano de aquel hombre y viendolo con una mirada dura y decidida)

-¡Gracias señor! (dijio el hombre conmovido)

Diego le puso la mano en el hombro y le dio un suave apreton; luego caminó a la puerta y la abrió...

-Hasta luego Manuel, mañana me voy de la clínica pero estaré pendiente de tí...Te buscaré...

-¡Don Diego!... (por primera vez alguien se refería a él como "Don")... ¡Hagalé justicia a su padre!

-¡Lo intentaré!

-Don Diego...

-¿Sí?

-Sé que es una babosada...pero por unos instantes, cuando usted me vio, creía estar viendo los ojos y la mirada de Don León...Tal vez el no haya muerto del todo...

Diego no supo que responder a eso...

-Hasta luego Manuel.

-Hasta luego señor.

El caminar altanero e implacable de un Bustamante se abría paso por el pasillo de la clínica...

James caminaba por el pasillo con unos libros en la mano, apurando el paso para ver a su primo. No había tenido oportunidad de verlo cuando llegó por lo mal que se había puesto con la noticia de sus hermanos.

James sentía una fuerte conexión con Diego, aunque era mucho mayor que él. En sus viajes a México, o en los de Diego a Estados Unidos habían tenido oportunidad desde niños de congeniar muy bien. Para James el hijo de su jóven y bella tía era más bien como un hermanito menor; por eso esperaba serle de consuelo y ayuda en aquellos terribles momentos. Por alguna razón Diego siempre lo había escuchado y aceptado sus consejos.

Cuando se dirigia a la habitación la vio...Estaba acompañada de la tropa completa de amigas del colegio, pero él no pudo reprimir una tímida sonrisa...

-¡Vico!...Hola, ¿Como estás? (dijo el jóven)

Vico se sonrojo y sonrió con dulzura cuando lo vio...

Lr

Entre Heroes y HadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora