Entre Heroes y Hadas

Parte 132

¡Que romantico! (exclamó la amiga negra y gorda de La Cobra)

"¡Que concepto del romanticismo tiene ésta gente!" pensó Vico sorprendida...

-¿Y desde entonces están juntas? (preguntó La Cobra con interes)

"¡Mier+da, ésta tipa está enamorada de mí! ¡Tengo que sacudirmela de encima antes de que se vuelva peligrosa!" pensó preocupada Luján...

-¡Pos sí!...¡A mí niña bonita yo no la dejo por nada del mundo!... (exclamó Luján mientras acariciaba a una Vico loca de la sorpresa)... ¡Estamos viviendo juntas y queremos pasar el resto de nuestras vidas sisn separarnos jamás!...¡Hasta quisieramos tener hijos...adoptando o reuniendo dinero para una inseminación artificial!...¡Horita como terminamos la prepa y cumplímos nuestra mayoría de edad, vinimos de luna de miel a Los Ángeles!...¿¡Verdad pollita!?

-¡Sí..."terroncito de azúcar"! (contestó Vico que se sentía como prisionera de las manos de Luján que la manoseaban)

La Cobra parecía triste...

Mientras tanto, en el sotano las otras chavas seguían su reunión con el primo de Giovanni; Diana, que había subido unos minutos, volvio a bajar...

-¿¡Que era entonces ese escandalo!? (preguntó el primo de Giovanni)

-¡Lo de siempre! ¡Dos chavas que se peleaban por otra chava! ¡Menos mal que pararon antes de que hubiera que llamar a la policía!

-¿¡De verdad éste sitio es para lesbianas!? (preguntó horrorizada Mía)

-¡Claro niña! ¿¡Acaso crees que te lo dijimos jugando!? (contestó Diana con una risotada)

-¿¡Entonces usted cree que podrá ponernos en contacto con ellos!? (preguntó ansiosa Roberta al primo de Giovanni)

-¡Sí, no se preocupen chavas!...¡Sí vienen mañana yo los retengo y las llamo a ustedes para que los agarren por sorpresa aquí! ¡Y sí no puedo retener a esos condenados, pos les saco la dirección de donde viven ahora y las llamo para darselas! ¡No se preocupen que como sea ustedes volveran a ver a sus novios! (dijo el señor amable y servicial)

-¡Ay señor, que la Virgencita de Guadalupe se lo pague! ¡No sabe como estamos de angustiadas! ¡Nos estamos volviendo locas! (dijo Lupita con lágrimas en los ojos)

-¡Tranquila míja, no se me achicopale ni me llore que usted es muy bonita y se me pone fea! ¡Yo entiendo lo que hicieron esos chavos, pero laneta que ya es hora que recuperen la razón y se dejen de ésta locura que no les va a traer nada bueno! (exclamó el señor)

-¡Ay señor Pancho, es que usted no sabe las noches de perros que hemos tenido sin dormir pensando que en cualquier momento nos iban a avisar que estaban muertos...ha sido un tormento, y yo lo único que quiero es ver a Miguel! (dijo Mía con ojos húmedos)

-¡Y yo ya quiero ver a Diego, aunque el condenado me dejo como un trapo viejo para irse con su maldita venganza! (exclamó Roberta con dolor y amargura, aguantando las lágrimas)

-¡Roberta, yo no te conozco, pero te juro que yo vi a Diego todo el tiempo muy triste por no estar contigo y todo el tiempo veía tú foto! (le dijo Diana)

Roberta se conmovio un poco, pero se quedó callada...

-¿¡Y Santos está bien!? ¿¡Se alimenta bien!? (preguntó Lupita ansiosa)

-¡Sí niña, claro que sí! (contestó Diana sonriente)

-¿¡Y Miguel está...igual de buenote!? (preguntó Mía entre risas y lágrimas, con su tono dulce e infantil)