Parte 102

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-Diego, de llegar a viejos...ojalá que podamos decir que disfrutamos cada minuto juntos...Porque cada momento de intimidad entre nosotros ha sido mágico, neta...Y deseo que cada una de mís amigas pueda disfrutar de algo parecido a lo que yo he vívido contigo

-Creo que tú y yo queremos exactamente lo mismo... (dijo Diego, y ambos comenzaron a abrazarse y besarse despacio y con pasión)

En la cabaña Mía dejó que Miguel le quitara la ropa...desnuda temblaba esperando el momento de conocer a Miguel dentro de ella...

Y Miguel, desnudo, se acercaba despacio a ella...Con delicadeza, como sí tuviera miedo de romper algo delicado, fue uniendo su cuerpo al de Mía; besó los labios de la muchacha, con un beso tierno que se fue repitiendo para hacerse más apasionado...Sus manos buscaron los senos de su amada, para acariciarlos y apretarlos suavemente; y su boca se abrió para "engullir" un pezón...

El corazón de Mía latía aceleradamente y su cuerpo se estremecía de excitación y nervios...Ya el sexo de Miguel entraba por la dulce cavidad del sexo vírgen de ella, que ahora dejaba de serlo...

Mía sentía a Miguel dentro de ella, sentía ese profundo pero divino dolor de sentirse poseída por primera vez...Y él la llevaba a la cumbre del placer con cada arremetida, con ese movimiento enloquecedor de su sexo en las entrañas de ella...

Y mientras tanto, Diego y Roberta también hacían el amor...Sus cuerpos desnudos se unían con lentitud en un abrazo íntimo, dejando entrar al hombre entrar en el interior de su mujer...

¡Con cuanta pasión Diego poseía a Roberta! ¡Con cuanto deseo ella se entregaba a él!...era el fuego de una pasión incapaz de extinguirse, un sentimiento que los elevaba a la cima del placer para hacerlos vivir en la gloria...

Miguel entraba con su sexo en las entrañas de Mía, convirtiendola en mujer, regalandole el momento más sagrado y sublime de la vida de la muchacha...Haciendole olvidar el dolor y la tristeza, haciendola conocer a travez del dolor del desgarro de su virgo roto el placer más glorioso que una mujer puede conocer...Y Mía descubrió el amor en su forma más pura y poderosa, el amor que había imaginado en sus sueños de niña y que ahora se hacía realidad en su carne...

Y en la carne Diego regalaba a Roberta minutos de infinito placer, que ella correspondía con la pasión de una mujer que entregaba una sensualidad explosiva y casi animal...Ese era el amor en su forma perfecta, la de los amantes que unirán sus sexos en sagrada comunión por el resto de sus vidas con la misma emoción de los enamorados que se entregan por primera vez...

Sobre Mía, Miguel "atacaba" con la fuerza del macho que quiere conquistar los terrenos íntimos de la hembra, atormentandola con su poderosa erección que se abre camino por las tiernas y húmedas carnes de ella...De la misma manera que Diego "sembraba" la extensión de su cuerpo dentro de Roberta, arremetiendo con toda la fuerza del amante experimentado que sabe saciar el deseo de su hembra hambrienta de placer...

Y en el clímax Miguel dejó derramar su simiente dentro de Mía, regando sus entrañas con la ofrenda de su sexo saciado...De la misma manera que Diego desahogó en Roberta el fruto de su erección moribunda...

Y dos parejas ahora descansaban desnudos y abrazados luego de la explosión del placer, en diferentes lugares de "Aguila Imperial"; en una alfombra las gotas de sangre virginal derramada por una doncella que dejó de serlo, y en una sabana los restos húmedos del amor de una pareja que se habían amado como la primera vez y que ese día habían ayudado a otra pareja a conocer la misma gloria que ellos disfrutaban...

Vico y James estaban conversando en una especie de terraza al aire libre que tenía la casa grande del rancho; ya el Sol se había ocultado y el aire fresco de la noche era ideal para tener una agradable charla...

Entre Heroes y HadasWhere stories live. Discover now