Entre Heroes y Hadas

Parte 76

Maratón 8/10

Viñeta:

A la mayoría de la gente que amamos en nuestras vidas, los conocemos muchos después de haber nacido...La única excepción son nuestros hijos, y no siempre...Por eso no podemos darle la bienvenida nuestros seres queridos a la vida...decirles: "¡Bienvenido o Bienvenida, éste no es mundo fácil y ciertamente hay mucho dolor...pero Te Amo, y por el sólo hecho de estar aquí me has hecho inmensamente féliz...Por eso voy a luchar para que tú vida sea tan féliz como la mía ahora que te tengo"...

Pero, aunque no podamos recibirlos la primera vez que vienen al mundo; hay veces que alguien que amamos regresa de las puertas de una muerte casi segura y se puede decir que "nació" por segunda vez...¿No será entonces el momento de decirle lo que hay en nuestro pecho guardado? ¿No será el momento de decir: "Bienvenido, Estoy aquí para tí porque Te Amo"!

-¿¡DIEGO DESPERTO!? (decía Roberta como en estado de schock)

-¡SÍ ROBERTA, ME HABLO!...¡ESTÁ CASI CURADO!...¡HA VUELTO EN SÍ! (decía Mabel agarrando a Roberta por los brazos en medio de su euforia)

-¡DESPERTO! (exclamó Roberta llorando)

-¡SÍ ROBERTA...Y LO PRIMERO QUE HIZO FUE LLAMARTE A TÍ!...¡Lo primero que hizo fue llamarte y luego a mí...así son los hijos!

-¡DIEGO...DIEGO! (exclamó Roberta y salio corriendo en busca del cuarto de Diego)

-¡ROBERTA ESPERAME! (dijo Alma y luego se volteo hacia Mabel) ¡MABEL, GRACIAS A DIOS...ESTOY CONTENTA POR TÚ HIJO!...¡ME ALEGRO POR TÍ TAMBIÉN AMIGA! (agregó Mabel abrazando a Mabel)

-¡GRACIAS ALMA!

-¡ROBERTA ESPERAME LOQUITA!

Pero Roberta corría muy deprisa por los pasillos, mientras la gente la veían como una loca y sin hacer caso de los recordatorios de las enfermeras de que no debía correr por los pasillos...Sólo importaba estar con él...

Cuando llegó a la puerta de la habitación una enfermera salía y ella sin esperar permiso alguno entró de golpe casi empujando a la sorprendida enfermera...El doctor jóven terminaba de conversar con Diego...

-¡Roberta! (dijo Diego entre sorprendido y alegre, pero con voz débil)

A Roberta se le llenaron los ojos de lágrimas, y rápidamente se acerco a la cama y se lanzo sobre él y lo besó en la boca...

-¡Que buena bienvenida al mundo de los vivos muchacho! (dijo el jóven y jovial médico)... ¡Pero ve con cuidado niña, no me lo apachurres mucho porque todavía está delicado!

Roberta lloraba de alegría y le besaba la frente y la boca sin descanso.

-¡DIEGO, ESTÁS VIVO!...¡VOLVISTE MÍ AMOR!...¡TE AMO, CREÍ QUE TE PERDÍA!...¡NO QUIERO PERDERTE DIEGO, PREFIERO MORIR QUE VIVIR SIN TÍ!...¡TE NECESITO DIEGO...NO ME DEJES NUNCA!...¡NO ME VUELVAS A HACER ESTO...ME ESTABA VOLVIENDO LOCA!...¡CONDENADO CANIJO SÍ ME VUELVES A HACER ESTO...SÍ ME VUELVES A ASUSTAR...YO MISMA TE MATO!

-¡Así son las mujeres muchacho, te aman y te odian! (decía el doctor alegre)

-¡Roberta, quería verte!...¡Te Amo mí amor!...¡A pesar de que me siento mal, con sólo verte me siento un poquito mejor!

-¿¡Pero entonces estás bien!?...¡Doctor, dice que se siente mal! (dijo ella volteando a ver al doctor preocupada)

-Es normal niña...tiene dolores de cabeza, mareos y sintio ganas de vomitar...pero pronto se le pasará, ya le dí unos remedios.

-¿¡Pero aparte de eso no sientes nada más Diego!?

-No Roberta, pero tú tienes muy mala cara...Te ves enferma, ¿Te sientes bien mí amor?

-¡Sí Diego, ahora que estás despierto estoy contenta!...¡Es que estaba preocupada por tí!

-Pero Roberta...¿Qué me paso?

Roberta no supo que decir.

-Diego, ya hablamos de eso...Te dije que tienes que esperar a sentirte mejor para que puedas hablar mucho...sí insistes en preguntar de tú accidente tendré que llevarme a tú novia para que no te agites... (dijo el doctor)

En ese momento entraron Alma y Mabel...

-¡YERNITO, POR FIN TE DESPERTASTE!...¡QUE ALEGRÍA, PERO SÍ TE TARDASTE!...¡CASI ME MATAS A LA NIÑA DE MIEDO! (exclamó Alma alegre mientras se acercaba y lo besaba)

-¡Hola Alma!...¡Mamá!

-¡Hijo, nos has devuelto la alegría al cuerpo! (dijo Mabel acercandose y besando a su hijo)

-¿¡Usted es uno de los ángeles que salvo a mí yerno! (dijo Alma al doctor)

-Bueno sí, supongo (dijo el doctor)

Alma lo abrazó tan duro que le estrujo sus "poderosas razones" haciendo que el doctor se avergonzará por su excitación...

-¡Diego...no sabes lo que estoy sintiendo en éste momento! ¡TE AMO, TE AMO! (decía Roberta, de un lado de la cama, llorando sin parar)

-¡Ves Diego, mí nuera te quiere bastante! (decía Mabel contenta del otro lado de la cama)

-¡Muy bien damas, ya es suficiente por ahora! El paciente necesita descanso y no alteración...además debo cambiarle el vendaje...Tendrán que salirse un tiempo...

-¡No doctor, por favor! (suplicaba Roberta)

-Sí quieres que te lo devuelva en perfecto estado niña, debes dejarme trabajar...Y no tienes buena cara de verdad, ¿ya comiste?

-¡No doctor, la condenada chamaca no ha querido comer!...¡Pero no se preocupe que de eso me encargo yo!...¡Ven! (dijo Alma agarrandola del brazo)

-¡Pero mamá!...¡Diego mí amor!...

-¡Roberta!... (decía Diego aún confundido)

-¡Yo te la traigo después Diego, cuando haya comido! (dijo Alma)

-¡Yo también volveré después mí amor! (dijo Mabel)

Y así empezaba un nuevo capítulo en la vida de Diego...un capítulo que pronto le iba a revelar una verdad horrible...

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