Parte 104

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Y la señora y sus aprendices se pusieron manos a la obra...

Los chavos cabalgaban por una senda del rancho; Diego y Miguel montaban muy bien a caballo, Tómas no lo hacía nada mal, Santos más o menos, y Téo parecía acostumbrado a hacerlo aunque un accidente lo haya mantenido alejado de los caballos varios años...

En cuanto a Giovanni, montaba...a lomos de una mula. Su notoria torpeza montando caballos que le había provocado vergüenza y fuertes caídas cuando fingió ser un jinete para engañar al papá de Diego en un partido de polo o cuando quiso conquistar a Raquel; hacían recomendable que no se atreviera con un caballo. Las burlas de sus amigos eran inevitables...

También iba con ellos el agente de la AFI llamado Carlos, en un caballo que montaba con destreza...

-¡Monta bien usted! ¿Lo hace desde hace muchos años? (le preguntó Diego)

-Sí, un tío mío tenía un pequeño rancho y yo pasaba mucho tiempo en el...Aprendí siendo un escuincle y no se me ha olvidado... (respondió Carlos)

-¡Pues parece que aquí el único que no sabe es Giovanni! (dijo Tómas burlón)

-¡Callate Tommy, o te ahorco! (replicó enfadado Giovanni)

-¡A mí me gusta montar, en mí tierra lo hacía con frecuencia! (dijo Miguel)

La conversación seguía animada, pero Diego dejó de prestar atención...Su mente estaba concentrada en sus problemas...

Aunque los momentos de pasión y amor con Roberta le habían dado un respiro, no se había olvidado de su padre ni de lo que tenía que hacer...Tampoco olvidaba a sus hermanos y al cobarde de El Chacal y sus amenazas que le hacían hervir la sangre...

No, no había olvidado...Tenía que hacer algo para ayudar a su familia y hacer justicia; sólo que ahora dudaba sobre la forma de hacerlo.

Sí antes pensaba que no podía confíar en nadie, ahora empezaba a creer que tal vez podría confíar en Cisneros...Pero sólo tal vez, aún no estaba convencido del todo; ¿y sí su apoyo fuera una trampa para que confiara en él y le entregará todo?

Como sea, sabía que tenía poco tiempo; debía moverse rápido antes de que fuera demasiado tarde. Y por otro lado, no podía vivir toda su vida encerrado en el rancho y protegido por la policía...

Aquello no podía prolongarse muchos días más, debía tomar una decisión y ponerla en marcha sin vacilar y sin demora...Lo duro sería explicarselo a Roberta y pedirle su apoyo...

Con sus amigos hablando animadamente entre risas y él concentrado en su laberinto personal, cabalgaban a paso lento; se iban acercando a una parte del sendero que discurría sobre lo alto de una loma. A su lado derecho tenían la pendiente poco empinada de la pequeña loma...

A su izquierda, a lo lejos, había una pendiente mucho más alta en cuya cima habían árboles y arbustos; ocultos entre esa vegetación estaban unos ojos que los espíaban. Y cuando los dueños de esos ojos vieron que se acercaban al mejor punto para sus siniestras intenciones, uno de ellos hizo que se asomara el cañon de un rifle entre las ramas del arbusto...

El hombre con el rifle esperaba a que Diego se pusiera a tiro de fusil; quería fijar bien el blanco para abatirlo con un disparo certero...Los pistoleros a su alrededor le cubrían la espalda, por sí era necesaria su intervención para rematar el trabajo o proteger al tirador...

Pero de pronto un jeep se paro de golpe con un fuerte frenazo a una corta distancia de los sicarios y tres hombres descendieron del vehículo con pistolas en las manos...

Entre Heroes y HadasWhere stories live. Discover now