Parte 64

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-¿Cuál es tú nombre? (preguntó la periodista rubia a Luján)

-¡Soy Jose Luján Colucci Rey...y soy hermana de Roberta!

-¿No tienes noticias de tú cuñado? (preguntó una periodista gordita y blanca)

-¡NO!

-¿Y dices que la Policía Federal Preventiva no las deja entrar al edificio? (preguntó la morenita)

-¡SÍ, DICEN QUE NADIE PUEDE ENTRAR POR ORDENES SUPERIORES!...¡Pero mí hermana es de la familia y ya la ven como está...tengo miedo de que se me desmaye aquí afuera!...¡A lo mejor sí le da un infarto sí la dejan entrar, digo! (decía Luján frente a miles de microfonos y con todas las cámaras enfocandola; furiosa pero derramando lágrimas de dolor y angustia)

"Condenada escuincla, ya nos echó de cabeza con los medios" pensó el Sargento de la Federal, e iba a llamar para pedir instrucciones; pero en ese momento algo más lo distrajo...

-¡Hay viene la ex-esposa del Secretario! (dijo alguien de entre los periodistas)

Mabel, la madre de Diego hizo aparición en medio del tumulto; con su cara demacrada y bañada en lágrimas, como sí hubiera envejecido 20 años en unos minutos. Abriendose paso como pudo, se lanzó en brazos de Roberta que volteo a verla cuando escuchó que venía...

-¿¡ROBERTA, ROBERTA...DIEGO, QUÉ PASO CON ÉL!? (preguntaba a gritos Mabel agarrando la cara de Roberta entre sus manos)

-¡NO SÉ MABEL, NO SÉ NADA...ME ESTOY VOLVIENDO LOCA! (exclamaba histérica la niña)

-¡ROBERTA, NO PODEMOS PERDERLO...NO PUEDO PERDER A MÍ ÚNICO HIJO! (clamaba Mabel enloquecida)

-¡NO MABEL, SÍ DIEGO SE MUERE YO ME MUERO CON ÉL! ¡ME MUERO! (gritaba Roberta al borde de la locura)

Suegra y nuera se abrazaban desesperadas y lloraban histéricas, en una escena desgarradora frente a las cámaras de televisión que muchas cadenas transmitieron en directo a todo el país; Lupita lloraba en brazos de Luján al lado de ellas, y Luján luchaba por ser fuerte para apoyar a Roberta pero sus ojos estabán húmedos y sus manos temblaban. Algunas periodistas no pudieron evitar las lágrimas...

La radio del Sargento sonó sacandolo de su concentración en lo que pasaba frente a él...

-¿Sí Señor?

-¡Sargento, espero que no le haya pasado por la cabeza la idea de no dejar pasar a esas mujeres!

-¿Yo? No Señor, yo sólo cumpló las ordenes...

-Sí, pero eso no sé aplica a la familia de un herido...Y menos sí tengo a la familia en directo en mí televisor...¡Dejelas pasar!

-¿A todas?

-¡Claro que a todas!...¡A la madre, a la novia, a la cuñada, a la amiga, y sí traen un perrito con ellas también al perrito!...¡Y sí vienen más familiares consulté conmigo por la radio antes de negarles el paso!...¡ORALE SARGENTO!

-¡SÍ SEÑOR!...

El Sargento se dirigió a las mujeres...

-¡Señora, Señoritas...pueden pasar! ¡Uno de mís hombres las escoltará hasta el piso de los pacientes!

-¿Nosotras también? (preguntó Luján)

-¡Sí, las cuatro!

Las mujeres caminaban a la barrera, pero Roberta y Mabel estaban muy afectadas y no caminaban bien...

Entre Heroes y HadasWhere stories live. Discover now