5. Razones confidenciales.

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Lexa no se sorprendió al encontrar a Indra y varios de sus guerreros esperándola a la entrada de TonDC. Indra tendría que ser muy incompetente o sus exploradores extremadamente estúpidos por no haber visto la guardia de honor de Lexa que consta de cientos de gonas, se veían a kilómetros de distancia. Y ella sabía que Indra no era incompetente y que sus exploradores eran excelentes.

-Heda-, Indra la saludó con un respeto que mostraba en cada centímetro de su postura y en cada entonación de sus palabras. A diferencia de Titus, que contrastaba su fervor religioso por el espíritu del Comandante con una arrogante certeza de que todavía era más sabio que ella, o Gustus, quien a veces tenía problemas para ver más allá de su cariño paternal por su cargo, o incluso Anya, que recordaba haberla visto pasar de ser una niña traviesa a una líder despiadada, Indra nunca había tratado a Lexa como algo más que la Comandante. Para Indra, sus palabras eran el evangelio y sus sugerencias órdenes.

Sin embargo, Lexa no creía que fuera el resultado de la creencia en el espíritu del Comandante, sino la creencia en “esta” encarnación. Desde su primera batalla juntas, se había ido ganando el respeto de Indra en cada uno de sus actos heroicos.

Por esta razón, Indra no la desafiaría por su razón de estar allí, y mucho menos con tantos guerreros, pero Lexa podía ver la preocupación en sus ojos y en su voz.

-Tanto Anya como tú han mencionado en misivas recientes que los bandidos son un problema en esta área-, dijo Lexa, eligiendo explicarse de todos modos por respeto a la mujer.

Indra se puso rígida. -Uno con la que somos capaces de lidiar, Heda-.

Lexa inclinó la cabeza. -Soy muy consciente de eso, Indra-, contestó, y observó a Indra relajarse un poco. -Pero también soy consciente de que los bandidos son difíciles de eliminar por completo en un área sin una fuerza considerable, por lo que he traído una. Muchos de estos guerreros no han peleado recientemente lo suficiente fuera del entrenamiento para mantener sus habilidades afiladas, algunos incluso son yongons sin experiencia de batalla de la que hablar, y la experiencia de pelear con un enemigo tan bajo como los bandidos será útil. No conozco a ningún general más capaz de ayudarme a perfeccionar sus habilidades que tú-.

Rara vez alababa a Indra. De hecho, como Comandante, casi nunca alababa a nadie. Pero se sintió en deuda con Indra en ese momento, Indra, cuya lealtad sabía del otro mundo como una constante. Porque sabía que había al menos un Trikru de quien ella no tenía que temer.

Indra no se enrojeció con las palabras, pero a juzgar por su mirada avergonzada, sería su piel oscura la que había ocultado su rubor.

Así que se aclaró la garganta. -Ya veo. ¿Se quedarán tus gonas en TonDC? Puedo enviar a mis cazadores para que comiencen a juntar carne-. Lexa desmontó y comenzó a caminar al lado de Indra, dirigiéndose a su tienda ya que era un sitio privado, perfecto para la charla.

Les he ordenado que se queden en el bosque, que se extiendan-, dijo Lexa. -Pueden encontrar su propia comida. Será una práctica útil para la próxima vez que tengamos que marchar-. “Y evitar que sean un objetivo para cualquier misil, si es que los de la montaña había visto el despliegue de fuerzas.

-¿Marcha al norte?- Indra preguntó en voz baja, para que sus palabras solo llegasen a los oídos de Lexa. Arribaron a la tienda e Indra le permitió entrar primero, la siguió y luego cerró la solapa.

Así que Indra también había escuchado los rumores de que Nia estaba descontenta y que los Azgeda podían desear una guerra. Esa batalla estaba más lejos de lo que Indra imaginaba, debido a la distracción de Skaikru, pero Lexa entonces sintió que también podría ser inevitable, asintió con gravedad.

Era una excusa conveniente para llevar a cientos de guerreros a una simple misión de entrenamiento para cazar bandidos, y también servía para explicar por qué Lexa los estaba llevando a esa área específicamente: el área de Trikru más cercana a la frontera de Azgeda. El tiempo que pasasen entre árboles y animales durante el otoño ayudaría a sus guerreros en una batalla de invierno contra los azgeda.

Que, si bien era plausible, no se parecía en nada a sus razones reales para estar allí, en realidad los azgeda no le preocupaban a Lexa en absoluto en ese momento. Su gente no estaba obligada a entender cada elección que hacía su Heda, siempre y cuando fuesen para su beneficio.

-Creemos que los bandidos no son lo suficientemente audaces como para atacar TonDC, están acampados en el noreste-, dijo Indra. -Eso debería permitirles un poco de entrenamiento-. Apenas sonrió.

Eso coincidía totalmente con los planes que había declarado Lexa, pero no con sus intenciones reales. La gente de Clarke estaba al oeste.

Clarke… ahí cerca… apenas a unos kilómetros al oeste, con sus ojos skai y su cabello iluminado por el sol. No era que ella fuese la única razón de Lexa para estar allí, pero ciertamente había sido un incentivo para su ritmo raudo.

-Excelente-, dijo Lexa suavemente. -Puedo dejar varios cientos de guerreros a tus órdenes y continuar dirigiéndome hacia Anya con el resto-.

Indra frunció el ceño. -Por supuesto, Heda. ¿No desea descansar por un día o dos antes de continuar?-

-Sólo durante la noche, Indra. Dejaré algunos de los guardias del bosque de Tristán contigo, les hará bien ajustarse a las órdenes de otros y pueden ayudar a entrenar al resto de los guerreros. Puedes manejar fácilmente a los bandidos con una fuerza de ese tamaño-. Pensó en cómo expresar lo que debía decir a continuación.

-Sha, Heda-, Indra todavía parecía confundida, pero rara vez cuestionaba a su Comandante.

-Hay otra cosa que debo preguntarte, Indra-, Lexa continuó después de una pausa. -Es una petición extraña, me temo-.

-Si, Heda-

-Necesito que pongas a algunos de tus guerreros a que vigilen la montaña-, dijo Lexa muy seria, para que Indra sepa que esa orden no podía ser cuestionada. -Tan cerca como sea seguro. Cuántos Maunon entran, salen, qué hacen, si son el mismo Maunon cada vez ... cualquier cosa que vean. Sabrás a cuál de tus guerreros se le puede confiar la tarea-.

Indra parpadeó varias veces, asimilando lo que le había dicho Lexa, no permitiendo que rastros de ninguna emoción cruzaran su rostro. -Como desees-.

-Bueno. Estás más cerca de la montaña y conoces mejor toda la zona. También deseo que tomes a un centenar de guerreros de los que salgo y empieces a entrenarlos para atrapar a Ripas-.

Una vez más, Indra necesitó algo de tiempo para entender al completo la orden. -... ¿Puedo preguntar por qué, Heda?- Su tono tentativo (bueno, tentativo para Indra) dejó claro que Lexa podía negarse a explicarse si así lo deseaba. Por suerte, Lexa prefirió explicar esa idea en particular.

-Recibí información de que podría ser posible curar un Ripa si se comienza con la suficiente anticipación-. Lexa sintió lástima por Indra mientras observaba las diversas emociones sobre el rostro de la otra mujer. Indra era tan profesional que a veces Lexa se olvidaba de que su historia con la Montaña era oscura y estaba empapada con la sangre de sus seres queridos.

La idea de curar un Ripa era para Indra algo tan deseado como inconcebible hasta ese momento -Cuando tenga más información, volveré aquí. Puede que necesite obtener un Ripa rápidamente cuando eso ocurra. No atrapes ninguno antes de eso, pero entrena a los guerreros en cualquier cosa que creas que pueda ayudar: atacar desde los árboles, conocer las cuevas, mezclar drogas para dormir que podrían funcionar en un Ripa. Cualquier cosa-.

Indra asintió rígidamente, obligando a su rostro a que volviese a ser indescifrable.

Mencionar la curación de un Ripa le recordó a Lexa otro tema sobre el que deseaba preguntarle. -¿Cómo va Linkon?-

-No lo hemos visto en una semana-. Indra resopló, aunque como siempre no pudo ocultar la mezcla de desaprobación, afecto y exasperación que sentía por el joven.

Lexa no sabía si Lincoln era en realidad el hijo de Indra, o simplemente se fue convirtiendo en un reemplazo en su corazón por la hija que había perdido como tal, pero sí sabía que los sentimientos de Indra por él superaban lo que alguna vez admitiría.

También sabía que en una visita, Indra se lo presentó con orgullo, diciendo que Lincoln era un excelente explorador, gona, e incluso razonablemente competente como fisa, y en la siguiente visita, al preguntarle sobre él, despertó la mayor furia que jamás haya visto en Indra, quebrando el temple de la mujer.

También sabía que si alguien ya se había encontrado con Skaikru, sería Lincoln. Después de todo, eso era lo que había sucedido antes, y no había cambiado nada todavía. Nadie había muerto aún en ese punto, estaba bastante segura. Lincoln ya podía estar comenzando su relación con Octavia.

A pesar de que admiraba la fiereza de Octavia, no podía caerle bien nadie con tal falta de compromiso hacia ningún kru. Tampoco estaba segura de la forma de pensar que tenía y porque se sentía libre de criticar a los dos pueblos y a sus líderes a cargo.

Octavia saltaba de una cultura a otra y parecía creer que esto le permitía juzgar a ambos. Para Lexa, que no solo estaba atrapada por su cultura, sino que se limitaba a la posición que tenía en ella, este nivel de libertad era inimaginable y frustrante.

Pero Octavia era importante a Clarke, que a su vez era importante para Lexa, por lo que tenía la intención de tratar bien a la chica de ser posible. Tal vez el contacto con ella a través de Lincoln podía incluso permitir un intercambio de comunicación con Clarke, garantizando la seguridad de Anya cuando Lexa la envíe a la Gente del Cielo para negociar.

-¿Tienes una manera de hablar con él?-

Una vez más, Indra no la cuestionó. -No, él va a su aire. La última vez desapareció con la gente de Luna durante un mes-. Dijo negando con la cabeza y continuó -Tal vez Nyko sepa dónde está. ¿Lo quieres por su conocimiento de las cuevas?-

Lexa no estaba al tanto de que Lincoln conocía las cuevas mejor que cualquier otro del pueblo de Indra antes de su época como Ripa, pero de todos modos aprovechó esa explicación. -Sha. Si lo encuentras, mantenlo aquí. Deseo hablar con él. Ten en claro que es por su conocimiento, no por nada más, y ciertamente no por ningún tipo de castigo-.

-Sha, Heda-, dijo Indra de nuevo. Luego se aclaró la garganta y continuó: -Y ... mochof, Heda-

Lexa levantó una ceja. -¿Por qué, Indra?-

-Por ayudar a con el tema de los bandidos-, Indra dijo simplemente. -Y cuidar a nuestra gente-. Brilló con orgullo y Lexa se dio cuenta de que era porque Indra pensó que la Heda tomó sus mensajes sobre los asaltos en la zona tan en serio, que reunió un ejército para un puñado de bandidos, y que la Heda se preocupaba tanto por ella que le había preguntado por Lincoln, un hombre que al que había nombrado apenas un par de veces.

Para Indra, eso era una prueba de que Lexa la escuchaba, confiaba en ella y consideraba que sus preocupaciones y su gente eran muy importantes.

Lexa se sentía terrible. Ella no había valorado tanto a Indra ni a TonDC hasta que se convirtieron en el centro de la guerra con Skaikru y la guerra con la Montaña. Los valoraba ahora debido al conocimiento adicional, obtenido a través de algo que Lexa aún no podía comprender.

Así que lo mejor era que ella no se permitiese sentir culpa. Lexa se aferró a su capacidad de permanecer estoica y simplemente le dio a Indra un gesto de asentimiento, sin permitir que su rostro traidor mostrase la vergüenza que sentía.

Lightning Only Strikes Once (Traducida Con Permiso De La Autora) - CompletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora