117. Regreso a casa.

2.6K 269 64
                                    

No le había parecido real que se había ido por más de un mes hasta que vio Arkadia.

¿La ciudad? ¿Pueblo? Seguramente era demasiado grande para ser una aldea, y era tan diferente de lo que había sido cuando ella se fue como de su iteración en el mundo anterior. Atrás habían quedado los caminos sucios y los cobertizos básicos y clavados, las vallas andrajosas de palos y alambres. Los edificios mostraban algunos signos de decoración, algunas de las puertas estaban pintadas o talladas, los bordes alisados. Había algo vagamente futurista en algunos de los diseños, obviamente inspirados en el espacio o en la estética del Arca. Brillaban algunas luces eléctricas, pero la luz cálida y parpadeante del fuego proporcionaba casi la misma iluminación. Los árboles, arbustos y flores que rodeaban los edificios evitaban que pareciese demasiado separado del mundo que lo rodeaba.

A una señal de Lexa, su grupo se disolvió, la gente desmontó y se llevaron los caballos. La mayoría de los gonakru se habían quedado atrás en territorio Azgeda, pero unas pocas docenas todavía los acompañaban. Lexa se bajó del caballo y ayudó a Clarke a bajar, con los ojos puestos en Kane. A otro gesto, todos retrocedieron para dejar sola a Lexa delante. Incluso Abby, que iba a saludar a su amigo, fue apartada gentil pero irresistiblemente por Gustus. Raven, cabalgando con un gona al azar ahora que Lincoln se había puesto en camino hacia Polis (aparentemente para dar la noticia de su llegada, pero en realidad para ver a Octavia lo antes posible), puso los ojos en blanco mientras él obedientemente retrocedía al caballo.

-Saludos, comandante-, dijo Kane, inclinando la cabeza respetuosamente. Luego se volvió un poco para mirar a Clarke, una sonrisa iluminó su rostro. -Clarke, es bueno ver que estás a salvo. Lamento que estuvieras en peligro bajo mi supervisión.

-No es culpa suya, canciller-, le aseguró Clarke. -Fue culpa de Diana Sydney.

-Ya veo. ¿Diana...?- Debió ver la respuesta en su rostro, porque asintió bruscamente y se volvió hacia Lexa nuevamente. —He hecho construir una casa para usted y su séquito, comandante, para esta y futuras visitas. Espero que os resulte cómodo.

Lexa parpadea. -No necesito una casa-, protestó. -Ciertamente, no una que esté vacía las nueve décimas partes del tiempo.

-No deseo contradecirla, comandante, pero creo que le hará falta-, dijo Kane, con la misma firmeza. -Mi gente todavía está aprendiendo sobre el rango en este mundo. Para los otros clanes, los signos de la Comandante son claros indicios de autoridad, pero para mi gente todavía no lo son. Por eso la casa más elaborada del pueblo está reservada para vuestro uso, y para el uso de cualquiera que considere apropiado. Esa es la norma.

Lexa vaciló, luego suspiró y asintió. -Supongo que no debería darte el mando de tu gente y luego oponerme a cómo lo usas-, comentó secamente.

-Bueno-, Kane se vio momentáneamente cauteloso. -Necesitaba hablar contigo sobre eso. He tomado una acción que... bueno, espero que esté dentro de mis poderes. Sé que los miembros actuales de mi consejo fueron elegidos con su permiso y respaldo.

-¿Has despedido a alguien?- Clarke preguntó con interés. -Espera, no fue mamá, ¿verdad? ¿Es por eso que la enviaste al norte?

-No, tu madre sigue siendo una de mis consejeras-, dijo Kane, aunque parecía que estaba reprimiendo una sonrisa. -Envié a Abby al norte porque no podría haberla detenido. Ser un buen líder significa saber qué batallas no pelear-, le dijo Kane, una vez más reprimiendo una sonrisa.

Lexa le levantó una ceja, recordándoles a ambos el problema real que tenían entre manos. -Entonces, ¿cómo has cambiado de consejo, Marcus kom Skaikru?

-Tuve que reemplazar a Jay-, dijo. Clarke luchó por recordar quién era Jay, luego logró evocar una imagen del enojado segundo al mando de Pike. -Murió por las secuelas de la inhalación de humo una semana después de tu secuestro, Clarke.

Lightning Only Strikes Once (Traducida Con Permiso De La Autora) - CompletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora