12. Como ver por primera vez un lugar ya conocido.

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-Aquí estamos-, dijo Lexa innecesariamente a medida que entraban en TonDC. En realidad, solo lo dijo porque quería hablar con Clarke, pero su comunicación se veía dificultada por todos los oídos que las rodeaban, y la necesidad de no revelar todo lo que sabían. Había tan poco que ella pudiese decir. Así que dijo lo obvio solo para hablar.

Clarke miró a su alrededor y se hizo eco de sus palabras -Aquí estamos-. Su tono era de sorpresa.

Lexa se dio cuenta repentinamente de que TonDC no debía parecerse en nada a lo que Clarke recordaba. No hay un trikru deslumbrante, ni una pira, ni los efectos secundarios de un misil, ningún gonakru reunido con lanzas. Un ejército de guerreros estaba allí, sí, pero había un mundo de diferencias entre la actitud de los gonas que se levantaron contra la Montaña y la de los que estaban allí “por un puñado de bandidos”. A pesar de que se enderezaron y callaron un poco a la llegada de Lexa, los sonidos de risa y charla podían escucharse y nadie se enfadaba de la forma agresiva a la que Clarke debía estar acostumbrada.

Todo lo que Clarke había visto en TonDC era violencia, esa era la primera vez que veía la aldea de Indra tal como era. Solo un pueblo, un pueblo pequeño y hermoso lleno de Trikru en su día a día, bromeando, tomando sus bebidas y entrenando, flirteando y divirtiéndose. Los niños corrían en la oscuridad creciente, jugando a ser gonas, con espadas hechas con palos. Sus gritos y risitas se podían escuchar desde muy lejos.

Era maravilloso, para Lexa poder ver su mundo a través de los ojos de Clarke y por una vez no encontrar nada de qué avergonzarse.

Lexa se preguntó si algún día también podría ver lo mejor del mundo de Clarke, el Arca pacífica y amigable que a veces sospechaba era un producto de la imaginación de Wanheda.

Lexa desmontó. No tenían muchos caballos, pero su dignidad significaba que no podía caminar y dar su montura a un Skai. Sin embargo, había cargado la mayor cantidad de mochilas que pudo, en su caballo, y le ordenó a la otra Trikru que montaba que también cargara la mayor cantidad posible. Pocos skaikru llevaban peso. Clarke, caminaba a su lado, era uno de ellos, a pesar de los silenciosos ruegos de Lexa, decía estar intentando ponerse fuerte.

-Indra-, dijo Lexa, permitiendo que su expresión se suavice ligeramente. Indra hizo una reverencia, mirando a su compañía con el ceño fruncido. -Debemos hablar, solas. Clarke, espera aquí. Tú también, Anya-.

Caminó hacia delante, siguiendo a Indra hasta la tienda en la que solían reunirse. -Heda-, Indra la saludó en voz baja.

-¿Encontraste lo que te pedí que buscaras?- Lexa dijo en voz baja. Fue una solicitud de último momento antes de que dejara TonDC, último destello de inspiración. Desde esa mañana Indra había tenido menos de tres días para encontrarlos. Una tarea difícil.

-Sha-, dijo Indra, preocupada. Desenganchó una bolsa de su cinturón y se la pasó a Lexa. -Seis de ellos-.

Lexa ató la bolsa a su cinturón, asegurándose de que estaba bien anudada. -¿Nadie sabe nada?-

-Nada en absoluto, Heda-, dijo Indra.

Lo que significaba que cualquier persona que Indra involucrara en esta tarea era de absoluta confianza, o que estaba muerta. Probablemente lo primero ya que Indra rara vez era cruel. Lexa asintió. -Mochof, Indra-. Pero todavía se veía preocupada, por lo que Lexa continuó. -Sin duda te preguntas sobre mi compañía-.

-Recibí tu mensaje-, dijo Indra. -Gente que cayó del cielo-. Negó con la cabeza, desaprobando.

-Pueden ser nuestra clave para enfrentarnos a la montaña-, dijo Lexa. -Te lo prometo, tú y Anya estarán involucradas en cualquier acuerdo que haga sobre la tierra que hay por aquí-. Caminó hacia la puerta de la tienda, la abrió y le ordenó al guerrero que esperaba fuera -¡Traed a Clarke!-.

-No estoy segura de confiar en estos ... Skaikru. ¿Cómo pueden ayudarnos contra la montaña? Hay tan pocos de ellos-.

-Pronto llegarán más, creo-, dijo Lexa en voz baja.

Clarke entró en la habitación justo cuando Indra hizo un ruido de disgusto. -Hei-, dijo ella, mirando directamente a los oscuros ojos de Indra. -Ai laik Clarke kom Skaikru-.

Indra se quedó perpleja. -¿Saben nuestro idioma en el cielo?-

Clarke sacudió la cabeza. -Le pregunté a una de las gonas algunas palabras y frases básicas. Quería saludarte en tu idioma, no en el idioma de la Montaña-.

-Indra estaba a punto de decirme cómo están yendo sus esfuerzos en la vigilancia de la Montaña-, dijo Lexa tranquilamente. Le dio a la otra mujer una mirada significativa cuando Indra hizo una pausa mostrando precaución por continuar delante de Clarke.

-Dijiste que no debemos arriesgarnos con lo que nos has asignado, Heda. Hemos observado lo mejor que hemos podido y hemos tomado notas. Creo que están más activos de lo normal, un pequeño grupo ya hizo un viaje al oeste, pero no pudimos ver a dónde ni por qué. Necesitaré más tiempo para obtener algo realmente útil-.

Lexa inclinó la cabeza. -Continúa tu trabajo, entonces, Indra. Mantén a tus exploradores a salvo por encima de todo, no deseo que sepan que estamos observando, en lugar de simplemente ocultándonos. Además, ¿has decidido con qué centenares de gonas te quedarás para cazar a Ripas?-

Indra asintió rígidamente. -Lo he hecho, Heda-.

-Mi gente podrá curarlos cuando bajen-, dijo Clarke. -Lo prometo-.

-Entonces, ¿deberíamos empezar a capturarlos ahora?- Indra preguntó, con un ligero toque de sarcasmo en su voz. -Y Ponerlos en una jaula, para que el resto de Skaikru pueda hacer su magia en el instante en que caigan de las estrellas?-

-Es mejor esperar-, respondió Clarke sin problemas, ignorando la hostilidad en el tono de Indra. -Solo harán más si comienzas a robarlos. Queremos poder tomar el mayor número posible a la vez, para que no puedan reponerlos lo suficientemente rápido-.

Lexa admiró a su chica Skai. Tan rápida, tan diplomática, tan sabia. No era de extrañar que hubiera sido capaz de igualar en ingenio a Lexa, una Comandante experimentada, después de solo unas pocas semanas en la Tierra.

-Vamos a derrotar a la Montaña este año, Indra-, dijo Lexa en voz baja con una promesa en sus palabras. -Tengo fe de que así será-.

Indra inhaló bruscamente, luego logró una sonrisa sombría. -Sha, Heda-.

-Más aún, Indra-, continuó Lexa. -Voy a dejar algunos de los Skaikru contigo y Anya mientras estoy en Polis. Deben permanecer en TonDC por la noche, protegidos, y Anya los sacará durante el día para buscar a tres de sus grupos que han desaparecido-.

-Probablemente están muertos-, dijo Clarke, y tuvo que toser para ocultar el temblor de emoción en su voz.

Lexa sabía que Clarke apenas conocía a ninguno de ellos. Pero también sabía que el fracaso la dolía de todos modos, sin embargo Clarke era fuerte, y lo superaría.

-Habla con tu gente, Indra-, dijo Lexa. -Haz que comprendan que el Skaikru restante no debe ser herido de ninguna manera. Deben ser tratados como si fueran miembros de Trikru, sujetos a las mismas leyes pero protegidos por ellos también. Sin embargo, si desobedecieran una ley, asegúrate primero de que la conocen y no los castiguen si han infringido una ley por ignorancia-.

Indra asintió. -Mi gente no te desobedecerá, Heda-.

-Lo sé, Indra-, dijo Lexa. -Además, descubrí por qué Linkon no ha estado aquí recientemente. Él ha estado trabajando como explorador para Anya, observando al Skaikru-.

-Hmm-, dijo Indra, sin sonreír, pero Lexa pudo ver el orgullo en su expresión de todos modos.

-Ha sido herido por accidente con un cuchillo, pero sobrevivirá-, continuó Lexa. -Lo trajimos aquí a caballo. Clarke es una fisa y ha hecho todo lo posible por curarlo, pero probablemente también podría usar la atención de Nyko-.

-Se hará, Heda-, dijo Indra, como si no hubiera tratado a Linkon sin la orden. Su negativa obstinada a admitir cualquier afecto por él divertía a Lexa.

Suspiró. -Ha sido un largo día para  el Skaikru. Podrían usar un lugar para descansar. Soy consciente de que no hay muchas casas libres y que muchos tendrán que dormir en el suelo, pero cualquier lugar cubierto para descansar que pueda encontrar el Skaikru más joven también sería apreciado. Habla con los guerreros, mira cuántos caben en las carpas-.

Vaciló, ella también estaba cansada, y no tenía duda de que muchos de los demás también lo estarían, pero una parte de ella quería mostrarle a Clarke TonDC. Antes de seguir pensándoselo, dijo: -Además, diles a algunos de tus gonas que enciendan una hoguera y que abran dos barriles de fayowada. Traeré reemplazos de Polis en una semana-.

Indra inclinó la cabeza y abandonó la tienda.

Clarke levantó una ceja. -¿Una hoguera, Lexa?-

-El fuego no solo significa muerte para mi gente, Clarke, sino también celebración-, dijo Lexa. -Y por mi parte, me gustaría mucho celebrar tu regreso a mí-.

-Oh-, dijo Clarke en voz baja. Se acercó a Lexa apoyando su frente contra la de la comandante. -Y fayowada? Eso significa agua de fuego, ¿verdad?-.

-Sha-, Lexa respiró.

-¿Por qué, Comandante, estás tratando de emborracharme?- Clarke sonrió con sus labios a solo una pulgada de los de Lexa.

Lexa se ruborizó. -Por supuesto que no, Clarke. Eso estaría mal. No animo a ninguno de los tuyos a beber en exceso, dado que nuestro día de mañana será muy duro. Simplemente deseo darles a mis gonas y a tu Skaikru una buena noche, permitiéndoles disfrutar de esta nueva alianza...- estaba balbuceando… ¡balbuceando! Era la comandante, ella no balbuceaba.

-Lexa-, dijo Clarke, presionando un suave beso en la esquina de la boca de Lexa. -Shof op, por favor-.

Clarke presionó sus labios más completamente sobre los de Lexa, en un largo y dulce beso que eliminó por completo la capacidad de Lexa para hablar, o incluso para pensar. Su mano en la parte posterior del cuello de Lexa acarició la piel suave, y sus ojos se llenaron de lágrimas.

-¿Qué pasa?- Lexa logró decir. El pulgar de Clarke estaba frotando lentamente hacia arriba y hacia abajo, exactamente en el lugar donde residía el espíritu del Comandante.

-Gracias por estar aquí conmigo-, susurró Clarke. Una lágrima corrió por su rostro. -Yo solo ... sigo pensando ... casi te pierdo… de una forma...Así, tan sin sentido, tan estúpido. El lugar equivocado en el momento equivocado y todo fue mi culpa....-

-No me perdiste, Clarke-, Lexa tomó la otra mano de Clarke y la puso contra su corazón. -Nada de eso fue tu culpa, y no me perdiste. Estoy aquí-.

Clarke sonrió y la besó de nuevo, luego suspiró y se alejó. -No deberíamos quedarnos aquí demasiado tiempo. Es sospechoso-.

-Sí-, Lexa la atrajo de nuevo para besarla rápidamente y luego retrocedió. -Ven y déjame que te muestre TonDC en tiempos de paz, Clarke Kom Skaikru. Creo que te gustará-.

Lightning Only Strikes Once (Traducida Con Permiso De La Autora) - CompletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora