87. Calentando el ambiente.

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-Nos iremos mañana por la noche-, dijo Clarke con firmeza.

Gustus parpadeó. -Pensé que deseabas esperar noticias del Azgeda gonakru que cruzó la frontera.

-Lo hacía-, dijo Clarke, luego le hizo un gesto. Tenía algunos moretones y quemaduras nuevos desde el día anterior. -Pero cuanto más esperemos, es más probable que los guardias te comiencen a infligir lesiones graves, que podrían hacer que sea imposible viajar. Además, Nia ya debería haber escuchado algo de los gonakru, tal vez todos han sido asesinados y no pueden contactarla, o tal vez la han contactado y ella simplemente no me lo dice. Pase lo que pase en la frontera, es más seguro partir pronto -. Ella sonrió sombríamente. -La curiosidad mató al gato.

-Ya veo-, dijo Gustus, aunque parecía confundido por la frase. -Estaré listo, entonces.

-Mañana por la noche es mejor porque es el día en que Nia envía gonas para ir a buscar más comida cada semana-, explicó Clarke en voz baja. -La mayoría de los restantes la estarán protegiendo a ella o a Titus. Podemos bloquear a ambos grupos haciendo, bueno, básicamente dos paredes de llamas. Roan puede sacar el resto fácilmente. Ella sonrió débilmente. -Todo lo que necesito hacer es obtener el libro que Titus me dijo que obtuviera mañana, preparar estas cosas mañana por la noche, y luego nos vamos.

-Bueno, bueno-, dijo Ontari, apareciendo de las sombras de repente. Demasiado lejos para haber escuchado algo, pero Gustus y Clarke se congelaron de pánico. -Hablando con el prisionero, ¿hmm?- Sus ojos brillaban con cruel diversión. -Sabía que tenía que haber alguna razón por la que seguías desapareciendo de mí-. En un movimiento repentino y rápido, Ontari se lanzó hacia adelante y empujó a Clarke bruscamente contra la pared, sosteniéndola por el cuello. Gustus empujó contra la puerta de la jaula con un gruñido enojado, pero se vio obligado a mirar impotente.

Manchas blancas y negras bailaban ante los ojos de Clarke. -Déjame ir-, se ahogaba.

-No, creo que es hora de que veamos el Azplana-, dijo Ontari, relajando un poco la mano para que Clarke pudiese respirar nuevamente. Sonreía. -Podemos contarle todo sobre lo que has estado haciendo. Pero primero...

Avanzó bruscamente, y por un segundo Clarke pensó que estaba a punto de golpearla, pero resultó ser peor que eso. Ontari movió sus labios bruscamente sobre los de Clarke, en un beso doloroso y agresivo. Clarke luchó contra su agarre y Ontari le mordió con fuerza el labio inferior. Clarke pudo saborear la sangre y su boca se sintió magullada cuando Ontari se alejó. –No está mal-, dijo ella, lamiéndose los labios y saboreando la sangre de Clarke sobre ellos. Sonrió. -Parece que la Comandante no te enseñó mucho.

Gustus hizo un ruido lleno de ira y golpeó sus manos contra los barrotes.

-Te sorprenderías-, aclaró Clarke, le dio un rodillazo a Ontari con fuerza en el estómago. Ontari hizo un pequeño ruido de asfixia y sorpresa, y Clarke se retorció, rompiendo su agarre temporalmente.

Clarke retrocedió, haciendo frente a Ontari, mientras esta dejaba escapar una risita divertida. -¿Deseas luchar, Destructora de la Montaña?- Ontari sacó su espada, con los ojos brillantes. La espada también brillaba, por lo que Clarke pudo ver una línea ondulante en el centro que parecía incongruentemente delicada para un arma. -Entonces peleemos. Parece que tengo esa excusa que pedí.

Se lanzó para atacar a Clarke y Clarke retrocedió aún más, apenas evadiéndola. Consideró sacar el cuchillo de su cabello, pero sabía que contra una espada no sería de mucha utilidad. Podía lanzarlo, pero Ontari era rápida y buena con una espada, Clarke no podría matarla así, no lo suficientemente rápido como para que Ontari no pudiera evitarlo o golpearla con su espada. Lexa podría, pero Clarke no era Lexa. Contra una espada: ¿qué le dijo Lexa que hiciera contra una espada si no tenía una también? Cierto. Aléjate, consigue un arma. Consejos no muy útiles en ese caso.

Lightning Only Strikes Once (Traducida Con Permiso De La Autora) - CompletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora