Lightning Only Strikes Once (Traducida Con Permiso De La Autora) - Completa

105. La peor caminata de la historia.

El primer viaje de Clarke a través del hielo había sido como una pesadilla, una nebulosa. Débil por la pérdida de sangre, adormecida por no tener suficientes capas, atrapada y cegada por una fuerte nevada, muy poco de la primera vez que había cruzado le había parecido real.

Esa segunda vez sudaba bajo sus capas y pensaba que podía sentir el dolor en cada poro de su piel. Sus heridas por la metralla le picaban y dolían por el frío. Los rostros de los demás parecían insoportablemente vívidos. Incluso el suelo bajo sus pies parecía más sólido que la última vez.

Lamentablemente, ese sentido mejorado de la realidad no hacía que el viaje fuese más placentero.

Deseaba que Gus estuviese allí para ayudarla de nuevo. Sin embargo, debido a la forma ancha y plana del lago, probablemente estuviese más lejos que los gonas. Una posición que originalmente habían tomado él y Zion deliberadamente para alejarlos justamente, para mantenerlos a salvo. Gustus y Zion habían llevado al gonakru al otro lado del lago. Clarke no estaba segura de si eso era ironía o simplemente la vida pateándolos una vez más mientras estaban caídos.

Ella y Raven se ayudaban mutuamente a ir lo más rápido que podían, apoyándose una contra la otra, pero con una pantorrilla lesionada y un tobillo débil no eran tan rápidos como le hubiese gustado a Clarke. Aún así, su ventaja era considerable, y los gonas estaban siendo muy cuidadosos y, por lo tanto, razonablemente lentos, comprensible, ya que por la gran cantidad de ellos, se arriesgaban a romper el hielo incluso sin la ayuda de las bombas. Clarke se concentró en moverse y respirar, moverse y respirar, moverse y respirar. No permitiría que entrase el pánico, aunque podía sentirlo presionando en los bordes de su mente.

Estaban a unos cien pies de la orilla norte del lago cuando el primer gona la alcanzó.

Él agarró su brazo bruscamente y la hizo tropezar y casi caerse. Luego la soltó con un grito de dolor, cayendo al suelo, con una flecha en el pecho. Clarke volteó para ver a Lexa empuñando el arco de Costia. Lexa debió haberlo cargado en algún momento, tal vez antes de comenzar a cargar a Lincoln o tal vez justo antes de comenzar a disparar. Sin embargo, había soltado la camilla de Lincoln para hacerlo, y mientras Clarke observaba, disparó dos veces más, alcanzando a los dos siguientes gonas en el muslo y el estómago, respectivamente.

-Raven-, dijo Clarke apresuradamente, -¿Puedes caminar tú misma, puedes ...?

-Claro-, dijo Raven, con el rostro pálido y sudoroso mientras intentaba forzar una sonrisa. -No hay problema.- Se alejó de Clarke y se tambaleó hacia adelante, golpeando el suelo con las manos y las rodillas y gateando en lugar de caminar.

A Clarke le dolía el tobillo mientras se movía hacia los demás. Apuñaló a un hombre que estaba a punto de alcanzar a Lincoln con su espada, luego levantó el costado de la camilla que Lexa había estado llevando. -Sigue disparando-, le gritó a Lexa, debía gritar para ser escuchada debido a los rugidos de los gonas que se acercaban, y tiró de la camilla. Después de un momento, Assan, quien los había dejado para encargarse de una mujer gona con un rugido de berserker y una estocada en la cara, se dio cuenta de lo que estaba haciendo Clarke y levantó el otro lado de la camilla.

Se movían tan rápido como podían. Los gonas se las arreglaron para agarrar a Clarke dos veces más, y varias veces escuchó el rugido furioso de Assan cuando era atacado, pero Lexa disparaba mecánicamente mientras retrocedía, flecha tras flecha tras flecha, y caían antes de que pudiesen hacerles daño. Probablemente todavía tuviesen miedo de matar a Clarke y cruzarse con la Azplana, de todos modos. Con los que eran, los gonas probablemente pensasen que podían desgastarse fácilmente. Y los disparos de Lexa no eran tan certeros como hubiera sido con un cuchillo: apuntaba a las piernas y la parte inferior del cuerpo, hería a más gonas de los que mataba, tal vez preocupada de que golpease una armadura si apuntaba a sus pechos y fallase si apuntaba a sus gargantas.