Lightning Only Strikes Once (Traducida Con Permiso De La Autora) - Completa

35. Poli bueno, poli malo: estilo grounder.

-¿Estás bien?- preguntó Clarke, extendiendo la mano para tocar el hombro de Lexa. La línea oscura que había provocado la daga lanzada había empezado a rezumar lentamente sangre negra.

-No estaba envenenada-, le aseguró Lexa. -Olfateé la hoja. No conozco ningún veneno que no tenga olor.

-Muy bien-, dijo Clarke. -Bien.

Tenía la mano delante de ella. Ahora estaba manchada de negro, porque había tocado a Lexa. Cubierta de negro. Parpadeó y por un instante vio sus manos empapadas en la sangre de Lexa, cubiertas de sangre, vio a Lexa delante de ella, muriendo, a Lexa dejándola sola, a Lexa muerta por las acciones de Clarke y las elecciones de Clarke y una bala de las armas de la gente de Clarke...

-Hey-, dijo Lexa en voz baja. -Hey, Clarke-, obligó a Clarke a mirarla. -Estoy bien, Clarke. Mírame a mí. Estoy bien.

-Pero tú... no... no lo estabas-, dijo Clarke, y dejó escapar un sollozo. -Moriste, Lexa, moriste frente a mí.

-Y tú me trajiste de vuelta. Subiste a la cima de la torre y creaste un milagro, Clarke. No me diste el resto de mi vida, nos diste a todos otra oportunidad de hacerlo bien. En la última versión de esa vida Anya y Gustus murieron, esta vez prosperaron. En el otro mundo nunca conocí a Wells, esta vez es mi amigo.

-Ese fue el relámpago.

-Fuiste tú, Clarke-, dijo Lexa con firmeza. -He escalado esa torre muchas veces y nunca he sido enviada al pasado. Algo sobre ti causó esto. Retrocediste el reloj, y ahora estoy viva. Ahora casi todos estamos vivos. No puedes culparte por las muertes que crees que causaste y definitivamente no puedes culparte por las vidas que salvaste.

La respiración de Clarke volvió a la normalidad. -Te amo, ¿lo sabes?

-Me has informado de ello, ai hodnes-, dijo Lexa, sonriendo brevemente a Clarke. -Ahora. Debemos interrogar a este branwada.

Clarke tomó una piel de agua del suelo y salpicó la cara del hombre con algo de su escaso contenido. Se habían movido al extremo opuesto de la tienda de campaña en deferencia a Raven y a lo que Clarke sospechaba que sería una resaca severa (por supuesto, si Lexa terminaba torturando al hombre, Clarke dudaba de que incluso Raven fuera capaz de permanecer dormida), pero aún no habían ido a buscar a nadie. Si los asesinos fueron enviados por Nia, Clarke y Lexa necesitaban decidir cómo responder antes de alertar a los demás. Lo mismo si había sido enviado por la Montaña (aunque parecía poco probable) o por uno de los otros clanes.

El joven despertó, escupió y maldijo, parpadeando como si le doliera. Clarke se dio cuenta por el olor que acaba de acababa de lanzarle lo poco que quedaba de luz se luna a la cara. Aún así, funcionó.

-Operación de choque-, dijo Lexa en un tono feroz. Levantó el cuchillo con el que le había cortado el cuello al otro. Brillaba rojo de sangre a la luz de la única vela que Lexa había encendido. Salpicaduras de sangre aún ensuciaban su cara.

Se calló inmediatamente, mirándola fijamente.

-No te mentiré-, dijo Lexa, casi casualmente. -Morirás esta noche. Intentaste matarnos a mí y a Clarke Kom Skaikru. - Mostró sus dientes en lo que definitivamente no era una sonrisa. -Pero hay muchas maneras de que un hombre muera.

-Heda-, reprendió Clarke, y luego se volvió hacia el hombre. -O... podríamos dejarte ir.

-¿Regresar a su amo?- Lexa parecía no estar impresionada por la idea. -No.

-Jus nou drein jus daun-, le recordó Clarke.

Lexa suspiró y sonaba casi demasiado arrepentida, lo que le pareció obvio a Clarke al menos que ella estuviese jugando un papel, que deliberadamente parecía sedienta de sangre. -Pero él no nos dirá nada, Clarke kom Skaikru, estoy segura de ello. Sería más fácil simplemente matarlo-. Enfatizó la palabra Skaikru casi imperceptiblemente, sospechaba Clarke para hacer que el hombre se diese cuenta de que Clarke era de un clan que podría tener creencias más misericordiosas.