39. Dormir.

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Clarke despertó por el sonido de unos gritos demasiado cerca. Saltó de la cama como un resorte girando para mirar a Lexa, con una pregunta que ya estaba en sus labios, pero Lexa no estaba. Miró el lugar vacío por un segundo, el corazón le latía demasiado rápido. Lexa ¿Dónde estaba Lexa?



Ni siquiera se molestó en ponerse ropa, agradecida de que la noche anterior había hecho tanto frío que se había puesto unos pantalones y una blusa antes de quedarse dormida. Sin embargo, cogió sus cuchillos, solo para detenerse nuevamente por un segundo en estado de shock cuando vio que todas y cada una de las armas de Lexa estaban allí. Incluso la vaina que Costia le había hecho descansaba junto a sus cuchillos. Lexa nunca iba a ninguna parte sin armas. Incluso mientras dormía las mantenía a mano.



Clarke salió a trompicones. Algunos guardias todavía estaban fuera de la tienda, permaneciendo rígidos en sus posiciones, pero todos los demás se habían ido. -¿Qué está pasando?-, Dijo bruscamente al gona más cercano.



-Heda gritó-, le dijo el gona. Estaba tratando de parecer estoico, pero no pudo evitar mirar nerviosamente a su alrededor, en busca de amenazas. -Los Maunon están aquí.



Clarke lo miró boquiabierta por un segundo. -¿Dónde está Lexa?-, Dijo ella, con la voz quebrada. -¿En qué dirección está Lexa?



-El grito vino de aquella zona-, señaló y comenzó a correr pero rápidamente se obligó a mantener un trote rápido para poder seguir teniendo energía para cuando llegase al enemigo, sus guardias la seguían fácilmente.



Pronto llegaron más gonas frente a ella, nunca se había sentido tan enferma. Podía sentir como el color se le escapaba de la cara. Llevaban a Lexa entre ellos, desplomada, sin vida.



-No-, gruñó Clarke, tambaleándose por un segundo, y luego el entrenamiento médico que tenía se hizo cargo y corrió hacia ellos. No le fallaría a Lexa esta vez. No lo haría. Extendió la mano y le tomó el pulso: firme, fuerte. Respiró hondo. Estaba viva. -¿Dónde está herida?-, Le dijo a los dos gonas que la sostenían.



-Le han alcanzado los Maunon con los dardos somníferos-, dijo Octavia, apareciendo detrás de ellos. Se veía enojada, sus ojos chasqueando con furiosa energía. -La golpearon con dos, pero uno no atravesó su armadura. El otro golpeó su brazo derecho. Sin embargo, lo saqué casi de inmediato.



-¿Qué está pasando?-, Se entrometió otra voz. Clarke levantó la vista brevemente antes de volver su atención a Lexa, golpeando ligeramente sus mejillas y revisando su respiración.



Era un hombre vestido con ropa de guardia Skaikru, agitando un arma como su nunca antes hubiese llevado una. Lo reconoció como Jay, un guardia que había visto algunas veces, incluido el día anterior. Había otros detrás de él, todos parecían aterrorizados. ¿Clarke? ¿Qué está pasando? -, Entonces jadeó. -Charles. ¡Charles!



-Su pelea ha terminado-, dijo una mujer, y Clarke levantó la vista nuevamente al contar el pulso de Lexa para darse cuenta de que habían llegado más gonas, esta vez con Pike. Adivinó por la absoluta quietud de él y lo que acaba de decir la gona que estaba muerto. Pero tenía toda su atención en Lexa para poder verificarlo.



-¡Salvajes!- dijo Jay furioso, apuntando su arma hacia ellos. -¿Qué le hiciste?



-No hicieron nada-, le gruñó Octavia. -Esos son dardos sedantes, los usan los hombres de la montaña. Han estado disparando contra la Comandante durante mucho tiempo. Debe haberse cruzado en su camino.



-¿De verdad crees eso?-, Comenzó a decirle enojado, luego se detuvo. -Espere. Eres la chica Blake. ¿La hermana pequeña de Bellamy?



-Sí-, dijo Octavia, -¿Por qué?

Lightning Only Strikes Once (Traducida Con Permiso De La Autora) - CompletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora