96. Dirección obligatoria.

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Raven no mejoraba. Sus momentos de fuerza se acortaban y se separaban cada día que pasaba. Temblaba violentamente cada vez que estaban afuera, los dientes le castañeaban ruidosamente, y después de una conferencia susurrada la envolvieron en todas las mantas disponibles y Linkon la llevaba lo más posible, mientras que Zion y Lexa (ambos de la altura de Raven, no podían cargarla tan rápidamente) llevaban todos sus suministros. Al menos Raven podía aferrarse lo suficiente como para ser llevada a cuestas, aunque Lexa podía ver que el esfuerzo la agotaba. Tosía con dureza y dolor. Cuando se detenían para los breves descansos, ella dormía suavemente, golpeando las mantas, despertando desorientada. A veces se quejaba y les gruñía y Lexa respiraba con más facilidad. Pero a veces lloraba débilmente, disculpándose por retrasarlos, por tener que ser llevada.

-No podemos continuar así-, le dijo Lexa a Linkon en voz baja una noche, acurrucada en la pequeña protección contra el viento que Zion les había hecho en la nieve porque no podían encontrar un lugar mejor. Apenas están siguiendo el ritmo de la gona de Nia, los caballos se retrasan un poco por el clima, pero la gona no está gastando la mitad de la energía y se nota en su ritmo-. Zion estaba afuera en ese momento en el fuerte viento para ver si podía retomar el camino nuevamente.

-Moba, Heda-, dijo Linkon, con la cara arrugada por el cansancio y la preocupación. -Estoy haciendo todo lo que sé hacer, pero enfermedades como esta toman tiempo...

-Tiempo que no tenemos-, dijo Lexa rotundamente. -Creo que tendrás que llevarla al sur de nuevo, a Abby-. Miró la masa cambiante de mantas en las que Raven estaba resguardada. -Puede que todos tengamos que ir al sur. No puedo justificar el riesgo de llevar la Llama al norte sin una fisa para llevarla de regreso a Polis si ocurriera lo peor, y sin Raven y sus bombas no veo forma de tomar a la Azplana por sorpresa y recuperar a Clarke.

-Es tu decisión-, dijo obedientemente Linkon, pero ella pudo ver el alivio en su rostro claramente, así como el arrepentimiento. Linkon nunca querría hacer algo que pudiera poner en peligro a un paciente. Y su misión había sido un éxito parcial: habían llevado el misil a casa.

Pero no habían encontrado a Clarke.

Raven aparentemente tuvo el mismo pensamiento y logró luchar para que su cabeza quedase fuera de la manta. –¡No!-, gruñó ella, con el rostro sonrojado y de aspecto enfermizo. -Estamos en esto hasta que tengamos a Clarke. Ese es el trato.

Lexa negó con la cabeza. -Los perderemos a este ritmo, y no sé cómo ir más rápido-, le dijo a Raven sin rodeos. Ella le echó una mirada a Linkon y él se dio la vuelta, fingiendo no escuchar su argumento mientras comienza a buscar en su mochila algunas hierbas más para Raven.

-Así que comenzaré a caminar de nuevo-, dijo Raven, tan obstinada a pesar de que parecía apenas capaz de sentarse. -O robaremos un caballo. O podéis dejarme en algún lugar para que os espere, tal vez con uno de sus amigos espías. Puedo darle un resumen rápido sobre cómo usar bombas para que no exploten antes de lo debido. Pero no vamos a volver, todavía no.

-Raven...- Lexa comenzó.

- Por favor...- , dijo Raven, con la voz ronca y quebrada. -Te lo pido como amiga, por favor no hagas esto. No me hagas la razón por la que fallamos. Nosotros somos amigas, ¿verdad?- Abrió mucho los ojos a Lexa, quien reconoció que Raven estaba tratando de manipularla.

-Por supuesto-, dijo Lexa inmediatamente de todos modos. -Por supuesto que somos amigas...

Raven logró una sonrisa, la primera en un rato, y la interrumpió nuevamente. -¡Exactamente! Buenas amigas, mejores amigas incluso. Amigas con beneficios, de hecho. Los beneficios en este caso son mi increíble consejo. Deberías escuchar a tus amigos. Y mi consejo es que no deberíamos regresar. No me importa si me rompo un pulmón, tenemos que seguir, tenemos que encontrar a Clarke.

Lightning Only Strikes Once (Traducida Con Permiso De La Autora) - CompletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora